Carta de un militar a su querida

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Archivo sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00042 64).

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Mi orvidable y nunca apreciable Endoroteja de mi arma:

Deseo que al agarrar el mango pa meterte esta letrucha, sepa que aunque me haigan separao de tu lao, entoavía te tengo voluntá y apego y ar mismo tiempo pa decirte que se alegrará mucho este meritá de tropa y to su cuerpo al saber que er cateto, er borrico o er peatón der pueblo te entregue to el renglene mal trasao y que t’halle buena en compañía del perro del burro de tu padre y madre y de to lo animale, personales y civilizao.

Yo por aquí queo tan gordo y bueno como un elefante. Endoroteja, saberá que estoy aquí ende que vine y aunque tenía talla pa infantería, m’han sacao pa caballería por la influencia de un corneta y un ranchero que eran íntimos amigos del tatarabuelo del coroné. También ta digo que ayé fuimo de paseo, un paseo y di un trompanzón que me torció una pata y tuve que dir al cuartel en la citolla de otro quinto y allí me la curó el veterinario que me la puso más derecha que un palo. Tú no pues figurarte lo que me jizo sufrir el mardita arma y gracias, gracias que me pusieron una endersión de carto de gazpacho que, si no, entrego el pellejo. También te digo, que el rancho, lo masco mejor que el burro de tu padre que se come la cebá. Cuando acabe la extrusión m’han dicho que dejaremos los galones de quinto y ascenderé a sordao, ahora estamos japrendiendo el “un, dos”, pero hay que tener mucho estudio y pericia en la medicia. El cabo me dice que soy un burro, el sargento que una sémina, el teniente que un hipopótamo, que un |, el teniente que un hipopótamo, el teniente… | y el comantante que un hipopótamo y yo le digo que por lo visto seré una choza de animales.

Le dice a mi padre que me mande siete perdillas pa manejar ropa por si salgo a ordenanza del caballo del comandante y que hable con el tío Coliba, que tiene mucha influencia con los diputaos y me den permiso trimestral por un año y le ayudaré a pare a matar el cochino y a coger nabos.

Contéstame antes de que llegue la carta y dime si la recibió. También te digo que tu carta se la di a leer al señor Diego Perillo y de lo que me dice es que te diga, te lo mandaré de si cuando el tío Diego me diga lo que tú le dijiste porque sino luego to son disputas. Cuando me contestes me dirás si se te curó el grano que tenías pa’arriba del ojo izquierdo y si a tu padre se le puso buena la mano y pudo matar al marrano del tío Franco y si al mastín de tu hermano Bartolo l’han cortao el rabo. No te escribo más porque han tocao a hacer la pará de los quintos y viene el cabo con el garrote en busca mía. Da recuerdos a la señora Frasquita y a Antonio el algarrobero y pa to los que pregunten por mí y tú recibe el corazón y el arma de tu Manué.