Lux aeterna

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Notas

En esta versión, se repiten los segundos hemistiquios de los versos pares, exceptuando el 10b, de mayor extensión.

Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Pendiente de transcripción musical.

Bibliografía

IGRH: 0195

Otras versiones de "Lux aeterna"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3917, 3918); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 13); Atero Burgos (2003: n.º 26); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 111); Benítez Sánchez (1999: pp. 288-291); Benítez Sánchez (2000: pp. 276-278); Checa Beltrán (2005: n.º 10); Cid (1974: n.º 38); Díaz (2007: E.6); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 128-136); Esteve Faubel (1998: pp. 1109-1115); Fraile Gil (2013: n.º 26); Heredia Menchero (2017: n.º 1033, 1034); Hernández Fernández (2010: n.º 81-82); Higueras Martínez y Aguilar González (2000: pp. 157-158); Majada Neila (1984: n.º 93); Manzano Alonso (2003: pp. 396-411); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 168); Moreno Moreno (2016: n.º 29); De Mur Bernad (2015: n.º 156); Nieves Martín (2010: n.º 511); Pimentel García (2020: n.º 137); Piñero Ramírez (1996: n.º 27); Piñero Ramírez (2004: n.º 21); Piñero Ramírez (2013: n.º 68); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 103-104); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 38); Rico Beltrán (2009: n.º 92); Romero López (1995: n.º 23); Tejerizo Robles (2007: n.º 435); Trapero (1985, n.º 109); Trapero (2000a: n.º 161); Trapero (2003: n.º 78); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 166); Trujillo Pacheco (2017: n.º 25).

Contaminaciones y engarces

Lux aeterna + Entierro y boda contrastados (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 167).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Una joven muy guapa     llamada Adela

con los amores de Juan    se hallaba enferma.

Juan le juraba    que la quería,

y a su amiga Dolores    la pretendía.

Un día sus amigas     fueron a verla,

a ver cómo se hallaba    la pobre Adela.

Le ha preguntado,    le ha preguntado

que si había visto a Juan    por algún lado.

Una de sus amigas     le ha contestado:

—Piensa en ponerte buena,     yo te lo digo, yo te lo encargo

porque tu Juan,     porque tu Juan

con tu amiga Dolores     se va a casar.

—Madre, querida madre,     ¡cuántas estrellas!

Ábreme la ventana,    que quiero verlas.

—No, hija mía,     que estás enferma

y el aire de la noche    matarte pueda.

—Madre, querida madre,    vente a mi lado,

que antes de morir quiero     darte un encargo:

si viene Juan a verme     después de muerta,

no lo dejes que pase    de aquella puerta,

que a mí y a Dolores,    que a mí y a Dolores,

que contigo me basta    pa que me llores—.

A otro día de mañana     amanecieron;

las campanas tocaban    con mucho duelo.

Juan preguntaba,     Juan preguntaba:

—¿Quién se moriría anoche    que así doblaban?—.

Y la madre contesta    con mucho duelo:

—Ya se acabó el sufrir    la pobre Adela—.

A las tres de la tarde    pasó el entierro;

Juan, que estaba en la puerta,     se metió dentro.

—Adela mía,     Adela mía,

nunca pensaba yo     que te morías.

Resumen de "Lux aeterna"

En una secuencia que suele omitirse en algunas versiones, una muchacha nota que su novio se muestra poco elocuente y este le confiesa que ama a otra mujer. Ella enferma de amor y sus amigas acuden a visitarla. Una de ellas le informa de que su novio está saliendo con otra de sus amigas. En otra secuencia que remite a un popular poema de Juan Menéndez Pidal y que se omite en varias versiones, se relata la agonía de la joven, que le pide a su madre que abra la ventana para poder ver las estrellas, a lo que esta se niega por considerarlo perjudicial para su salud. Acto seguido, le encarga que no deje entrar a su amante y le indica la forma en que debe amortajarla. Por último, la joven oye aullar a un perro, signo de su inminente muerte. En otras versiones, la muchacha le pide a su madre que deje pasar a su novio para curarse; esta se niega y asegura que prefiere verla muerta. La enferma culpa a la madre de haber impedido sus amores con el joven. Se celebra el entierro y la comitiva fúnebre pasa por la puerta de Juan. Este se siente culpable, entra en su casa y se arrodilla delante del retrato de la difunta. Al día siguiente, acude al cementerio y, aunque el sepulturero le aconseja que se aleje de allí, el muchacho se acerca a la tumba de la joven y se quita la vida.