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Archivo sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00058 05).
En las anotaciones de campo, se identifica con el título "El ratoncito Pérez"
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Esto era una mariposita que estaba barriendo su tejadito y se encontró un ochavo, y decía: “¿En qué me lo gastaré?, ¿en qué me lo gastaré? ¿En caramelitos? No, no, que me llamarán golosa. ¿En almendritas? No, no, que me llamarán tragona. En un lacito para el pelo y estaré muy linda y hermosa”.
Se compró un lacito, se le puso en el pelo y estaba muy linda y hermosa y se puso a la puerta para ver si buscaba novio. Entonces viene un perro y la dijo:
—¡Oy, mariposita! ¡Qué guapa estás!
—Hago bien, que tú no me lo das.
—¿Te quieres casar conmigo?
—Cuando tengamos hijitos, ¿cómo los vas a llamar?
—Guau, guau.
—No, no, que me los morderás—.
Entonces pasa un gato, y:
—¡Uy, mariposita! ¡Qué guapa estás!
—Hago bien, que tú no me lo das.
—¿Te quieres casar conmigo?
—Cuando tengamos hijitos, ¿cómo los vas a llamar?
—Miau, miau.
—No, no que me les arruñarás—.
Y entonces pasa un ratón y dice:
—¡Uy, mariposita! ¡Qué guapa estás!
—Hago bien, que tú no me lo das.
—¿Te quieres casar conmigo?
—Cuando tengamos hijitos, ¿cómo los vas a llamar?
—Hi, hi, hi.
—¡Ay! Sí, sí, que me los arrullarás—.
Entonces se casaron, fueron las bodas…, la mariposita se vistió de blanco, toda muy guapa, y era sábado. Al día siguiente fue domingo y la mariposita le dijo al ratoncito en la cama y le dijo:
—No te levantes, no te vaya a comer un gato y yo me voy a misa. Cuando venga de misa, ni te asomes a la olla, no te vayas a caer—.
Bueno, ya se marchó a misa, el ratoncito estaba tan a gusto, pero “uy, no se vaya a quemar la olla, voy a ver”. Abrió la tapa de la olla y se cayó. Entonces viene la mariposita de misa, le busca por todas partes: “Ratoncito Pérez, ¿dónde estás?”. Y no aparecía. Y ya, pues: “Bueno, pues me podré a comer”. Se pone a comer, y cuando fue a abrir la olla, se encontró a su Ratoncito Pérez en… | claro, pues cocido. Y, entonces, se puso a llorar a la puerta: “Ay, porque el ratoncito se ha caído a la olla y yo, Mariposita, le gime y le llora”. Y viene un pájarito, le dice:
—Mariposita, ¿por qué lloras?
—Porque el ratoncito se cayó a la olla y la mariposita le gime y lo llora.
—Pues yo, como pajarito, me corto el piquito—.
Entonces, iba volando sin piquito y le vio una palomita:
Dice: —Pajarito, ¿cómo vienes sin piquito?—.
Dice: —Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora y yo como pajarito, me corté el piquito—.
Dice: —Y yo como palomita, me corto la colita—.
Y llegó hasta el palomar. Y le dice el palomar:
—¡Uy, palomita! ¿Cómo vienes sin colita?—.
Dice: —Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito y la palomita | yo, como palomita, me corté la colita—.
Dice: —Pues yo como palomar, me echo a rodar—.
Se echó a rodar, a rodar, a rodar y llegó donde el río. Y le dice el río:
—¡Uy, palomar! ¿Cómo vienes tan rodando?—.
Dice: —Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita y yo como palomar, me eché a rodar—.
Dice: —Pues yo como río, me seco y no crío—.
Y se secó y no crio. Entonces llegan las doncellitas del rey con las cantarillitas a por agua al río:
Dicen: —¡Uy, río! ¿cómo no traes agua?—.
Dice: —Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el pajarito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, el palomar se echó a rodar y yo como río, me seco y no crío.
—Pos nosotras como doncellitas, rompemos nuestras cantarillitas—.
Y ¡clac!, rompen sus cantarillitas. Entonces llegan donde el rey sin cantarillitas. Y le dice el rey:
—Uy, doncellitas, ¿cómo no traéis cantarillitas?
—Pues porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el ratoncito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, el palomar se echó a rodar, el río secó y no crio, pues nosotras como doncellitas, rompemos nuestras cantarillitas.
—Pues yo como rey, me echo a correr—.
Se echó a correr, a correr, a correr y llegó a Monfraile, y dice el fraile:
—¡Uy, rey!, ¿cómo vienes tan corriendo?
Dice: —Porque el ratoncito se cayó a la olla, la mariposita le gime y le llora, el ratoncito se cortó el piquito, la palomita se cortó la colita, el palomar se echó a rodar, el río secó y no crio, mis doncellitas rompieron sus cantarillitas, pos yo como rey, me echo a correr—.
Dice: —Pues yo como fraile, me cojo las castañuelas y me voy al baile.