En la estación de Alicante

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1455r

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Notas

Debido a problemas técnicos, algunos versos no han quedado registrados en el archivo sonoro.

Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del MINECO “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P).

Agradecemos la colaboración de Raúl Sánchez Guerrero, responsable del Centro de Adultos de Cazorla (Jaén), y de Jovita Rodríguez Bautista, coordinadora de Centros de Adultos de la comarca de la Sierra de Cazorla.

Bibliografía

IGRH: 5012

Otras versiones de "En la estación de Alicante"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3904); Alcalá Ortiz (2006: pp. 58-60); Alguacil González (2012: pp. 60-61); Alonso Fernández et alii (2017: n.º 55); Atero Burgos (2003: n.º 273); Benítez Sánchez (2000: p. 255); Checa Beltrán (2005: n.º 44); Díaz (2007: F.26); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 91-93); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 163-164); Manzano Alonso (2003: 507-509); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 248); Moreno Moreno (2016: n.º 190-193); Pimentel García (2020: n.º 615); Tejerizo Robles (2007: n.º 425); Trapero (2000a: n.º 193); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 182).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

A la estación de Alicante     a un tren subió un melitar

en un coche de segunda     que para su casa va.

Al llegar, cogió el asiento,     el joven quedó mirando

…………………………………/…………………………………

…………………… le pregunta:     —¿Es que va usted con permiso?—.

Y el melitar le contesta:     —No, señora, voy cumplido—.

Se levanta la señora,     le dijo con mucha gracia:

—¿Me quieres coger el niño     mientras bajo a beber agua?—.

Pasaron cuatro estaciones,     la señora no volvió,

y el militar con el niño:     —Ahora, ¿qué voy a hacer yo?—.

Se queda mirando al niño:     —Niño, tu madre no viene—.

Se queda mirando al niño,     en la mano derecha llevaba colgá una llave.

Le quitaron la llave     y [¿abrieron?] maleta

y, en medio de unos papeles,     llevaba diez mil pesetas.

En los papeles decía:     “Son para el niño criarlo

y, si te falta dinero,     lo pones en el diario”.

Ha llegado a la estación,     donde todos lo esperaban,

y sus padres se le acercan     y dicen que qué pasaba.

La novia se le aproxima     diciéndole estas palabras:

—[¿De quién es este niño?]     Tú me tienes engañada—.

Desde la estación al pueblo,     le contó lo que pasaba:

cómo le habían dao al niño,     los dineros que llevaba.

Disponen de casamiento     y mu pronto se casaron;

se llevaron al niño,     con biberón lo criaron.

Cuando tuvo quince años,     lo ponen en un taller

para que aprendiera chófer,     que eran sus deseos de él.

Cuando tuvo ya ciertos años,     se ha marchó a Barcelona,

se colocó con una señora     que era muy buena señora.

El niño estaba mu a gusto,     se portaba mu bien,

y le hacían muchos regalos     de lo bien que se portaba.

Un día se quedaron solos     y lo llamó a su despacho:

—Atreve mi atrevimiento,     pero escúchame lo que te hablo:

si te casaras conmigo,     mira, yo no tengo a nadie;

todito mi capital     sería para ti y tus padres—.

Y el niño le contestó:     —Mire usted, yo pa eso

tengo yo que pedirle permiso     a los que a mí me han criado.

Y entonces la señora se levanta     y con mucho respeto dice:

—Niño, si no tienes madre,     confiésame ese secreto.

—Madre sí tuve,     pero buena no será

porque, siendo yo mu chico,     me entregó a un melitar.

—Ven acá y dame un abrazo,     hijo de mi corazón,

(…………………………………)     tu madre fui yo.

No lo hice por desprecio,     tampoco porque fui mala,

lo hice por no manchar     la honra de mis hermanas.

Resumen de "En la estación de Alicante"

Una señora muy guapa que lleva a un niño en brazos comparte vagón con un militar que regresa a casa. Esta le pide que coja a la criatura en brazos mientras baja a beber agua. Pasado un tiempo, el militar sospecha que la madre no va a volver, así que decide revisar una maleta que hay al lado del niño. La abre y descubre que contiene diez mil pesetas y una carta en la que se ruega que críen al niño. Su novia y él deciden adoptarlo. Cuando crece, se marcha a servir como chófer a una casa importante. La señora le propone matrimonio, prometiéndole todo su capital. Él acepta y, cuando ella le pide las señas, descubre que es su hijo y le explica que lo abandonó para no manchar la honra de su familia.