Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
1262r
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante sesea y neutraliza /l/ y /r/ en posición implosiva y final a favor de [r].
Anotaciones musicales
Partitura
Transcriptor de la partitura
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 5059
Otras versiones de "El padre ambicioso"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
(Y) un obrero trabajaba (y) en el muelle de Almería;
tan solo con una hija, la flor de la maravilla.
Y un día que fue a llevarle a su padre la comida,
se enamoró un caballero (y) al verla tan guapa y linda.
—¿Y esta es tu hija, Francisco?— le dice en estas palabras.
—(Y) es mi hija, don José. —¡Pues vaya una hija guapa!
Si usted quisiera, Francisco, con su hija me casaba,
y a usted y a su bella hija no les hará falta de nada.
—Tiene novio, don José, y lo tiene en el servicio;
obrero y trabajador, que lo quiere con delirio.
—(Y) usted le dice a su hija que es lo que debe de hacer,
que es casarse con un hombre que la pueda mantener.
—Me arretiro, don José, y con mi hija hablaré;
y a lo que ella me diga, la contestación traeré.
—Hija mía de mi alma, la dicha te traen a casa.
¿Tú vistes a aquel caballero que conmigo praticaba?
Se ha enamorado de ti al verte tan linda y guapa.
—Padre mío de mi alma, ya sabes que tengo novio,
y obrero y trabajador, que ese es mi mayor tesoro.
—Y entonces, contesta el padre: —Aquí el que manda soy yo,
y aquí lo que hay que buscar (y) es un bien para los dos—.
Ya, viendo la blanca paloma que la boda se acercaba,
ya cogió tinta y papel para escrebir una carta:
“Mi padre quiere casarme con un rico millonario.
Ven y me salvas la vida si te encuentras licenciado”.
“Licenciado no me encuentro, pero por salvarte, iré,
y le quitaré la vida (y) a ese canalla cruel”.
Y, al entrar Manuel en el pueblo, Manuel por la iglesia entraba.
Se encontró con sus amigos; la faena les contaba.
Y, al entrar Manuel a la iglesia, dice la blanca azucena:
—Ya tengo aquí a mi Manuel, ya tengo quien me defienda—.
—Me la llevo porque es mía y me la llevo a mi casa.
Me la llevo porque es mía—. Naide replicó palabra.
Y, al otro día de mañana, que fue la declaración,
y don José de Mallorca preso en la cárcel quedó.