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Notas
En la versión cantada, se repite el último verso de cada copla según el siguiente esquema: “Padre nuestro, / que estás en los cielos, / ¡qué niña tan guapa!, / por ella me muero, / ¡ay, por ella me muero!”
La informante, que aprendió la composición durante su infancia, manifiesta que la interpretaban durante la recogida de aceituna y en algunas reuniones.
Agradecemos la valiosa ayuda de Fuensanta Aranda Gómez, quien nos puso en contacto con los informantes para la realización de esta entrevista.
Comentario de María Jesús Ruiz:
Esta versión del muy difundido tema de El retrato de la dama revela una orientación particular del mismo, más habitual en el repertorio infantil que en el adulto, o al menos más frecuente en contextos lúdicos y jocosos que en otros ámbitos de carácter ceremonial. La habitual intención de elogio de la belleza femenina con que se suele actualizar la canción queda aquí sustituida (claramente en las estrofas 4,5,7 y 8) por una voluntad burlesca desde la que se subraya lo escatológico y lo soez, orientando la pintura hacia una estética del feísmo. El texto, pues, es el resultado de un proceso (o del inicio de un proceso) de carnavalización, habitual por lo demás en los trasvases del repertorio adulto al infantil. Ocurre así, por ejemplo, con frecuencia en las coplas de galanteo adscritas al ritual del columpio o en parte del repertorio de las canciones de mayo. Véase para esto: Ruiz, Fraile y Weich (2008). Al vaivén del columpio: fiesta, coplas y ceremonial. Universidad de Cádiz-Diputación de Cádiz, pp. 40-43.
Bibliografía
Otras versiones de "Retrato de la dama"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
ALVAR, M. (1971). Encuentro de tradiciones: la descripción física de una muchacha. En Cantos de boda judeo-españoles, 151-164. Madrid: Instituto Arias Montano.
BELTRÁN, R. (2004). En torno a la canción de boda judeo-española Dize la nuestra novia: popularización y encuadres dramáticos para la descripción de la doncella. En De la canción de amor medieval a las soleares. Actas del Congreso internacional Lyra minima oral III, Sevilla, 26-28 de noviembre de 2001, ed. Pedro M. Piñero Ramírez, con la colaboración de Antonio José Pérez Castellano, 347-372. Sevilla: Fundación Machado y Universidad de Sevilla.
DÍAZ-MAS, P. (1983). La canción El retrato y su uso ocasional. Revista de Folklore, 30, 199-205; González Palencia, Ángel, y Mele, Eugenio (1944). La maya. Notas para su estudio en España. Madrid: Instituto Antonio de Nebrija (CSIC).
FRAILE GIL, J. M. (1995). El mayo y sus fiestas en tierras madrileñas. Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, 1995 (estudio y textos).
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RODRÍGUEZ MARÍN, F. (1933). Coser y cantar. Apuntes para una figura de mujer hilvanados por el Bachiller Francisco de Osuna. Sevilla: Tipografía de M. Carmona.
RUIZ FERNÁNDEZ, M.ª J. (1992). Supervivencias de la canción de mayo medieval: un ejemplo en el cancionero tradicional andaluz, en Actas del II Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, vol. 1, 783-795. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá.
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Transcripción
Padre nuestro,
que estás en los cielos,
¡qué niña tan guapa!,
por ella me muero.
Tienes una frente
que es un campo guerra
donde yo juraba
toda mi bandera.
Tienes unos ojos
que son dos soles
donde yo te daba
besos a montones.
Tienes una nariz
que es un picaporte
que cuando me besa,
me besas de golpe.
Tienes una boca
que es un monedero
donde yo guardaba
todo mi dinero.
Tienes unos pechos
que echa leche clara
donde yo bebiera
si tú me dejaras.
Tienes una barriga
que es una pelota
que a los nueve meses
por abajo explota.
Tienes unas piernas
que son caballitos
donde yo pasaba
muy buenos ratitos.