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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
El informante asegura que lo aprendió cuando era adolescente de boca de unos hombres que lo cantaban por las calles.
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Agradecemos la colaboración de Miguel Cuadros Arias, responsable del Centro de Adultos de Peal de Becerro (Jaén), y de Jovita Rodríguez Bautista, coordinadora de Centros de Adultos de la comarca de la Sierra de Cazorla.
Pendiente de transcripción musical.
Bibliografía
IGRH: 0204
Otras versiones de "La pedigüeña"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Salí de la casa el fuego, cansadito de correr,
y, por mi mala fortuna, me he encontrado una mujer.
Como era tan rebonita, yo la quise pretender;
todo y cuanto ella me dijo: —Espere usted y lo pensaré.
Caballero, si usted quiere de mi hermosura gozar,
todo cuanto yo le pida me lo tiene usted que dar.
Quiero una casa grande, hechura de mil maneras,
con balcones y ventanas caigan a la plaza Nueva;
en la puerta del jardín me has de poner una fuente
con cinco caños de oro para divertir la gente;
cuatro negros que la guarden, que de mí tengan temor,
para cuando yo dé un grito, se oculten en un rincón.
También quiero unas cortinas de terciopelo encarnao,
de techito en techito mi corazón estampao.
Desde mi casa a la iglesia mande poner un tablao,
para cuando vaya a misa, no pisar el encerao.
Desde mi casa a la iglesia me han de poner una parra,
para cuando vaya a misa, no me dé el sol en la cara.
Desde mi casa a la iglesia mande poner un almendro,
para cuando vaya a misa, tú partiendo y yo comiendo.
—Señorita, señorita, eso ya es mucho querer.
Hace usted bien de tomarlo si encuentra quién se lo dé.
—Caballero, caballero, eso no es mucho querer,
porque yo pierdo mi honra y no la vuelvo a coger.