Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del MINECO “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P).
Agradecemos la valiosa colaboración de Rosa Crespo Moreno, responsable del Centro de Adultos de Santo Tomé (Jaén), y de Jovita Rodríguez Bautista, coordinadora de Centros de Adultos de la comarca de la Sierra de Cazorla.
Bibliografía
IGRH: 0000
Otras versiones de "San Isidro labrador"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
San Isidro labrador labraba su quintería,
cada vez que iba a labrar, era más de medio día.
Labradores de alrededor, todos le tienen envidia
de ver que sus gananciales sin comparación crecían.
Uno de los labradores al amo quiso imponer:
—Mire usted, que su criado no cumple con su deber.
—Si mi criado no ara ni cumple con su deber,
a usted no le pido nada para pagarle yo a él—.
Se ha salío pa la calle con la cara avergonzado.
El amo, que no era tonto, quiso enterarse del caso.
Se ha montado en su caballo, de lejos va revisando,
y ha visto arar en sus tierras dos pares de bueyes blancos
y dos ángeles detrás, los dos vestidos de blanco.
—Buenos días tenga, Isidro. Dime quién te está ayudando.
—A mí no me ayuda nadie para hacerme mi trabajo,
tan solo un Dios verdadero que me da salud y amparo.
Estando el amo delante, Isidro ha salido arando,
y ha visto abrirse tres surcos, no habiendo más que un arado.
Se ha montado en su caballo de la alegría llorando,
a contarle a su señora que su criado era santo.
A otro día por la mañana, mandaban a Isidro a arar,
pero era donde no hay agua ni cañas pueden criar.
—Buenos días tenga, Isidro. —Venga usted con Dios, mi amo.
—¿Cómo se da la faena? —Esto queda bien labrado.
—Isidro, ¿no hay por aquí ningún arroyo ni fuente
para calmarme la sed, que la traigo muy ardiente?
—No se asuste usted, mi amo, no se asuste que le diga
que en lo alto de aquellas rocas brota el agua cristalina—.
Ha cogido san Isidro la vara de gavilanes
y, dando un golpe muy fuerte, salía el agua a raudales.
Al otro día por la mañana, las campanas repicando,
que van a sacar a Isidro por mandata de su amo.
Por eso a san Isidro lo vamos a venerar,
porque tenía los campos que era una preciosidad.
Por eso a san Isidro todo el mundo veneramos,
por eso le hacemos la fiesta el día quince de mayo.