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Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Notas del recopilador
El relato está narrado en árabe chauní.
Bibliografía
Publicado en: MOSCOSO GARCÍA, Francisco. 2003. El dialecto árabe de Chauen (norte de Marruecos). Estudios lingüístico y textos. Zaragoza, Área de Estudios Árabes e Islámicos, Universidad de Cádiz, pp. 260-269.
Transcripción
Traducción
Unas chicas estaban sentadas pasando la tarde cuando pasaron unas personas y las encontraron hablando. Una de ellas decía que quería un hombre, un hombre que se casara con ella, al cual blanquearía la casa con un cepillo para la cal | venga, cállate|, con un cepillo para la cal. Otra le decía: «yo quiero un hombre, un hombre que me tome solamente como esposa, al que le limpiaré la casa con un dedal de agua». Otra le decía: «un hombre me tomará como esposa y yo alimentaré su corte con un cuarto de cuscús». Otra decía que un hombre se casaría con ella y que le vestiría su corte con una hojita de lana. La pequeña de ellas decía que quería que un hombre se casara con ella y le diera gemelos, dos niños, un niño y una niña, que cuando rieran saliera el sol, cuando lloraran lloviera, cuando se lavaran las manos, la lisa que hierve en el agua se volviera dulce, cuando marcharan rápidamente dejaran tras ellos un ladrillo de oro y otro de plata.
Quiso Dios que aquel hombre se casara con todas ellas. Se casó con la primera, se casó con la primera, la cual amaneció en la casa. Dijo: «voy a llenarle el cepillo de cal». Le dijo: «venga, levántate, blanquea la casa». Le puso (el cepillo) sobre la pared y se secó. La repudió, la repudió, y se casó con otra, se casó con otra, se casó con otra. Nuevamente celebró las nupcias, y otra vez amaneció ella en la casa. Le llenó el dedal –el dedal lo ponemos en la mano para coser el dobladillo–, se lo llenó de agua. Le dijo: «venga, levántate y friega la casa». Lo derramó en el suelo y se secó. Otra vez la repudió. De nuevo se casó con otra | ellas eran hermanas; un solo hombre se casó con todas ellas |. Se casó con otra y le dio la hojita de lana. El día que amaneció en la casa le dijo: «venga, levántate, prepárales la ropa». Les puso el anillito en sus manos, el hilito. La repudió nuevamente y se casó con otra, se casó con otra de las hermanas, otra vez... Pesó un cuarto de cuscús y le dijo: «venga, levántate, da de comer a mi corte». Se fue hacia este cuscús y le echó más sal de lo normal, llenó el mundo de sal. Echó la salsa sobre el cuscús y les dio (de comer). Se quedaron pues con hambre. Partieron a casa de su señor y le dijeron: «estamos hambrientos». Le dijo (a ella): «márchate».
Se casó con la más pequeña de ellas, la que quería, la de... los niños. Se casó con la pequeña de ellas. Ella permaneció junto a él. Se quedó embarazada. Se quedó embarazada y aquellas hermanas empezaron a decirle: «nosotras te traeremos una matrona, hermana, nosotras te pondremos una matrona». Ella, la pobre, con toda la buena voluntad del mundo, cuando iba a dar a luz, llamó a sus hermanas. Llamó a sus hermanas y éstas trajeron unos cachorritos, dos pequeños, en una cajita. Trajeron dos perritos en aquella cajita. La mujer dio a luz sin saber lo que había traído al mundo. Cuando dio a luz, cuando hubo acabado, le dijeron: «has tenido unos perros». Ella había tenido una niña y un niño pequeños. Le dijeron: «has dado a luz unos perritos, has tenido unos perritos». Les dijo: «alabado sea Dios, mi Señor; yo te pedí unos niños y tú me has dado unos perros. No tengo nada que decirte». Se sentó junto a aquellos perros. Cuando llegó el hombre le dijeron: «la mujer ha tenido unos perros». Dijo: «alabado sea Dios». Y pensó en los perros que estaban sentados. Ella... aquellos niños, les hizo aquella deformidad, aquella deformidad... les cortó el cordón umbilical y los guardó. Los puso en una cajita y se fue a tirarla al mar, con los críos, y le dejaron los perros. Los tiraron al mar.
Había un hombre que era muy pobre y que sólo tenía un puñado de niños, así. Por la mañana la mujer había dado a luz. Dio a luz la mujer. Dio a luz la mujer y marchó al mar para pescar algunos pececitos para preparárselos a aquella mujer y dárselos para que se los comiera ya que no tenía qué darle, no tenía ni siquiera nada. Estaba él pescando y aquella cajita llegó a sus manos. Aquella cajita que llevaba dentro aquellos niños llegó a sus manos. La abrió y dijo: «alabado sea Dios, mi señor. Mira, un hombre que alaba a Dios. Tengo unos pequeños y además me envías otros, es decir, no tengo qué darles. Por lo que se ve su gente los ha tirado y yo no los tiraré». Volvió a cerrar aquella cajita, la cogió con sus manos y se marchó a donde estaba su mujer. La mujer tenía delante de ella al recién nacido y a los pequeños que eran muchos para poder criarlos. Estaba sentada y no tenía absolutamente nada. Le dijo: «¡cuándo veas lo que te he traído!» Le dijo: «¿Qué me has traído?» Le respondió: «aquí te he traído unos niños». Entonces ella le dijo: «que sean bienvenidos, que sean bienvenidos, que sean bienvenidos, Dios nos los ha ofrecido, nosotros no tenemos nada y nuevamente mi Señor nos da sus bienes, que sean bienvenidos, tráelos».
Se los dio y ella les dio de mamar. Se los dio y mamaron. Se los dio... Los lio en unos trapos ya que no tenía ropa ni nada de nada. Los lio en unos trapos, los acostó delante de ella y dejó el suyo allí. Acostó a aquel niño delante de ella para calentarlo. Los puso a su lado. Aquel mamó y aquella mamó, aquella mamó. Empezaron aquellos niños... cuando lloraban, llovía a mares, llovía mucho, no sabían de dónde venía (la lluvia). En fin, aquellos niños comenzaron a crecer. Fueron a felicitarlos. Empezaron a felicitarlos y a acariciar sus cabezas. Empezaron a acariciar sus cabezas y el dinero empezó a caer de sus cabezas, el real, los reales caían de sus cabezas. La gente se quedó atónita. Él recogía y la mujer acariciaba sus cabezas. Él recogía, | «¡Recoge! ¡Recoge!». Les compró ropa, les compró trigo, les compró... compró todo, compró aquello que querían, todo. Saltaba de alegría con aquellos niños. Compró todo. Hizo la fiesta de la imposición del nombre, lo preparó todo. Estaba contento con aquellos niños. Aquellos niños, cuando empezaban a reír, salía el sol, cuando lloraban, llovía. Entonces supieron el porqué. Aquellos niños empezaron... | Estaban contentos con aquellos niños. Aquellos niños empezaron..., crecieron y empezaron a marchar deprisa. Cuando empezaban a andar deprisa... Ahora, cuando pasaba su mano sobre sus cabezas, empezaban los reales a caer de sus cabezas. Cuando empezaban a andar deprisa, dejaban un ladrillo de oro y otro de plata tras ellos, sólo para que fueran recogidos.
