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Notas
Esta versión, transmitida en cabileño, ha sido traducida por Óscar Abenójar.
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Traducción
Había una vez dos ratones que se habían encontrado un pedazo de queso, y no había manera de que se pusieran de acuerdo para repartirlo. Uno decía que tenían que cortarlo de tal manera, y el otro decía que tenían que hacerlo de tal otra. Y no llegaban a ningún acuerdo. Entonces uno de ellos le propuso al otro: “Pues vamos a ver al tío gato, y que él se encargue de partirlo. Tú te llevarás tu parte, y yo me llevaré la mía”. El otro aceptó, y se fueron a ver al gato. Lo encontraron y lo saludaron:
—¡Que la paz sea contigo, gato!
—¡Sed bienvenidos!—.
Los ratones le pidieron que, por favor, les cortara el queso en dos trozos. Y el gato aceptó encantado. Cogió un cuchillo y cortó el queso. Pero un pedazo le salió demasiado grande y el otro muy pequeño; de modo que, al colocar las dos partes en los platillos de la balanza, el trozo grande bajó y el otro subió. Les dijo: “Esperad…”. Luego cogió el pedazo de mayor tamaño, le quitó un trozo y se lo comió.
Pero había quitado demasiado queso de la parte grande. Así que, cuando los dejó sobre la balanza, uno de los brazos volvió a bajar: “Esperad un momento”, les dijo, “que ahora voy a quitar un pedazo de la otra parte, para que queden iguales”. Y volvió a quitar un pedazo de la otra parte, y se lo comió. Pero la balanza volvió a bajar. Entonces tuvo que quitar de nuevo un pedazo de queso. Y volvió a comérselo. Y siguió así, así… Hasta que al final se terminó todo el queso. No dejó ni una migaja. ¡Se lo comió entero!
Después los dos ratones se marcharon, y por el camino empezaron a pelearse entre ellos: “Ya te dije que nos lo repartiéramos entre tú y yo”, dijo uno de ellos, “pero tú insististe en que fuéramos a ver al gato. Y ahora ¡mira lo que ha pasado!”.