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Transcripción
[Informante:] —Hay una cuesta, que le nombran la Cuesta del Diablo. Aquí mismo, aquí mismo, por este [¿…?] por acá. Hay una cuesta que le nombran la Cuesta del Diablo y abajito está una presa que se llama “el Sabino”. Es esa cuesta, hay un, hay dos arroyos… o ríos, arroyos grandes, onde nace una loma, y esos arroyos forman una “ve”, pa que me entiendas, una “ve” así, mira, ¿eh?, onde comienza, onde comienza, onde comienza una nueva loma, ¿eh?, los dos ríos forman, allí, allí, allí en remate y la presa está abajo así. La presa así, allí.
Dicen que allí había unos abijeros, que se robaban las, que se robaban las, las cabras y las, los, los corderos, incluso hasta las vacas. Y tenían en la mera pie de donde comienza la loma, onde comienza la loma | y ahorita te voy a decir qué es lo que significa la loma, qué es lo que representa. Hicieron un horno grandísimo, dicen que las, se, se, se robaban las, las cabras y ahí las iban en la noche. Ese es que ese horno nunca taba, nun-, nunca taba frío, siempre le metían leña. Y de ahí ya salían, salían todas, salía la birria, salía la birria del cordero, la, la, la barbacoa, ya salían los ranchos a, a onde quieran que [¿les descubrían?] en puros burros, ¿eh?, porque taban bien alejados, por allá alejados y ya desde ese momentito, e-, e-, es un pecao, el demonio taba ahí apoderao de ese, de ese sitio, porque fíjate lo que representaba esa loma y lo que representaban los ríos. Como te digo, una “ve”, lo que representaba así si, si fuéramos, si te lo enseñara… | representa las dos, los, los dos ríos, las dos piernas. Así, y en donde comienza el arroyo, en la loma, allí se une el horno, un horno y una pequeña planada, ahí, el horno. Na más que eso funcionó. Funcionó mucho tiempo. Eran, eran, eran abijeros, abijeros que donde quiera, ahora hace mucho tiempo | ahí taba apoderao el demonio también. El robo es un pecao. Entonces, resulta que dicen que esto los agarró, el gobierno los pepenó a los, a los estos hombres, y el, y el horno quedó abandonado allí.
Entons, dicen que se desapareció, dijo, como dice uno… la juventud, ¿no?, pero ya casaos. Dicen que se fueron por esos rumbos por ahí. Y al tar solo, al sentirse solos, pues… dijo “ni que nos viene en estos arroyos por acá”. Se les ocurrió, bueno, tuvieron el deseo de, de hacer el sexo. Dicen que acomodó a la mujer, sin pensarlo, la acomodó exactamente tal y como representan los arroyos. La acomodó. La acomodó a la mujer y hicieron el sexo, pero un sexo que se dice… de satisfactorio, que ni en su casa ni en ninguna parte lo habían hecho. Lo hicieron así, mira, así un sexo, el tiempo que él | que la mujer quiso y el tiempo que él lo decidió. Dicen que se aventaban horas allí haciendo el sexo allí. Satisfactorio, así. Pero en esa posición, tal la posición como están las | ta la loma y todo. Entonces, dicen que | tú sabes que las mujercitas no callan, la mujercita le comentó a la, pos a la comadre y fueron a experimentar, ¿eh?, fueron cuando empezaron a perder ya la, la dignidad, que no si- | que no tenían vergüenza. Dijo: “No, hagan el sexo aquí, mira, pero con esta posición” porque dicen que si no era la posición correcta, el sexo como en tu casa. No, allí. Entons la comadre… se- | total que se fueron entre comadre y comadre y…, y se, se hizo una cosa que ya era como un club. Pero ya después se hacía la noche. Dicen que se juntaban así, mira, de, de, de parejas así depravadas, pa que me entiendas, gentes ya depravadas que, que ya iban exclusivamente allí, de gente depravada. Y entonces, como ya el demonio tenía su poder allí, y es un leguero, que le encantaba a él que, que fueran a hacer sexo allí, porque ya no había vergüenza entre ellos allí, depravaos todos allí. Dicen que llevaban un puñito de leña y le habían | un puñito, unas tres varañas y le aventaban al horno y le prendían. Que concidencia que con esas hier- | palitos les aguantaba toda la noche, con una flamota como si fuera un, como si fuera un mechón allí. Y así estaban tan pervertidos allí, todo eso así… que ya era | ¿de ónde? Lo que se dice ¿de ónde llegaba?, ¿de ónde llegaban los, los estos, los músicos? En la noche, que de repente llegaban los músicos. Pero músicos ¿de ónde?, ¿de ónde?, ya llegaban los músicos para alegrar todo, todo el asunto allí. Eso es lo que decían ¿de ónde?, ¿y quién los pagaba? Que llegaban los músicos y ellos allí… bailando y, y haciendo el sexo así vulgarmente como dice uno, sin vergüenza todos allí porque ese era una bola de sinvergüenzas, depravaos allí, todos haciendo el sexo, mira, allí. Entonces, este, este lugar le pertenecía al demonio, le pertenecía al demonio, ta-, ta-, taba endemoniao to eso, toa esa parte de allí.