Crecieron y aquellas tías de ellos adivinaron qué les ocurría. Se dieron cuenta y supieron que estaban vivos. Creían que los habían tirado al mar y estaban muertos. Un día, aquellos niños, aquel padre de ellos ahora, aquel hombre que los había criado, se hizo rico y poseía muchas (riquezas), tenía mucho dinero (el mundo es sucio), tenía mucho. Construyó casas, hizo dinero, compró ropas, todo, no había nadie como él. Ellos... | su padre era el Sultán de aquellos niños. Ellos, aquel asunto, aquellos niños salieron a la puerta para jugar y aquella mujer, ahora, que los había puesto en la cajita y los había tirado al mar, aquella viejecita pasaba, pasaba (por allí) y les dijo: «si vuestro padre os quisiera, os haría una gallinita de oro con sus pollitos de plata». Entraron llorando, entraron llorando, y empezó la lluvia a caer con fuerza. Llegó aquel hombre que los había criado corriendo: «¿Qué os ocurre hijos míos? ¿Qué os ocurre?» Les decía: «¡Hijos míos! ¿Qué os ocurre? ¿Qué os ocurre? ¿Qué os ocurre?» Le dijeron: «queremos... si nos quisieras, nos harías una gallina de oro con sus polluelos de plata”. Les dijo: «os la haré». Se la hizo, se la hizo y se la llevó.
Pasaron unos días, los niños jugaban con la gallina de oro y sus pollitos de plata, la viejecita pasó de nuevo y les dijo: «si vuestro padre os quisiera os haría una ventana hacia el sol, una hacia la luna y otra hacia el pozo del mar». Otra vez entraron llorando y bajaron. Y nuevamente les hizo (las ventanas). Y pasó un cierto tiempo (lo que Dios quiso). Nuevamente pasó aquella viejecita mientras que los niños estaban jugando y les dijo: «si vuestro padre os quisiera, os haría un arrayán que dance, un ladrillo que dance, un ladrillo como si danzara, un arrayán que dance y un pez amarillo que sobre las planchas de piedras amarillea». Otra vez entraron llorando, nuevamente bajaron y se los hizo.
Un día, ahora, en el que ella les estaba cortando la carne sacrificada, les dijo: «si fuerais...» De nuevo se encontró con ellos y les dijo: «si vuestro padre os quisiera os traería al pájaro hablador, el cual canta». ¿Y dónde se encuentra el pájaro hablador? El pájaro hablador, quien consigue llegar a donde él está, si este lo toca, muere; no que muera, sino que se queda como si estuviera dormido, como dormido. El joven se levantó... se dio la vuelta y le dijo: «padre, voy a ir a traer al pájaro hablador». Le respondió: «hijo mío, no puedes atrapar al pájaro hablador, no puede ser cogido para ti». Le dijo: «voy a ir a traerlo». Le dijo: «(prepárame) la silla de montar». Le preparó la silla de montar, le preparó las provisiones, le puso lo que cogió y se marchó.
Cuando se fue, iba andando y encontró a un hombre sentado sobre una cascarita de bellota, sentado. Se acercó él y le dijo: «la paz sea contigo». El otro le respondió: «la paz sea contigo hijo del Sultán. Por Dios, mi paz no hubiera precedido a tu paz ni mi palabra a tu palabra hasta que no te hubiera mordido, hubiera bebido tu sangre y tus huesos los hubiera arrojado al cielo. ¿Vas a traer ahora al pájaro hablador?» Le dijo: «sí». Le dijo: «si te habla, no le hables, si te recita, no lo hagas tú, y si te sonríe no le sonrías hasta que se duerma, se vuelvan rojos sus ojos y esté durmiendo, entonces atrápalo». Le dijo: «de acuerdo». Continuó adelante, siguió andando y encontró a otro hombre sobre una cascarita de huevo sentado. Le dijo: «la paz contigo». Le respondió: «y contigo también hijo del Sultán. Por Dios, no habrá precedido mi paz a tu paz ni mi palabra a la tuya hasta que te haya mordido, haya bebido tu sangre y haya arrojado tus huesos al cielo. ¿Vas a traer al pájaro hablador?» Le respondió: «sí». Nuevamente le dijo lo mismo, le dijo: «...si te habla, no le hables, si te sonríe, no le sonrías y si... todo aquello que te haga...». Continuó (su camino), se marchó, llegó y encontró al pájaro hablador que estaba recitando... recitando el nombre de Dios. Ahora, su jaculatoria era muy hermosa. Seguía recitando. Cuando fue medianoche, cuando la oscuridad de la noche se hubo acentuado, decía: «¡Oh aquel que acompaña al extraño durante la larga noche! ¡Oh aquel que acompaña al extraño durante la larga noche!». Siempre solía decir lo mismo: «¡Oh aquel que acompaña al extraño durante la larga noche!» Le dijo: «yo te aconsejaré». Se dio cuenta de que él estaba junto a él, le acarició y le hizo caer con los siervos de Dios, aquellos que habían caído allí.
