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Notas
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Pendiente de transcripción musical.
Bibliografía
Otras versiones de "Milagro de la virgen del Carmen"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
ATERO BURGOS, V. y VÁZQUEZ RECIO, N. (1997). Hacia una tipología del romancero milagroso en un corpus del sur. En J. M. Lucía Megías (Ed.), Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Alcalá de Henares, 12-16 de septiembre de 1995), I (pp. 191-200). Universidad de Alcalá.
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Transcripción
[Com.] Sagrada Virgen del Carmen, dadme luz para explicar
este milagro tan grande, señores, voy a contar.
Camino de Huelva había un labrador,
con grandes riquezas era aquel señor.
Seis años que no lloviera pedía este labrador
para vender todo el trigo y tener muncho valor.
Limosna no daba este mal señor;
pobre que llegaba: “Perdona, por Dios”.
La Virgen vestía de pobre a su puerta se acercó
a pedirle una limosna, una limosna por Dios.
—Dile que perdone, no tengo qué dar,
y menos a los pobres quiero remediar.
—Pues deme usted una peseta, que yo socorrerla quiero,
que de mi salario se desquitará,
pero yo a esa pobre quiero consolar—.
Bajó la criada p’abajo y la limosna le dio,
y la Virgen le pregunta: —¿Te la ha dado tu señor?
—Mi señor ha dicho que no tiene qué dar,
y menos a los pobres quiere remediar.
—¡Vaya un miserable señor que a los pobres no remedia!
Castigo le daré yo (.....................................)
y tú tendrás el premio que yo te daré
—la Virgen del Carmen pegá a la pared.
A la salida del sol, se ha puesto una oscuridad
de rayos y de centellas; el pueblo empezó a temblar.
Todas las haciendas de aquel labrador
se les pegó fuego y nada quedó.
Cayó un rayito en su casa, se arrojó por el balcón,
llamando a la Virgen del Carmen que viniera a su favor
pa ver si alcanzaba del cielo el perdón.
La Virgen del Carmen se le presentó
con una jarra de agua que al enfermo se la dio.
Al beberse el nuevo trago, el enfermo sano quedó.
Le dio muchas gracias, le pidió perdón;
la Virgen del Carmen se le presentó.
El labrador que sea rico y tenga gran caridad
se le doblarán los bienes, siempre vivirá cabal,
vivirá contento y se le dará
trigo pa to’l año pa no trabajar.
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[Com.: Esas coplas eran │ Yo me acuerdo que venía una mujer, era como [...], pero tenías que verlo, y cantaba esta:]