El cazador y el fraile

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1414n

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Notas

Archivo sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00060 06).

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Esto es un matrimonio que él era cazador, y vivían en el monte. Era | tenía fama de ser muy malo, cazaba muy bien y luego lo vendía. Era de lo que vivía. Y… yo creo que esto es, más que un cuento, es una leyenda, porque no tiene tipo de cuento. Entonces, a la mujer la tenía | la quería mucho, porque no la faltaba de nada y él la trataba muy bien y todo, pero no la dejaba salir de allí de casa ni la dejaba bajar a la ciudad ni nada porque era muy celoso y, no sé, tenía fama de malo, aunque no lo fuera.

Y un día, por la dijo | eran vísperas de nochebuena y la dijo a su mujer: “Mira, voy a tardar, porque he visto ayer un lobo muy grande y quiero cazarle”. Dice: “No le quiero dejar por aquí”, dice, “no nos entre en los establos y nos vaya a estropear nuestro ganado”. Porque la mujer se dedicaba | pues claro, la pobre a, a atender el ganado y las labores de su casa y todo esto. Entonces él se marchó. Y ese día, ya | llegó el día de Nochebuena | era el día de Nochebuena por la mañana y…, y tardaba tanto, tanto, tanto, que ya se llegaba la noche y la tocaba cenar sola el día de Nochebuena y estaba muy apenada, cuando ya muy tarde, muy tarde llaman a la puerta y sale la mujer toda asustada y era un fraile y dice:

—¡Ay, por Dios! —estaba nevando, a todo nevar. Dice— ¡Ay, por Dios! ¿no me dejaría usted pasar? Aunque fuera en el establo, pasar la noche. —Dice— Que fíjese qué noche hace—.  

Dice: —Ay, es que mire lo que pasa, padre. Tengo un marido —dice— que es que me da mucho miedo y me mataría, si viera que yo he recogido aquí a algún hombre, es que me mataría—.

Dice: —Bueno, pues vamos a ver si no se lo decimos y no se entera. Yo antes de que amanezca, me marcho, y no se preocupe usted, que no…, que no se enterará—.

Entonces, le recogió en el establo y ella estaba toda preocupada. Cuando llega la medianoche se presenta el marido. Le pone la cena:

Dice: —¿Qué? ¿Cazaste al lobo?—.

Dice: —Pues sí, era muy grande. Ahí le tengo —dice— para mañana despellejarle. —Entonces dice—¿Cómo estás así? Te veo rara, te veo | —porque la mujer estaba muy nerviosa. Dice— Te veo rara, te veo muy preocupada—.

Dice: —Es que no quiero decírtelo porque me vas a matar, pero mira, ha pasao esto—.

Dice: —Ah, no me lo digas ¿era un fraile? —dice— es que pasó por allí cuando nosotros estábamos… en…, en la, en la cabaña de los cazadores —dice—, pasó un fraile por allí —dice— y nos preguntó que dónde había una casa y le dirigimos hacia acá. —Dice— No te preocupes que no te va a pasa- | no te voy a hacer nada y en fin —dice— pero vete a llamarle y tráele a casa —dice— y le ponemos una cama y que duerma—.

La mujer toda asustaba pensó que, que le iba a matar y fue al establo y dice:

—Ay, mire lo que ha pasao, padre, ha venido y mi marido, se lo he dicho y dice que pase usted a casa. Yo no sé si no le matará o nos matará a los dos, qué pasará—.

Dice: —Nada, no te preocupes, yo voy y ya está—.

Entró en casa, le preparó la cama, ya se acostaron todos y a la mañana siguiente, cuando la mujer se levantó, se fue a la habitación de su marido para, para llamarle, que era ya bastante tarde y no se había levantado y..., y había una luz muy grande, muy grande, muy grande en la habitación y estaba su marido muerto. Entonces, se ve que el marido se había hecho bueno y esa luz, no sé, significaría que, que había bajao el espíritu santo, se había hecho bueno y eso. El fraile ya no estaba, se había marchao también. La mujer se había quedao dormida y no se había enterado de nada pero había ocurrido todo así, como Dios había querido.