Cuando aquel niño iba a ponerse en marcha, dejó a su hermana una maceta, la maceta de ella y la de él. Le dijo: «riégalas y cuídalas las dos de la misma forma. Si la mía se vuelve verde y reverdece como la tuya, entonces sabrás que voy a traer al pájaro hablador y vendré. Y si se vuelve amarilla la mía y la tuya está bien, sabrás que el pájaro hablador me ha dormido, no vendré». La suya... Las regó y las cuidó por igual y la suya se volvió verde, reverdeció, y la de (su hermano) se puso amarilla. Se sentó a llorar a su padre diciéndole: «necesito partir, partir, partir, partir, partir». Preparó de nuevo para ella aquella silla de montar y dispuso todo lo que necesitaba. Entonces se marchó, se marchó y encontró también a aquel hombre, el de la cascarita de bellota. Le dijo: «la paz contigo». Le respondió: «y contigo hija del Sultán. Por Dios, mi paz no habrá precedido a tu paz, ni mi palabra a tu palabra hasta que no te haya mordido, haya bebido tu sangre, tu lengua, y haya arrojado tus huesos al cielo. Tú vas ahora a traer al pájaro hablador. ¿No es así?» Le respondió: «sí». Le dijo: «si te habla, no le hables, si te sonríe, no le sonrías, si te dirige la palabra no le contestes. Cuando enrojezcan sus ojos y se den la vuelta, estará dormido. En este momento atrápalo con la mano y llévatelo». Le dijo: «de acuerdo». De nuevo continuó su camino. Llegó al otro que estaba sentado sobre la cascarita de huevo y le dijo nuevamente: «la paz contigo». Le respondió: «y contigo hija del Sultán. Por Dios, si... tu palabra hasta que te haya mordido haya bebido tu sangre y haya arrojado tus huesos al cielo. Y ahora, si te sonríe no le sonrías, si te echa, no te vayas, si te recita (el nombre de Dios), no lo hagas tú, actúa como si no estuviera allí». Le dijo: «de acuerdo». Se fue, se fue y encontró a aquel pájaro hablador recitando sobre su atalaya. Permaneció recitando, permaneció así, de esa forma... hasta que ella se cansó y, allí mismo, se sentó y decía: «¡Oh aquel que acompaña al extraño durante toda la noche! ¡Oh aquél que...!» Para ver si había con él alguien o no. Aquello era para ver si había alguien con él. «¡Oh aquel que acompaña al extraño durante toda la noche! ¡Oh aquel...!» Ella hizo como si no estuviera allí, murió, no hizo ni un ruido, no hizo ni un ruido, hasta que se durmió. Cuando se durmió y sus ojos se dieron la vuelta, entonces lo atrapó con la mano y lo metió en una jaula.
Dijo él: «voy a hablar contigo hija del Sultán, voy a hablar contigo». Ellos eran los hijos del Sultán y no sabían nada... «voy a hablar contigo». Le dijo: «venga, arráncame una pluma de mi ala y toca (con ella) a toda esta gente para que se levante». Arrancó aquella pluma de su ala, tocó (con ella) a los siervos de Dios y todos se levantaron. Todos le decían: «soy tu servidor». Unos le decían esto y otros aquello. Se levantó su hermano con ellos. Ella llevó a aquel pájaro hablador y llegó. (El pájaro hablador) les hizo saber (todo)... Informaron al Sultán de que en su casa estaba aquel pájaro hablador (........) y él tenía todo el comercio. Le dijo: «voy a cenar contigo». Le respondió: «de acuerdo, bienvenido». Preparó la cena e hizo todos los preparativos para que viniera. La niña, ahora la niña era la niña y el niño el niño. Él llegó, llegó, aquel... un cuervo. Entró, entró aquel hombre, aquel Sultán entró en casa de aquel hombre y se sentó. Y el cuervo vino trayendo en su pico unos granos y se sentó a comer en una ventana. Él, ahora, mientras entraba, aquella chica se fue a esconderse, pues el hombre de la gente estaba entrando y ella se ocultó (para que no la viera) su padre. Se escondió, se escondió y el otro, ahora, solamente miraba, no habló, así. Le dijo el cuervo: «¡Sorpresa! ¡Sorpresa!». El cuervo estaba comiéndose los granos en la ventana. Entonces él, entonces aquel cuervo, ahora el cuervo estaba hablándole, no de esta forma. Entonces el cuervo le dijo: «¡Sorpresa, sorpresa, la hija se oculta de su padre!». Es decir que ella se ocultó para que no la viera su padre. Le dijo: «sorpresa, sorpresa, la hija se oculta de los ojos de su padre». Entonces él le dijo: «quisiera preguntarte de dónde te han llegado los niños». Le respondió: «... de esta forma han llegado a mí, de esta forma han llegado a mí los niños». Le dijo: «yo era pobre, no tenía nada y fui a pescar. Mi mujer dio a luz por la mañana. Tengo un puñado de niños, muchos niños, y mi mujer tuvo un niño por la mañana. Así que fui a pescar. Cuando fui a pescar, llegó a mis manos aquella cajita en la que estaban los niños, en el fondo de ella encontré a los niños». Le dijo: «los cogí y los crie. Entonces, cuando se reían, salía el sol, cuando lloraban, llovía, cuando le acariciaban sus cabezas, caían reales de ellas». Le dijo: «cuando andaban deprisa, iban dejando un ladrillo de oro y otro de plata». Le dijo: «yo viví con ellos». Le respondió entonces: «que Dios te perdone por todo, todo lo que hiciste con... aquello que yo te diga, cógelo; yo cogeré a mis hijos...» Y bien, ellos lo cogieron... Le dijeron: «padre, aquel hombre que nos ha criado, no le quites nada, solamente nos llevaremos de él a aquel pájaro hablador, cogeremos este... dejadlo con todas las riquezas y nosotros, si necesitamos (algo), vendremos a su casa». Cogió a sus hijos y se fue. Sacó aquellos perros, que habían crecido y se habían vuelto como los cochinos, metió a la mujer, la pobre, que estaba tirada en el zaguán con los perros, (en la casa) y a continuación celebró la fiesta de la imposición del nombre para sus hijos e hizo... Se acabó.
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Transcripción
kānu ši d əl-bnāṯ sāmʀīn, gālsīn u gāzu šăy ən-nās, ṣābūhŭm lā-yhăḍʀu. ʔālu wăḥda, ʔāləṯ xăṣṣa ʀāžĭl, yʕăbbīha ʀāžĭl, dbĭyyəṭ lu d-dāʀ b əš-šəṭṭāba ḏ əğ-ğīʀ -īwa āskŭṯ-[1] b əš-šəṭṭāba ḏ əğ-ğīʀ. āxʀa ʔāṯṯ[2] la: «āna lā-yxăṣṣni ʀāžĭl, măṣṣāb ġa yʕăbbīni ʀāžəl, năxsəl[3] lu d-dāʀ b əl-ḥəlʔa d əl-ma». āxʀa ʔāṯṯ la: «āna lā-yʕăbbīni ʀāžĭl nʕăšši lu l-mḥălla dyālu b əʀ-ʀbăʕ d əṭ-ṭʕām». āxʀa ʔāləṯ hĭyya yʕăbbīha ʀāžəl dăçsi lu l-mḥălla dyālu b əl-wʀīʔa ḏ əṣ-ṣūf. s-sţīţwa fīhĭm, ʔāləṯ hĭyya xăṣṣa yʕăbbīha ʀāžĭl dŭwlăḏ lu t-ţwām, dā-dăṭlŭb m ăḷḷāh yăʕṭīha t-ţwām, əğ-ğūğ ḏ əl-ʕyāl, l-ʕāyla w l-ʕāyəl. yṭăḥku[4], dəšʀăʔ əl-ʔāyla. yĭbkīw, yṭīḥ š-šţa. yxăslu yĭddĭm, yḥăllīw l-būʀi yĭġli f əl-ma. yxăllfu, yxăllīw l-lāžūʀa ḏ əd-dhăb w āxʀa ḏ əl-fĭḍḍa, mən mūʀāhĭm.
