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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00026 35).
Transcripción
[Recopilador:] Aquí, por ejemplo, los chicos jugarían a unas cosas. Jugarían a pídola o a…
[Sergio:] Sí, a pídola. Sí, y a buenas vallas, a buenas vallas corridas.
[Eduardo:] ¿Tú sabes uno que saltaba mucho a pídola quién era?
[Sergio:] No me acuerdo. ¿No me viste saltar a mí nunca a pídola?
[Recopilador:] ¿Y qué se decía saltando a pídola?
[Sergio:] O con espolique.
[Eduardo:] Ah bueno, había un juego que era a pídola, por ejemplo, que era habilidad de saltar las espaldas. Y luego, había otro, otro que se decían cosas.
[Sergio:] Había que saltar dando espolique, sí, que había que dar con un tacón | con un talón puesto. Sí, claro, claro.
[Eduardo:]
A la una, sale la mula,
a las dos, se coló el Pimpón,
a las tres, machaca el almirez,
a las cuatro, las tajás en el plato,
a las cinco, un par de vinos tintos,
a las seis, fui coronel,
a las siete, me llevaron a la guerra,
a las ocho, me mataron,
a las nueve, me enterraron,
y a las diez, perros y gatos echan a correr.
[Eduardo:] Y salían tos corriendo, así…
[Recopilador:] Y una cosa que le llamaban | Bueno, el peón sería la peonza, ¿no?
[Sergio:] Sí. Bueno, y al tango. Poníamos las perras encima y con los plomos aquellos, tirar.
[Recopilador:] ¿Cómo se llamaban los plomos esos?
[Sergio:] Al tango o los plomos. Sí, sí, plomos o tango. Con la cámara así, el tarro ese de madera, que era el tango, las perras que jugábamos encima, porque luego, había que hacerlo o no hacerlo. Tenía que medir menos distancia del plomo que del tango. Si no, no, no estaba hecho. Sí, sí, pa ganar tenía que medir menos distancia desde el plomo la moneda, que, que, que de la moneda al tango. Entonces, si estaba allí, te cogías la moneda, pero si estaba a menos distancia del plomo que de | al revés, menos distancia de, del tango que del plomo, entonces, no. Tiraba el otro a ver si llega el otro ese día.
[Recopilador:] Y se jugaba…, se jugaba con | O sea, las perras se los apostaba o se jugaba solo a…, unos vinos o lo que fuera.
[Sergio:] No, no, a perras, a perras. Sí, sí, aquello era jugar las perras, jugarse las perras. Como las chapas, igual. Usted sabe lo que es las chapas, ¿no? Las dos monedas esas, tirarlas a cara o cruz. Que cayeran caras o si caían cruz. Bueno, yo ahí he visto jugar hasta más de veinte mil pesetas. Sí, sí, pero he visto ya jugar a las chapas más de veinte mil pesetas. En la Nava del Rey, un tío jugándose veinte mil pesetas. Sí, sí, y solo se admite ese juego en los días de Semana Santa. Los días de Semana Santa, aunque la Guardia Civil lo viera, no podía llamar la atención. Ahora, claro, no se llama la atención por nada | Bueno, me refiero…
[Informante desconocido:] Bueno, y esos, ¿qué motivo tienen para que en Semana Santa se pudiera…
[Sergio:] Aquellos días estaba autorizado. Y ya le digo a usted, yo he visto hasta tirar | echar en el suelo hasta veinte mil pesetas. Ballesteros y aquellos, sí, señor. Es una cosa que era tradicional. En Nava, muy tradicional. Sigue en la Nava, ¿eh? En la Nava todavía siguen jugando a las chapas los días de Semana Santa.
[Recopilador:] ¿Y a la calva, se juega también?
[Sergio:] ¡Ah! La calva, ¡uf! Aquí había mucha tradición. Ahora tienen ahí un | y van alumbrando todos | tienen alumbrao pa jugar por las noches. Juegan ahí por las noches, sí, sí. Y han arrendao la, la chisma… de la cocina, lo que es la panadería de Julio y lo tienen ahí | tienen la cacharra del vino que, que es que es lo célebre de la casa.
