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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante asegura que esta oración la aprendió de su madre, quien, a su vez, aprendió muchas oraciones de su tío, que era cura.
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Agradecemos la colaboración de Miguel Cuadros Arias, responsable del Centro de Adultos de Peal de Becerro (Jaén), y de Jovita Rodríguez Bautista, coordinadora de Centros de Adultos de la comarca de la Sierra de Cazorla.
Bibliografía
IGRH: 0685
Otras versiones de "La toca de la Virgen y el alma pecadora"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
ATERO BURGOS, V. y VÁZQUEZ RECIO, N. (1997). Hacia una tipología del romancero milagroso en un corpus del sur. En J. M. Lucía Megías (Coord.), Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Alcalá de Henares, 12-16 de septiembre de 1995). Universidad de Alcalá.
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Transcripción
Una noche muy oscura, en el rigor del invierno,
murió un alma pecadora sin querer recibir el sacramento.
¿Adónde vino a parar? A los pies del Padre Eterno.
—Padre Eterno de mi vida, (.................................)
yo soy la oveja perdida que a vuestro rebaño vengo.
—¿Para qué vienes ahora si ya no tienes remedio?
Yo te dejé mi rosario; siempre lo encuentro en el suelo.
Yo te dejé mi ayuno y siempre te encuentro comiendo.
Tú ya estás condenado por el profundo infierno—.
Y la Virgen, que oyó esto, echole su manto corriendo
(...................................) y el peso cayó en silencio.