ğāb ăḷḷāh dīç əʀ-ʀāžĭl māš yʕăbbīhəm kāmlīn. ʕăbba l-lŭwwlĭyya, ʕăbba l-lŭwwlĭyya, ṣăbḥăṯ f əd-dāʀ. ʔāl: «nʕămmăʀ la š-šăṭṭāba ḏ əğ-ğīʀ». ʔāl la: «īwa ʔūm, bĭyyəṭ[5] əd-dāʀ». ʔʔāṯa f əl-ḥăyṭ, yĭbsəṯ. ṭəllʔa, ṭəllʔa, ʕāwəḏ ʕăbba āxʀa, ʕăbba āxʀa, ʕăbba āxʀa. ʕāwəḏ ʔʔa la l-ʕŭʀs, ʕāwəḏ ṣăbḥăṯ f əd-dāʀ. ʕămmăʀ la l-ḥălʔa -əl-ḥălʔa nā-năʔʔīw f yĭddna bāš nxăyyṭu l-ʔfa-. ʕămmăʀ la b əl-ma. ʔāl la: «īwa ʔūm, sĭyyăʔ əd-dāʀ». kăbbāṯa f əl-ʔăʀḍ, yĭbsəṯ. ʕāw ṭəllʔa. ʕāwəḏ ʕăbba āxʀa -hūma l-xūṯ, ʀāžəl wāḥəd ʕăbbāhəm kāmlīn-. ʕăbba āxʀa, ʕāwəḏ ʕṭāha l-wʀīʔa d əṣ-ṣūf. n-nhāʀ ṣəbḥəṯ f əd-dāʀ, ʔāl la: «īwa ʔūm, āʔʔi lŭm l-ksāwi». ʔʔāṯ ləm l-xwīṯma f yĭddəm, l-xwĭyyăṭ. ʕāwəḏ ṭăllʔa, ʕāwəḏ ʕăbba āxʀa, ʕăbba xţ āxʀa, ʕāwəḏ... kĭyyəl lă-ʀbăʕ d əṭ-ṭʕām, ʔāl la: «īwa ʔūm, ʕăšši li l-mḥălla dyāli». ʕāwəḏ mšāṯ n dīç əṭ-ṭʕām u zādāţu l-mlăḥ u ʕămmʀăṯ əd-dŭnya b əl-mlăḥ u săʔʔāṯ ləm u ʕṭāṯəm u bʔāw b əğ-ğūʕ. mšāw n ʕănd sīdəm. ʔālu lu: «ḥna b əğ-ğūʕ...» ʔāl la: «fāyn dīç əṭ-ṭʕām lli ʔʔīṯ n ən-nās?» ʔāṯṯ lu: «hŭwwa hāḏa». ʔāl la: «āmši f ḥāləç».
ʕăbba s-sţīţwa dyāləm, d lā-yxăṣṣa d... l-ʕyāl. ʕăbba s-sţīţwa dyāləm. bʔāṯ mʕāh. tţăʔʔləṯ. tţăʔʔləṯ, bdāw dīç əl-xūṯa, yʔūlu la: «ḥna nğību ləç l-ʔābla, ăxţi ḥna nʕăbbīw ḥna ṭ-ṭbīb, ăxţi ḥna nğību ləç l-ʔābla, ăxţi ḥna nā-năʔʔīw ləç əl-ʔābla». hĭyya məskīna ʕla nĭyyṯa, māy kāṯṯ māš dŭwlăḏ, ʕăyyṭăţ n xūţa. ʕăyyṭăţ n xūţa, žāw xūṯa, ğābu l-fʀīxāţ d əğ-ğʀa, ğwīžāṯ, f əʀ-ʀbīʕa. ğābu ğăwž ši fʀīxāţ d əğ-ğʀa f dīç əʀ-ʀbīʕa. lə-mʀa wŭldəṯ ma ʕʀăf ʀāsa š wŭldəṯ. mnāyn wŭldəṯ, kəmmləṯ, ʔālu la: «nţi wlătţ[6] əğ-ğʀa». hĭyya wŭldəṯ əl-ʕwīla w l-ʕwīyəl. ʔālu la: «nţīna ʔʔīṯ əğ-ğʀīwāṯ, ʕməlţ əğ-ğʀīwāṯ». ʔāṯṯ lu «l-ḥămdu lī-llāh ya sīdi ʀăbbi, āna ṭlăbţ ʕlīç l-ʕyāl u nţi ʕṭīţni ğ-ğʀa, ma ʕăndi ma nʔūl ləç». gəlsəṯ mʕa dīç əğ-ğʀa. ğa ʀ-ʀāžəl, ʔālu lu: «lə-mʀa wŭldəṯ əğ-ğʀa». ʔāl: «l-ḥămdu lī-llāh». ʕʔăl əğ-ğʀa hāwm gālsīn. hĭyya[7],... dīç əl-ʕyāl, ʔʔāṯəm dīç əl-ʕwəz, dīç əl-ʕwəz... ʔăṭʕəṯ la s-sŭʀʀa w kāṯṯ[8] mʕāha. ʔʔāṯəm f dīç əʀ-ʀbīʕa w mšāṯ ṭălʕāṯa f əl-bḥăʀ, f əl-ʕwīnəš u xăllāw la ğ-ğʀa. ṭălʕāṯəm f əl-bḥăʀ.