[Eduardo:] Frontones, no. O sea, por aquí, los frontones, están haciendo uno nuevo ahora. No lo han terminao. Por la carretera La Seca, a la derecha, donde está…
[Recopilador:] ¿Bolos no ha habido nunca aquí?
[Eduardo:] No, no, no.
[Recopilador:] Frontón, sí.
[Eduardo:] Frontón había tres, ha habido tres, hasta tres frontones. En [¿?] había uno, luego había otro en el lavadero que llamamos y otro aquí, donde, donde el Urbano. El Pelotas, sí.
[Sergio…] Sí, yo jugué a los tres. Yo he jugao aquí en tres. Yo he jugao donde la señora Brígida, que es el Urbano que tú dices. La de la señora Brígida, ahí he jugao yo. En el de Manuel, en el de Manuel Benito, allí abajo, ese de la casa Piñeda. Y en el de [¿?] en la era de mi padre. Yo he jugao en esos tres juegos de planta he jugao yo.
[Eduardo:] Y había otro juego que es parecido al golf, que jugaban con unas porras. ¿Cómo se llamaba eso?
[Sergio:] A la pina.
[Eduardo:] A la pina, a la pina, que le pegaron una vez a uno, lo contaba [¿?]. Le pegaron a uno en la nariz y decía | Pero vamos, que tenía la bola dentro. Se le inflamó.
[Sergio:] Un chico que se murió, que era más pequeño que Mariano Tapia y mayor que Juan, que se llamaba… ¿Cómo se llamaba aquel chico? Genaro me parece que se llamaba, aquel chico de los sordos. Era mayor que Manuel, ese que anda por ahí, más pequeño que Mariano Tapia. Bueno, pues aquí le emboscamos con una pina así sobre la parte de la cabeza, ¡coño! Aquello quedó completamente blando, blando, blando, blando. El chico… Y quedó blando, blando, blando.
[Recopilador:] Pero bueno, la pina esa, ¿en qué consistía?
[Sergio:] Pues nada, era, era, era un, una, una bola de madera. Una bola de madera de un tamaño, pues casi del tamaño normal de una pelota. De una pelota, sí, porque | algo más que eso, sí. Y con unos porros, unos porros, pues ¡pumba! Pina va, pina viene y tal. Pues hijo, tan bien le fue que lo empujó en la cabeza y aquello quedó…
[Recopilador:] Pero, ¿cómo se jugaba?
[Sergio:] En compañeros, en compañeros.
[Recopilador:] ¿De cuántos?
[Sergio:] Depende de si éramos, si éramos dos, éramos cuatro, dos a dos. Si éramos seis, tres a tres.
[Recopilador:] Ya, ¿y cómo se jugaba? ¿Había que meterlo en una… portería…?
[Sergio:] Sí, sí, sí, había que pasarlo de una raya, se hacía. Y conseguir | eran tres rayas. Una en el centro, otra raya aquí y otra aquí. Ahora que pasaran estos de la raya esta, era…, era un tanto. Y si pasaban los otros, era un tanto. Así se hacía. No había todo esto de las porterías, porque esto de las porterías es más moderno. Eran esas tres rayas hechas así na más. Sí, hombre, a tus mañas, re rompo las cañas. Claro, sí, sí. Ah, ah, ah, porque cambiaba de, de…, de postura. Y no se podía cambiar de postura en ese caso. No, no, o sea, que se… empezaba a agarrando o cogiendo la pina, así, pongan por ejemplo la postura de la mano derecha más baja que, que la mano izquierda, en el palo del mazo. Y no, no valía luego cambiarte pa hacer así. No, no, había que continuar en esa forma. Por eso decías tus mañas. Pero sin portería, na más con las rayas. De vivir de las porterías es ahora, que viven fácilmente. Antes no hacíamos porterías nadie, nadie. Cada uno se abría su puerta y se acabó.