Incendio de una vivienda en Ribera Alta

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1384r

Informantes

Notas

La informante asegura que se trata de un hecho real.

Bibliografía

Otras versiones de"Incendio de una vivienda en Ribera Alta"

Pimentel García (2020: n.º 677).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Penita me da el contarle,     pero es la pura verdad,
lo que pasó en la Ribera,     en una aldea de Alcalá.
Allí vivía una viudita     con dos hijos nada más;
el niño se marcha al campo,     la madre se va a Alcalá
a casa de una vecina     y va ganando el jornal,
la niña se queda en casa,     como es cosa natural.
Ha barrido la ceniza     y a la cueva la fue a echar;
(………………………………)     después, se marcha a lavar,
y, al poco rato,     la casa ha empezado a humear.
Las vecinas que la vieron     que la casa estaba ardiendo
llamaron a la viudita     y ella se vino corriendo.
De momento abrió la puerta     y dentro se penetró;
una llamará de fuego     al suelo que la tiró.
Llamaron a los bomberos,     …………………………………
[Com. 1: Ya acudió to el pueblo y allí no se podía entrar.]
Se subieron al tejao     y allí hicieron un bujero,
y el fuego se apaciguó.     (…………………………………)
Se han quemado to los muebles     y los tres pobres en cueros
[Com. 2: porque to se quemó.]
La niña tenía novio     y un poco ajuar apañao
con fatigas y trabajo,     y todo se le ha quemao.
Por eso digo yo     que hay que gastar precaución,
que la ceniza     ascuas suelen llevar
y hay que gastar precaución     cuando se llevan a tirar.

Resumen de "Incendio de una vivienda en Ribera Alta"

Una viuda tiene dos hijos. Como cada día, el muchacho se marcha al campo y ella al lugar donde trabaja, dejando a su hija al cuidado de la casa. La muchacha recoge las cenizas del hogar y sale a lavar la ropa. Como ha olvidado apagar las ascuas, se produce un incendio en la casa. Las vecinas alertan a la madre, que acude enseguida a la aldea. La mujer penetra en la casa y se ve rodeada por el fuego. Los vecinos llaman a los bomberos, mientras que la madre y los dos hijos consiguen hacer una abertura en el tejado. Tanto los muebles como el ajuar de la muchacha quedan calcinados. El narrador advierte del peligro que conlleva no apagar bien las ascuas de las cenizas.