wāḥ əʀ-ʀāžəl kān dăʀwīš bəzzāf, ma ʕăndu ġa kŭmša ḏ əl-ʕyāl, hāyda. ṣăbḥăṯ lu lə-mʀa ʕāw mūlūḏa. wŭldəṯ lu lə-mʀa. wŭldəṯ lu lə-mʀa, mša n əl-bḥăʀ yĭṣṣāḏ ši ḥwīţāṯ bāš yṭăyybəm n dīç lə-mʀa w yăʕṭīhəm lā-ḏākləm, ma ʕăndu ma yăʕṭīha, ma ʕăndu ḥătţa ši ḥāža. hŭwwa lā-yĭṣṣāḏ u dīç əʀ-ʀbīʕa žāṯ n yĭddu. dīç əʀ-ʀbīʕa fīha dīç əl-ʕyāl ğāṯ n yĭddu. fəṯḥa, ʔāl: «l-ḥămdu lī-llāh ya sīdi ʀăbbi w šūf a mnāḏəm lā-yăḥməḏ ăḷḷāh, āna ʕăndi l-făʀxīn u ʕāw zĭtţni[9] āxāʀīn, zăʕma, ma ʕăndi ma năʕṭīhĭm. b əl-ḥăʔʔ nāsəm ʀmāwhĭm w āna ma năʀmīhĭm ši». ʕāw šədd dīç əʀ-ʀbīʕa, ʔʔāha f yĭddu w mša f ḥālu ʕănd lə-mʀa. lə-mʀa ʔŭddāma t-ţʀābi dyāla d xlăʔ la w l-făʀxīn ʔŭddāma ʀ-ʀwīna w hĭyya gālsa, ma ʕănda ḥătţa ši ḥāža. ʔāl la: «w īla dʀa š ğĭbţ ləç āna». ʔāləṯ lu: «š ğĭbţ li?» ʔāl la: «ha ğĭbţ ləç l-ʕāyəl» ğāṯ hĭyya, ʔāṯṯ lu: «măʀḥāba bīhəm, măʀḥāba bīhəm, măʀḥāba bīhəm, ʀăzʔəm ʕla ăḷḷāh, ḥna ma ʕăndna wālu w ʕāwəḏ ʕṭāha mənna ʀăbbi, măʀḥāba bīhəm. āʀāhəm!»
ʕṭāhəm la, ʀăṭṭʕāṯəm. ʕṭāṯəm yʀŭṭʕū[10]. ʕṭāṯəm... lŭwwāṯəm f əl-xʀāyʔāṯ, ma ʕănda lă-ḥwāyəž wəlla ḥătţa ši ḥāža. lŭwwāṯəm f əl-xăʀʔāṯ, ţəkkāṯəm ʔŭddāma, xăllāṯ dyāla ʀa fāyn. ţəkkāṯ dīç əl-ʕāyəl ʕŭddāma bāš ysŭxxnu, ʔʔāṯəm ḥdāha, ʀṭăʕ hāḏa, ʀṭăʕ hāḏi, ʀṭăʕ hāḏi. bdāw dīç əl-ʕyāl, mnāyn yĭbkīw yži l-hzīz d əš-šţa, š-šţa bəzzāf, ma ʕăʀfu mənyāš. īwa dīç əl-ʕyāl lā-ykəbʀu. mšāw yfăʀḥu bīhĭm. bdāw yfəʀḥu bīhĭm u ysəllku ləm ʕla ʀāsəm. ha w bdāw ysəllku ləm ʕla ʀāsəm. bdāw ysəllçu ləm ʕla ʀāsəm, bda l-flūs ṭāyḥīn mən ʀāsəm, ʀ-ʀyāl, ʀ-ʀyālāṯ ṭāyḥīn mən ʀāsəm. n-nās nbăhṭu[11]… hŭwwa lā-yĭžmăʕ, lə-mʀa lā-dsəlləç ləm ʕla ʀāsəm. hŭwwa lā-yĭžmăʕ, āžmăʕ, āžmăʕ. šʀa ləm l-ḥwāyəž, šʀa ləm z-zʀăʕ, šʀa ləm... šʀa kŭll ši, šʀa d xăṣṣəm kāməl. făʀḥān māš yṭīʀ b dīç əl-ʕyāl. šʀa kŭll ši. ʔʔa s-sābăʕ, ʔʔa kŭll ši dyālu. hŭwwa făʀḥān b dīç əl-ʕyāl. bdāw dīç əl-ʕyāl, mnāyn yṭăḥku dəšʀăʔ əl-ʔāyla, mnāyn yĭbkīw yṭīḥ š-šţa. ʕād ʕăʀfu mənyāš. bdāw dīç əl-ʕyāl... hūma făʀḥānīn b dīç əl-ʕyāl.
dīç əl-ʕyāl bdāw... kəbʀu, bdāw yxăllfu. mnāyn yĭbdāw yxăllfu... dāba mnāyn ysəlləç ləm yĭdda ʕla ʀāsəm, yĭbda ʀ-ʀyāl ḥābăṭ mən ʀāsəm. mnāyn yĭbdāw yxăllfu, bdāw yxăllīw l-lāžūʀa ḏ əd-dhăb w āxʀa ḏ əl-fĭḍḍa, mūʀa ṭăhʀăm, ġa məṣṣāb ġa lā-yĭţlăʔʔăṭ.
kəbʀu w ʕāʔu bīhəm dīç xālţāṯəm. ʕāʔu bīhəm, bāʔyīn f əd-dŭnya, ḥsābəm dāba ʀmāwhŭm f əl-bḥăʀ u māṯu. wāḥ ən-nhāʀ, hūma dīç əl-ʕyāl, dīç bābāhəm dāba, dīç əʀ-ʀāžĭl d ʀăbbāhəm, ʀžăʕ ţāžəʀ u bəzzāf ʕăndu, mwŭssxa d-dŭnya, ʕăndu bəzzāf. ʔʔa əd-dyāʀ u ʔʔa l-flūs u ʔʔa l-ḥwāyəž, kŭll ši, ḥătţa wāḥəd ma hu fḥālu. hūma... bābāhəm kān əs-sŭlṭān d dīç əl ʕyāl. hūma, dīç əl-hămm, dīç əl-ʕyāl xŭʀğu n əl-bāb ylăʕbu w dīç lə-mʀa dāba d ʔʔāṯəm f ʀ-ʀbīʕa w ʀmāṯəm f əl-bḥăʀ, gāyza dīç əl-ʕgīwza, gāyza, ʔāṯṯ ləm: «kūn kŭtţu[12] ʕănd bābākŭm ʕzāz, ka ʔʔa lkŭm əğ-ğḏīwḏa ḏ əd-dhăb u wlāḏa ḏ ən-nŭʔʀa». dăxlu yĭbkīw, dăxlu yĭbkīw. ğa š-šţa hābăṭ b əl-hzīz. ğa dīç əʀ-ʀāžəl d ʀăbbāhəm, lā-yĭžʀi: «š ʕăndkŭm a wlādi? š ʕăndkŭm?» yʔūl lŭm: «wlāḏi, š ʕăndkŭm? š ʕăndkŭm? š ʕăndkŭm?» ʔālu lu: «xŭṣṣna, ka kŭnna ʕăndəç ʕzīzīn, ka ʔʔīṯ lna ğ-ğḏāḏa ḏ əd-dhăb u wlāḏa ḏ ən-nŭʔʀa». ʔāl ləm: «năʔʔīha lkŭm». ʔʔāha ləm, ʔʔāha ləm u žāba ləm.
