La baraja simbólico-religiosa

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1433n

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Notas

Archivo sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00071B 13).

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Estando el domingo seis del corriente oyendo misa en la puerta de un batallón, observó un sargento primero que un soldado de este tenía una baraja y la repasaba con la mayor atención, por cuyo motivo tras la llegada de la fuerza al cuartel, fue conducido al calabozo, dando por escrito el delito del re-, del referido soldado, nombrando el juez y tal. Y dice y le llaman al, al cuarto de banderas que allí formaron el… pues eso, [¿?] y le dicen:

—A ver, ¿cómo se llama usted?

—Yo me llamo Andrés Espinosa de los Monteros, profeso la religión católica, apostólica, romana. De estado soltero, pertenezco al batallón Bailén número uno.

—¿Y cómo siendo usted católico, apostólico, romano como dice, en vez de estar oyendo misa con devoción ha sacado una baraja de las manos?

—Pues sí, mi capitán, —mi general o lo que fuera— porque careciendo de rosario y libros, habría de sustituirme la baraja para poder meditar en los diversos misterios de la pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo.

—Diga el acusado cómo meditar.

—La baraja encarcela los misterios —dijo— empezando por los ases: el as de bastos, que representa la columna donde amarraron al señor. En el de espadas, [¿…?]. En el de… en el de copas, la que le presentaron llena de vinagre a nuestro señor. En el de oros, lo que le dio a Judas cuando | para entregarlo—.

Y luego, bueno, así, así, así. Y luego los tres caballos, los tres reyes magos, los cuatro reyes, las cuatro, las cuatro columnas del templo de Salomón. Todo cita, todo cita, menos la sota, una sota, no sé cuál es. Y entonces le dice:

—Y ¿por qué ha citado usted todas las barajas | todas las cartas de la baraja menos la, menos la de oros?—.

Dice: —Pues mire, porque como se parecía a mi sargento primero [¿…?] de tan sagrados misterios—.

Le dieron una, de dieron una paga y tres meses de licencia temporal.