Entons resulta que una vez, unos niños, unos niños fueron a calentar su, su, su comidita, que eran chiveritos, a la parte la planadita. Ellos no sabían de lo que pasaba allí, sino que fueron a calentar allí porque tenían agua, tenían sus manantiales, porque pasaban los dos arroyos allí, y allí se fueron de… allí hicieron su comidita y al demonio no les apareció, porque los niños sabes que… el demonio no puede con los niños. Entons, dicen que ahí los niños, desde chiquitos les inculcaron a ellos, a esos niños, que no le tuvieran miedo al demonio, que al contrario: “Encomiéndense a Dios”, dijo, “y… el demonio no les hace nada”. Y estos daban fe los niños que sí lo vieron al demonio. Lo vieron. Porque a él sí le vieron sus cuernos, porque | sus cuernos de chivo, porque brincos diera el demonio si tuviera cuernos de, de cordero, ¿eh?, tiene cuernos de chivo, de, de otros animales, pero de cordero na-…, porque dicen que no, no, no | dicen que lo vieron y que le, le, el más grandecito dijo: “No tengan miedo, encomendémonos a Dios”, dijo, “míralo”, pero que era… | Lo vieron, con su cola y todo y el | peludo, pero con cola y todo y sus cuernos. Dicen que a la, a la, la parte de la, de la colita de la presa de Sabino, dicen que se cargó una enorme piedra, así de grandísima, una piedra grandísima, mucho más grande que él, así, como más grande que esto, grandísima, una piedra se la cargó. Y esta fue cuando subió, la piedra se la subió pa’arriba, a la cuesta, la subió pa’arriba a la cuesta. Dicen que fue y la puso arriba en la cuesta, arriba y todo, como muy arquitecto el hombre, el demonio, vino hasta le limpió, limpiando cosas que le estorbaran para echar a rodar la piedra, pa que la piedra fuera a perjudicar a los niños on taban sentaos en la, en la planadita. Pero ahí le falló, le falló al demonio. Cuando este ya limpió todo, y que se carcajeaba desde allá arriba, que le daban unas risotas y carcajeaba y los niños pues no más miraban, pero no corrían. Ellos estaban como… | Se quedaron así no más, viendo to lo que taba, las, las maldades del demonio, pero le falló, porque cuando dicen que | los niños platicaban que cuando el demonio allá pa’arriba pa, pa, arrancar la piedra, la piedra se vino, se vino antes que él, que llegara el demonio a aventarla, dicen que se vino, que daba unos gritos el demonio, pero unos gritotes, que gritaba que ¡ay!, que ¡ay! Y la piedra tras de él… Dicen que a media loma, lo envolvió la piedra y la piedra desde allí, dicen que un salto que dio, brincó todo el río y fue a caer exactamente en el horno, como tapadera en el horno. Ahí quedó. Y que daba de gritos, que se oía que daba de gritos fue entonces hasta cuando los niños dispertaron, y les platicaban a sus papás lo que habían visto. Desde allí le nombran la cuesta de, la cuesta del diablo. Allí, y eso del horno existe.
Existió, porque ahora verás… dicen que esa piedra, en estos tiempos de diciembre, en tiempos fríos, decían que la piedra taba caliente. A cualquier tiempo. Y, que decían, que, que si ibas tú y te, te arrimabas junto al pie y la tentabas, que la piedra se sentía | no taba fría, pos pa ser unos arro-, unos arroyos tan oscuros, ahí tan, tan profundos, pos tenía que estar frío todo, pos taría frío por todo, pero que la piedra taba calientita. Siempre permanecía como si fuera… pos como a mediodía, con el solazo, ¿no?, que taba calentita la piedra. Allí permaneció.
Dicen, y eso, ese es la historia, la que, la que te platico, pero dispués de allí, hablando de la misma piedra, nos platicaba unos | de eso también hacía más de cincuenta años. Dos muchachos, que nunca supe cómo se llamaban, les decían “los Menchos” ¿me entiendes? Les decían “los Menchos”. Ellos, ellos vivían a la parte de abajo, muy abajo. Dicen que cuando llegaron los piedreros a juntar toda piedra del río, limpiando to el río, juntando piedras para… | pos en un camión, onde, onde podían, metían en, en el río, ¿no?, por la parte de arriba. Se terminaron toda la piedra, menos la que no podían, no podía el camión, pues pa no acarrearla, ¿no?, Dicen que toparon con esa piedra, en el mero fondo allá y decidieron meterle pólvora. Pólvora para… pues para, para quebrarla, para, pa llevársela. Decían los Menchos que ellos andaban por allí, por la curiosidad, ¿no?, Y… que, pos sí platicaba con los muchachos que andaban e iban [¿renando?], que les dijeron, dijo:
—No, esta piedra tiene su historia —dijo— dicen que esta piedra… | —dijo— tiéntenla, tiéntenla, que está caliente —dijo—. Dicen que aquí… que aquí había un horno —dijo— y que el demonio aquí ta, ta tapao con, con esta piedra.