ʕāw gŭwwzu ši ăyyāmāṯ, hūma lā-ylăʕbu b dīç əğ-ğḏāḏa d əd-dhăb w wlāḏa d ən-nŭʔʀa, dīç əl-ʕgīwza ʕāwəḏ gāyza, ʔāṯṯ ləm: «ka kŭtţu ʕănd bābākŭm ʕzāz ka ʔʔa lkŭm ṭāʔa n əš-šəmš u ṭāʔa n əl-ʔmăʀ u ṭāʔa n bīʀ əl-bḥăʀ». ʕāwəḏ dăxlu yĭbkīw u yhăbṭu, ʕāwəḏ ʔʔāha ləm. ʕāwəḏ gŭwwəz ma šāʔ ăḷḷāh u ʕāwəḏ gāzəṯ dīç əl-ʕgīwza w dīç əl-ʕyāl ʕāwəḏ lā-ylăʕbu. ʔāṯṯ ləm: «ka kŭtţu ʕănd bābākŭm ʕzāz, ka ʔʔa lkŭm ʀăyḥāna dəšṭăḥ u lāžūʀa dəšṭăḥ u lāžūʀa k dəšṭăḥ u ʀăyḥāna dəšṭăḥ u l-ḥūţ lă-ṣfăʀ ʕla ṣ-ṣfāyăḥ lā-yṣăffăʀ». ʕāwəḏ dăxlu yĭbkīw, ʕāwəḏ yhăbṭu, ʕāwəḏ ʔʔāha ləm.
wāḥ ən-nhāʀ dāba bāš dăʔṭăʕ ləm d-dbūḥ, ʔāṯṯ ləm: «ka kŭtţu... ʕāwəḏ ţlāʔāṯəm, ʔāṯṯ ləm: ka kŭtţu ʕănd bābāçŭm ʕzāz, ka ʔʔa lkŭm əṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ, lā-yġănni b ġnāh». u ṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ, fāyn yṣībūh? əṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ əlli ybəllăġ n ʕăndu, lā-ysəllək ʕlīh lā-ymūṯ, mūši lā-ymūṯ, fḥāl dāba nāyəm, fḥāl nāʕyəs. u l-ʕăzʀi ʔām... yĭnbūlŭṭ. ʔāl lu: «a bāba, māš nəmši nğīb əṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ». ʔāl lu: «a bni, əṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ mūši kāyn dʔăbṭu, ma yĭnʔăbṭu ləç ši». ʔāl lu: «māš nəmši nğību». ʔāl lu: «s-săʀž». ṣăġġăb lu s-săʀž, ʔʔa lu l-ʕwīn u ʔʔa lu ma yʕăbbi w mša.
mnāyn mša, hŭwwa māši w yĭţlāʔa ʀāžəl gāləs f əl-ʔšīʀa d əl-bəllōṭ, ʀāžəl f əl-ʔšīʀa d əl bəllōṭ gāləs. ğa hŭwwa, ʔāl lu: «s-sālāmu ʕlīkŭm». ğā hŭwwa, ʔāl lu: «ʕlīç əs-sālāma a wŭdd əs-sŭlṭān. wăḷḷāh u ka ma sbăʔ slāmi n slāməç u klāmi n klāməç, ḥătţa ka ʔʔīṯ lăḥməç f əl-ʕăṭṭa[13] w dəmməç f əš-šŭʀba w ʕṭāməç[14] nšĭyyăʕ bīh n əs-sma. dāba nţi māš dəmši dğīb əṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ?» ʔāl lu: «ĭyyāh». ʔāl lu: «īla yhăḍʀəç, ma dhăḍʀu w īla yĭdkăʀ ləç ma dədkŭʀ lu w īla yăṭḥăk ləç ma dăṭḥăk lu ḥătţa yĭnʕăs, yăḥmāʀu ʕăynu w ykūn nāʕyəs, ʕāḏ āʔbṭu». ʔāl lu: «wāxxa». ʕāw zāḏ n nīhīn, zāḏ n nīhīn. ʕāw ṣāb wāḥ əʀ-ʀāžəl f əl-ʔšīʀa d əl-bəyṭa, gāləs. ʔāl lu: «s-sālāmu ʕlīkŭm». ğa hŭwwa, ʔāl: «ʕlīç s-sālāma a wŭdd[15] s-sŭlṭān. wăḷḷāh ka ma sbăʔ slāmi n slāməç u klāmi n klāməç ḥătţa ka ʔʔīṯ lăḥməç f əl-ʕăṭṭa w dəmməç f əš-šŭʀba w ʕṭāməç nšĭyyăʕ bīh n əs-sma. māš dəmši dğīb əṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ?» ʔāl lu: «ĭyyāh». ʕāwəḏ ʔāl lu hāyḏāç, ʔāl lu: «...yhăḍʀəç, ma dhăḍʀu w īla yăṭḥăk ləç, ma yăṭḥăk lu w īla... š ma ʕməl ləç». hŭwwa zāḏ, hŭwwa mša, bəllăġ, yṣīb dīç əṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ lā-yĭdkŭʀ (...) lā-yĭdkŭʀ ăḷḷāh. dāba d-dkīʀ dyālu məzyān bəzzāf. lā-yĭdkŭʀ. māyn nāṣăṣ əl-līl u ʕăsʕăs əl-līl u n-nās yʔūl «a mən di ywŭnnəs əl-ġʀīb f əl-līl əṭ-ṭwīl, a mən di ywŭnnəs əl-ġʀīb f əl-līl əṭ-ṭwīl». dāymăn lā-yʔūl hāyḏa, «a mən di ywŭnnəs əl-ġʀīb f əl-līl əṭ-ṭwīl». hŭwwa ʔāl lu: «āna nwŭṣṣēç». hŭwwa ʕāʔ bīh hāw mʕāh, səlləç ʕlīh, ṭăyyḥu mʕa ʕībāḏ ăḷḷāh, hādūk lli mṭăyyḥīn ţəmma.
