Doncella que se confiesa con su galán

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1341r

Notas

En esta versión, se introduce el estribillo "¡Ay, sí, sí! ¡Ay, no, no!" después de los versos 2, 5, 8, 11, 14 y 17.

La informante sesea y neutraliza /l/ y /r/ en posición implosiva y final a favor de [r].

Anotaciones musicales

Partitura
Transcriptor de la partitura

Luis Moreno Moreno

Bibliografía

Otras versiones de "Doncella que se confiesa con su galán"

Alonso Fernández et alii (2017: n.º 78); Esteve Faubel (1998: pp. 1116-1117); Hernández Fernández (2010: n.º 38); Manzano Alonso (2003: p. 700); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 177); Moreno Moreno (2016: n.º 211); Pimentel García (2020: n.º 461); Rico Beltrán (2009: n.º 86).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

—¿Dónde vas, niña bonita,     tan tempranito al convento?
—Voy a confesarme, padre,     de unos pecados que tengo.
—Empieza, niña bonita,     empieza tu confesión.
—Lo primero que confieso:     puse mi amor por un hombre,
puse mi amor por un hombre,     más que a mi padre lo quiero.
—Síguela, niña bonita,     síguela tu confesión.
—Lo segundo, no jurar,     y yo hice juramento
de no olvidarlo jamás,     aunque baje el firmamento.
—Si te se olvida un pecado,     no sirve tu confesión.
—Lo tercero que confieso:      perdí a mi padre el respeto,
solo por hablar con él     a deshoras y en silencio.
—Fíjate, niña bonita,     fíjate en el confesor—.
La niña ha quedado fija,     redonda al suelo caía
de ver que ya estaba hablando     con el hombre que quería.
—Síguela, niña bonita,     síguela tu confesión.
Ya no quiero más sotana     ni corona en el convento,
quiero casarme contigo     aunque baje el firmamento—.
Y antes de las tres semanas,     casados estaban los dos.

Resumen de "Doncella que se confiesa con su galán"

Una muchacha acude temprano al convento para confesarse. Un cura joven accede a confesarla, asegurando que es la primera vez que lo hace. La muchacha le confiesa que ha faltado a Dios, porque lo quiere menos que a su novio; que le ha perdido el respeto a su padre por hablar con su amado a solas y que no ha podido negarle un beso que él le ha pedido. Una vez ha terminado su confesión, el sacerdote le pide a la muchacha que lo mire y ella reconoce a su novio. La joven se desmaya. Él le asegura que ya no quiere vestir hábitos ni vivir en el convento. Celebran su boda pocos días después.