Hija de un labrador requerida por el dueño de la finca

Audio

Clasificación

Notas

La informante sesea y neutraliza /l/ y /r/ en posición implosiva y final a favor de [r].

Anotaciones musicales

Partitura
Transcriptor de la partitura

Luis Moreno Moreno

Bibliografía

Otras versiones de "Hija de un labrador requerida por el dueño de la finca"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 32; 12.2); Moreno Moreno (2016: n.º 146, 160); Pimentel García (2020: n.º 783); Tejerizo Robles (2007: n.º 420).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

—Me tienes muerto y sin vida,     Carmela, de que te vi.
Si tú fueras a ser mía,     mi vida sería feliz.
Te llenaría de riquezas,     de fincas te doblaré,
te llenaría de riquezas     y yo pobre moriré.
—No hay riquezas en el mundo     que puedan pagar mi honor.
Mire usted, don Francisco,     de esas no soy yo—.
Y que al mes se preparaba     una navaja barbera,
una navaja barbera     que en su pecho conservaba.
Luchando sobre su cuerpo,     malherido lo dejó,
y se fue a la justicia     y él mismo declaró:
—He querido avasallar     la hija mi labrador,
que no la ofendan en nada,     la culpa la he tenío yo.
Aquí queda perdonado,     aquí, delante de Dios;
que no la ofendan en nada     la culpa la he tenío yo.

Resumen de "Hija de un labrador requerida por el dueño de la finca"

El dueño de una finca se enamora de la hija de su labrador y, al intentar forzarla, esta se defiende con una navaja. El dueño de la finca declara ante el juez que no castiguen a la muchacha porque la culpa ha sido suya.