hŭwwa mnāyn kān māši dīç əl-ʕāyəl, xălla n xţu wāḥ əl-măḥbăʔ, măḥbăʔ dyāla w măḥbăʔ dyālu. ʔāl la: «āsʔīhəm fḥāl băʕṭŭm w ānʔšəm fḥāl băʕṭŭm. īla xḍāʀāṯ dyāli w ṯnăʕnʕəṯ fḥāl dyāləç, āʕʀăfni āna māš nğīb ṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ u nği. w īla ṣfāʀăṯ dyāli w dyāləç məzyāna āʕʀăfni ṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ nĭyyəmni, māši nği š». hĭyya dyāla... dəsʔīhəm mʕa băʕṭŭm u dăʕddləm mʕa băʕṭăm u hĭyya lā-dăxḍāʀ u ḏəṯnăʕnăʕ u dyālu ṣfāʀăž. gəlsəṯ dā-ḏəbki n bābāha, dʔūl lu: «ma xăṣṣni nəmši,... nəmši, nəmši, nəmši, nəmši, nəmši». ʕāw ʔʔa la dīç əs-săʀž dyāla w ʔʔa la kŭll ši dyāla. ʕāwəḏ mšāṯ, ʕāwəḏ mšāṯ, ʕāwəḏ ţlāʔāṯ dīç əʀ-ʀāžəl, mūl əl-ʔšīʀa ḏ əl-bəllōṭ. ʕāwəḏ ʔāṯṯ lu: «s-sālāmu ʕlīkŭm». ğa hŭwwa ʔāl la: «ʕlīç s-sālāma a bətţ əs-sŭlṭān. wăḷḷāh, ka ma sbăʔ slāmi n slāməç u klāmi n klāməç ḥătţa ka ʔʔīṯ lăḥməç f əl-ʕăṭṭa w dəmməç f əš-šŭʀba w lsānəç u ʕṭāməç nšĭyyăʕ bīh n əs-sma. dāba nţi māš ḏəmši dğīb ṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ, yāç?» ʔāṯṯ lu: «ĭyyāh». ʔāl la: «īḏa yhăḍʀăç ma ḏhăḍʀu w īda yăṭḥăk ləç ma ṭăṭḥăk lu, u yhăḍʀu, ma dəhḍăʀ ši. mnāyn yăḥmāʀu ʕăynu w nbălṭu, ḏā-ykūn nāʕyəs. dīç əs-sāʕa ākəmšu w āʀăfdu». ʔāṯṯ lu: «wāxxa». ʕāwəḏ zāḏ n nīhīn. wŭṣləṯ n āxŭʀ ʕāw f əl-ʔšīʀa ḏ əl-bəllōṭ, gāləs, ʕāwəḏ ʔāṯṯ lu: «s-sālāmu ʕlīkŭm». ʔāl la: «ʕlīç əs-sālāma a bətţ əs-sŭlṭān. wăḷḷāh, ka ma sbăʔ slāmi n slāməç u klāmi n klāməç īla ḥătţa ka ʔʔīṯ lăḥməç f əl-ʕăṭṭa w dəmməç f əš-šŭʀba w ʕṭāməç nšĭyyăʕ bīh n əs-sma. u dāba īla yăṭḥăk ləç, ma ṭăṭḥăk lu w īla yhăğğʀəç, ma ḏhăğğʀu w īla yĭdkăʀ ləç, ma dədkŭʀ lu, ḥsāb ʀāsəç māši ţəmma». ʔāṯṯ lu: «wāxxa». mšāṯ, mšāṯ, dṣību ʕāwəḏ, dīç əṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ ʕla bʀūžu lā-yĭḏkŭʀ. bʔa yĭḏkŭʀ, bʔa yĭḏkŭʀ, bʔa yĭḏkŭʀ... ḥătţa dăʕya w mən ţəmma n nīhīn gləs yʔūl: «a mən di ywŭnnəs əl-ġʀīb f əl-līl əṭ-ṭwīl, a mən di...» bāš yšūf ka mʕāh ši wāḥəd ka ma mʕāh ḥădd. hādīk ġa bāš yšūf ka mʕāh ši wāḥəd, «a mən di wŭnnəs əl-ġʀīb f əl-līl əṭ-ṭwīl, a mən di...» hĭyya ʔʔāṯ nəssa māši ţəmm, māţəṯ, ʔăṭʕăṯ əl-ḥĭss, ʔăṭʕăṯ əl-ḥĭss, ḥătţa yĭnʕăs. mnāyn yĭnʕăs u nbəlṭu ʕăynu, ġa kəmšāţu w ḥăššāţu f əl-ʔfəz. hĭyya kəmšāţu w ḥăššāţu f əl-ʔfəz.