—Baah… —pos gente que, que no es ni de aquí, ¿eh?, porque esa gente era de | venía no, no sé si venía de Silao, Irapuato, gente que… | porque eso pertenece al, al municipio de Silao.
Entons dicen que le metieron pólvora y decían los Menchos, los Menchos, sería por Menzos o yo no sé, no sé por qué les dirían los Menchos. Y decían que ellos, que cuando le metieron un polvo- dicen que metió un grito que se sorprendieron todos. Todos. Y se retiraron, pos pa que no les | las piedras no le fueran a dar, se retiraron pa que tronara. Dicen que un grito, pero… que les dio miedo a todos: “¡Ay, hijo de la canija! ¿pero qué…?” Pensando que habían matao a alguien, pero qué | o alguien o… | pero un grito que se dio. Y dice: “Y en vez de salir”, dijo, dice que salió un humaredón, dijo, que cubrió toda la parte del río. Toda la parte del río como si fuera puro, pura ceniza negra. Dijo también que el horno taba grande, pero no era para que cubriera todo, todo el arroyo, dijo, pero el grito… Pos dicen que les daba miedo. Pero el que había llevao el que, el, la, la, el camino que llevaban carreando las piedras, él no se dio cuenta, y que los que bían trabajao y los que bían barrenao y que iban a cargar el camión, no querían arrimarse, porque ellos pensaban que había gente debajo o a alguien le habían pegao y que le dijo: “No, no, no, son supersticiones, vamos a cargar, vamos a cargar la piedra”. Y ahí van, que metió en el camión y le servía a darle vuel-, vuelta a las piedras. La sorpresota que se van dando, la sorpresota que se van dando… cuando ya van cargando y el patrón diciéndoles “no, no, que miedosos, que todo esto, que la canija…”. Dicen que de ahí de, de, de on taba el, on taba el horno allí, dicen que salió cuatro cuentan como si fueran, como si fueran a hacer un d’esto, un, un volcán. Que salió así, mira, que salió así, pero como si fuera un… dice no, se esparció, una cosa redonda, tal como estaba el horno, pero que salió así, mira pa’arriba, así, negro, así. Pero que eran puras carcajadas que se daban. Dice: “Bueno, pero ¿qué, qué…?” que miraban como un, como un tipo así de remolino, un remolino pero como que los gritos salían de entre medio del humo, un humo negro. Entonces sí, el patrón dijo: “¡Déjenlo, vámonos! Que es este el demonio que salió todo”, dijo, y hasta la fecha dijo que todavía mucha gente dice que, dice que, decían ellos, gente de esos que creen en el demonio, que van a hacer sus, sus, sus, ay, sus aquelarres por ahí, dicen, “hay gente que va por allá”, dijo. Esa es la historia del este, del…de acá.
[Recopilador:] —Entonces ¿liberaron al demonio?
[Informante:] —Lo liberaron, lo liberaron. Lo | ahí si lo tenían ya, ya enterrao, ya tapadito, lo liberaron, por eso se carcaje-, por eso se ca- | daba de gritos cuando, cuando se | lo, lo envolvió la piedra, daba de gritos, pero cuando lo, le metieron por la dina-, se carcajeaba de risa, que salió, salió… | ya taba libre, que lo tenían allí. Pos más bien, dicen, como se dice, mucha gente se dice, no era el demonio, eran precisamente sus asecuaces, porque el verdadero demonio dicen que está, ta encerradito abajo, pero se representa a través de los demás. Porque dicen que el demonio ha hecho el intento. Alguien dice que no pasa del, del, del, de la montaña más alta que existe en la, en el globo de la tierra, esa es la altura que puede andar él. Porque no puede levantarla, dicen, que ha hecho el intento, porque el demonio ha juntado todas las plumitas de todos los pajaritos, de las palomas blancas, se las ha injertado, pero se queman, ¿eh?, se ha injer- | se, se ha puesto de esto de, de los hurracos, de, de los pájaros negros se injertan entre su, porque él tiene sus alas de, tiene sus alas de este, de, del, de murciélago. Pero dicen que no puede subir más arriba, más arriba de lo que es la montaña más alta. Hasta allí es la altura. Él siempre anda bajo tierra, así, haciendo sus maldades, ¿eh?