Audio
Clasificación
Fecha de registro:
Referencia catalográfica:
1318r
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante sesea y neutraliza /l/ y /r/ en posición implosiva y final a favor de [r].
Anotaciones musicales
Partitura
Transcriptor de la partitura
Luis Moreno Moreno
Bibliografía
IGRH: 5012
Otras versiones de "En la estación de Alicante"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
En la estación de Alicante (y) un tren subió a un militar
(y) en un coche de segunda, que para su casa va.
Ha ido a tomar asiento y el joven quedó mirado
(y) a una señora muy guapa que lleva un niño en los brazos.
Le pregunta la señora: ―¿Es que va usted con permiso?―.
Y el militar le responde: ―No, señora, voy cumplido―.
Se levanta la señora, le dice con muncha gracia:
―¿Quieres coger a este niño mientras bajo a beber agua?―.
Se pasan dos estaciones, la señora no volvió;
y el militar con el niño: ―Ahora, ¿qué voy a hacer yo?―.
Se queda mirando al niño: ―Niño, no viene tu madre―.
Ve que en la mano derecha lleva colgada una llave.
Le quita la llave al niño, coge y abre la maleta
y, envuelto en unos papeles, llevaba diez mil pesetas.
Y en los papeles decía: “Procura al niño criarlo
y, si no tienes bastante, lo publicas en el diario”.
Al llegar a la estación, donde todos lo esperaban;
al verlo con aquel niño, la madre le preguntaba.
La novia se aproximó, diciéndole estas palabras:
―¿Este niño de quién es? Tú me has tenido engañada―.
Ya que tuvo quince años, lo meten en un taller
para que aprendiera chófer, que eran los deseos de él.
Ya que ha aprendido el oficio, se ha marchado a Barcelona,
y se colocó de chófer con una noble señora.
Hasta que un día la señora l’ha llamado a su despacho:
―Perdona mi atrevimiento y mira cómo te hablo:
si tú te casas conmigo, como yo no tengo a nadie,
todito mi capital será para ti y tus padres.
―Sí, señora, tengo padres, pero buenos no serán,
que, cuando yo pequeñito, me entregó a un militar.
―¡Ven acá, hijo querido, hijo de mi corazón!,
¡ven acá y dame un abrazo! Tu madre propia soy yo.
Ven acá, hijo querido, que yo no fui madre mala,
para eso dejé un dinero para que a ti te criaran―.