hŭwwa ʔāl: «năhḍăʀ mʕāç ya bətţ[16] əs-sŭlṭān, năhḍăʀ mʕāç». hūma wlāḏ s-sŭlṭān u hūma ma ʕăndəm lă-xbăʀ... «năhḍăʀ mʕāç». ʔāl la: «īwa sŭll wāḥ əʀ-ʀīša mən ğ-ğnāḥ dyāli w səlləç ʕla hād əl-ʔăwm kāmla lā-dʔūm». səlləṯ dīç əš-šʕăʀ mən əğ-ğnāḥ dyālu, səllkəṯ ʕla ʕībāḏ ăḷḷāh, kāmla ʔāməṯ. kŭll ši yʔūl la: «āna l-xādəm dyāləç». ši yʔūl la: «āna l-ʕăbd dyāləç». ši yʔūl la hāyḏa, ši yʔūl la hāyḏa. ʔām xāha mʕāhəm. ğābəṯ dīç əṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ u žāṯ. ğābəṯ dīç əṭ-ṭăyʀ l-mḥăddəṯ u žāṯ. sāʔ ləm lă-xbăʀ[17] ... s-sŭlṭān, sāʔ lu lă-xbăʀ ʕăndu dīç əṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ, ma ʕănd tţa ʕănd ši wāḥĭd u ʕăndu dīç ət-ţīžāʀa kŭlla. ʔāl lu[18]: «māš nği nəţʕăssa mʕāç». ğa hŭwwa, ʔāl lu: «wāxxa, măʀḥāba bīç». ʔăwwəm l-ʕša w ʔăwwəm kŭll ši bāš yži. l-ʕāyla, dāba ṭ-ṭŭfla ṭ-ṭŭfla, u l-ʕăzʀi l-ʕăzʀi. hŭwwa ža, hŭwwa ža, dīç... wāḥəd ən-nġāʀa. hŭwwa dxăl, dāba hŭwwa dxăl dīç əʀ-ʀāžəl, dīç əs-sŭlṭān dxăl ʕănd dīç əʀ-ʀāžəl u gləs u n-nġāʀa ğāṯ, ğābəṯ əz-zʀăʕ f dʔūma w gəlsəṯ lā-ḏāklu f wāḥəd əṭ-ṭāʔa. hŭwwa dāba mnāyn kān dāxĭl, dīç əl-bənţ ʔāməṯ dəţxăbbăʕ, zăʕma ʀ-ʀāžəl d ən-nās dāxĭl, ţxăbbʕăṯ hŭwwa bābāha. ţxăbbʕăṯ u ţxăbbʕăṯ w āxŭʀ dāba ġa lā-yšūf, ma hḍăʀ ši, hāyḏa, u ʔāṯṯ lu: «ʕžūba w ʕžūba». u n-nġāʀa lā-ḏākŭl əz-zʀăʕ f əṭ-ṭāʔa. ğa hŭwwa, ğāţ dīç ən-nġāʀa, dāba n-nġāʀa, kān yhăḍʀu, māši hāyḏa. ğāṯ dīç ən-nġāʀa. ʔāṯṯ lu: «ʕžūba w ʕžūba w əl-bənţ dā-dəţxăbbăʕ mən būha». zăʕma hŭwwa bābāha ţxăbbʕăṯ lu, ma lā-dʕăʀfu ši bābāha. ʔāṯṯ lu: «ʕžūba w ʕžūba w əl-bənţ dā-dəţxăbbăʕ mən būha». ğa hŭwwa, ʔāl lu: «māš nsāl ləç ʕla hād əl-ʕyāl mnāyn ğāwəç», dīç əʀ-ʀāžəl. ğa hŭwwa ʔāl lu: «māš nsāl ləç ʕla l-ʕyāl ha mnāyn ğāwəç». ğa hŭwwa, ʔāl lu: «... ha mnāyn ğāwni w ha mnāyn ğāwni l-ʕyāl». ʔāl lu: «āna kŭtţ dăʀwīš, ma ʕăndi wālu w mšīṯ nṣṣād. səbḥəṯ li lə-mʀa mūlūḏa w ʕăndi l-kŭmša d əl-ʕyāl, ʀ-ʀwīna d əl-ʕyāl, u ʕăndi lə-mʀa ṣăbḥăṯ li mūlūḏa w mšīṯ nəṣṣād. mnāyn mšīṯ nəṣṣād, ğāṯ n yĭddi dīç əʀ-ʀbīʕa, fīha l-ʕyāl, f ţăḥţa ṣăbţ l-ʕyāl fīha». ʔāl lu: «ʕăbbīṯəm n əd-dāʀ u ʀăbbīṯəm u kəbbăʀţəm u dāba mnāyn kānu yṭăḥku, dā-dəšʀăʔ əl-ʔāyla, mnāyn lā-yĭbkīw, lā-yṭīḥ əš-šţa, mnāyn lā-ysəllək ləm ʕla ʀāsəm lā-yṭīḥ əʀ-ʀyāl mən ʀāsəm». ʔāl lu: «mnāyn lā-yxăllfu, yxăllīw l-lāžūʀa ḏ əd-dhəb w āxʀa ḏ əl-fĭḍḍa». ʔāl lu: «āna ʕĭšţ mʕāhəm». ğa hŭwwa, ʔāl lu: «ăḷḷāh ysāmăḥ ləç f kŭll ši, šăy d ʔʔīṯ mʕa.. ši nʔūl ləç, kāməl ʕăbbīh, u wlādi māš nʕăbbīhĭm...» ĕywa, ʕăbbāwăh... ʔālu lu: «a bāba, dīç əʀ-ʀāžəl d ʀăbbāhəm ma dʕăbbi lu ḥătţa ši ḥāža, nʕăbbīw lu ġa ha ṭ-ṭăyʀ əl-mḥăddəṯ, hāḏa māš nəmšīw nʕăbbīw... xăllāwăh mūsūʔ w ḥna māy dăḥţāṯna nğīw n ʕăndəç». ʕăbba wlāḏu w mša. xăʀʀăṯ dīç əğ-ğʀa, kəbʀu, ʀăžʕu ʔădd əl-ḥlāləf u dăxxăl lə-mʀa, məskīna, kāṯṯ măʀmĭyya f lə-sṭwān mʕa ğ-ğʀa w ʔʔa ʕāḏ əs-sābăʕ n wlādu w ʔʔa... ṣāfi.
[1] “¡Cállate!”. Le dice a su nieta que está presente durante el relato y se pone a hablar.
[2] ʔāləṯ > ʔālṯ > ʔāṯṯ. Cf. § 2.16.2.
[3] yăġsəl > yăxsəl. Sobre el ensordecimiento de ġ, cf. § 2.8.3.1.
[4] yḍăḥku > yṭăḥku. Sobre el ensordecimiento de ḍ, cf. § 2.2.4.1.
[5] bĭyyəḍ > bĭyyəṭ. Sobre el ensordecimiento de ḍ, cf. § 2.2.4.1.
[6] wlădţ > wlătţ. Cf. § 2.16.1.
[7] Aquí se refiere a una de las hermanas.
[8] kānəṯ > kānṯ > kāṯṯ. Cf. § 2.16.2.
[9] zĭdţni > zĭtţni. Cf. § 2.16.1.
[10] yʀŭḍʕu > yʀŭṭʕu. Cf. § 2.2.4.1.
[11] nbăhḍu > nbăhṭu. Cf. § 2.2.4.1.
[12] kŭnţu > kŭtţu. Cf. § 2.16.2.
[13] ʕăḍḍa > ʕăṭṭa. Cf. § 2.2.4.1.
[14] ʕḍāməç > ʕṭāməç. Cf. § 2.2.4.1.
[15] wŭld > wŭdd. Cf. § 2.16.2.
[16] bənţ > bətţ. Cf. § 2.16.2.
[17] Es decir les hizo saber quiénes eran sus verdaderos padres y todo lo sucedido.
[18] Suponemos que es el Sultán quien dice al verdadero padre de los niños que va a cenar en su casa. Hay un trozo del relato que la informante no ha contado: después de que el pájaro hablador le contara a los niños todo lo ocurrido, probablemente fueran a ver a su verdadero padre y éste planeó invitar al Sultán para que le contara de dónde procedían los niños.