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Notas
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Pendiente de transcripción musical.
Bibliografía
IGRH: 5129
Otras versiones de "Enrique y Lola"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Eran dos hermanos huérfanos criados en Barcelona;
el niño se llama Enrique, la niña se llama Lola.
Cuando Enrique fue mayor, se ha marchado al extranjero;
pasando barcos y mares, se ha hecho un gran caballero.
Y allí tiene sus delicias y allí tiene sus mejores,
tiene todo cuanto quiere sin acordarse de Lola.
Lola se le va llorando noche y día por su hermano,
y a la Virgen del Pilar le reza por encontrarlo.
Y estando un día en la mesa, le dijo Lola al marido:
—Yo me voy para La Habana; tengo un hermano perdido.
Tengo un hermano perdido y allí me han dicho que está.
—Lola, tu gusto es el mío para La Habana marchar—.
Barcaron embarcaciones, para La Habana marchó;
alquila una habitación en la calle de Margallo.
Y, al poco tiempo, la Lola (y) en el mundo quedó sola;
se ha echado a pedir limosna; se ha encontrado un caballero:
—Caballero, una limosna, se lo pido por favor,
que estoy en el mundo sola sin amparo y sin amor—.
Y el caballero contesta con cara de sorprendido:
—Siendo tú, mujer, tan guapa, ¿cómo nadie te ha querido?
—Si estuviera aquí mi Enrique, ¡ay, Enrique de mi alma!,
sacaría la defensa por la pobre de su hermana.
—¿Es que se llama usted Lola? —Lola me llamo, señor.
—Perdóname, hermana mía, que soy tu hermano el traidor—.
Y allí fueron los abrazos y allí fueron los delirios,
allí fueron a encontrarse los dos hermanos perdidos. [Com.]
¶
[Com.: La esa la cantaba │ se la compré yo a un hombre que venía, que se ponía allí en aquella │ en esa esquina de enfrente, con una, con una pierna liá, con una pierna liá, y entonces, por una papa, por un trocico de pan, pos nos daba la canción. Y entonces, yo, pues siempre m’ascondía en casa de mi madre porque no había, no, no había, si es que no teníamos ni pa comer, yo juntaba un cuscuño pan y me, y me daba la canción. Y entonces, pues yo me la, me la aprendía.]