Las apariciones de san Gaspare del Bufalo y su sustituto / Le apparizioni di san Gaspare del Bufalo e il suo sostituto

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1506n

Informantes

Notas

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Traducción

Cuando murió mi marido, | estaba grave entonces, estaba en el hospital. Yo estaba con él, ¿no?

[...]

Estábamos en el hospital. Entonces, el tío Luciano volvió por la noche, sobre las diez, de Roma. Entonces, vino al hospital. Yo estaba sentada en la cama, estaba rezando, y mi marido estaba acostado cerca de mí en la cama y entonces, dije yo... era medianoche. Llegaron las enfermeras, le hicieron... le hicieron todo lo que hacía falta y se marcharon.

Y dijo:

—¡Señor Rosa, está bien, está bien! Todo va bien.

Entonces el padre dijo a Luciano:

—Luciano, ve a casa, ya es tarde.

—No, papá, me quiero quedar otro poco, me quedo para hacer un poco de compañía a mamá.

Entonces, aquí estaba Amleto, aquí estaba yo y aquí estaba Luciano, donde está la puerta. Aquí había una puerta. Yo oí unos pasos sigilosos, de esos que casi no se oyen, e hice así. Yo tenía la impresión de que había alguien en la puerta. Alguien en la puerta. Al mismo tiempo, lo hizo Lucià[1]. Entonces, dije yo:

—¡Mira, mira! ¡Ve a ver quién es!—.

¿A las dos de la noche quién hay en el hospital? No hay nadie. Todo cerrado, todo muerto.

—Mamá, son dos curas, dos curas—.

Entonces, le dije yo:

—¡Mira, mira! ¿Pero son curas o son frailes?

—No, mamá, son curas. Van hablando entre ellos. Se han dado la vuelta y se han ido—.

Luciano los vio, yo no, yo estaba en la cama cerca de Amleto. Me dijo él:

—Mamá, son dos curas—.

Dos días después murió mi marido. ¿Sabes quiénes eran esos dos curas? Yo lo sé. Era uno san Gaspare del Bufalo, protector... ¿De qué era? Tiene eso de la sangre preciosa de Gesù que he pedido por Alessandro que le tiene que hacer la gracia. Y el otro era su sustituto. Y su sustituto dice que... e… pero ahora te lo digo porque yo no sabía quién era. Por la noche me vino en un sueño el sustituto y me dijo también el nombre don... padre, había una p, una d, padre, padre don Giovanni y el apellido se me ha olvidado, Merlini... Lo escribió, me lo..., me lo..., me lo dijo, escrito en la puerta lo encontré. Entonces, yo pensé: «Pero, entonces es el sustituto», y rezaba a san Gaspare. Y decía yo: «¡San Gaspare!», yo no lo conocía a san Gaspare. Me llegó un boletín y me puse a rezar. ¿Qué pasó? Una noche soñé con el sustituto. Que en la puerta que me dio las cosas. Y vi la figura, un retrato, ¡uuu! Yo a estos los conozco... Una señora se acerca a mí, [digo]:

—¿No es aquel cura que tenía la cara lustrosa blanca y roja?—.

Y ella me dijo:

—¡Sí, sí!—.

Y yo dije:

—San Gaspare, te agradezco que me hicieras entender quién era el que estaba contigo. ¿Y sabes cuántas gracias me ha hecho? Preciosísima sangre. San Gaspare. Y yo tengo… ¿Cómo se llama? Cualquier gracia que quieras. Ellos no creen, pero yo sí.

Él también era devoto ¿Sabes por qué? Un día íbamos... Había un señor... nos había hecho un pequeño, un pequeño… un desprecio... | tenía contra nosotros. A nosotros cuanto más nos hacía, mejor nos iba a nosotros, el señor nos ha bendecido porque como se dice: «El que nada hace, nada teme».

[…]

Mi marido se murió. Los santos. Eran dos santos los que vinieron a visitar a mi marido. Las apariciones existen.

 

 

Transcripción

Quando è morto mio marito, | era grave allora, stava all’ospedale. Ero vicino a lui, no?

[…]

Eravamo all’ospedale. Allora, zio Luciano è tornato la notte, verso le dieci, da Roma. Allora, è venuto all’ospedale. Io stav assettata a ju lett, stav a fa la preghiera, e mio marito stava allungato vicino a me a letto e allora, ho detto io… era mezzanotte. Son arrivate le infermiere, j’hanno fatto… j’hanno fatto tutto quello che serviva e se ne sono andate.

E ha detto:

—Signor Rosa, stai bene, stai a posto! Tutto procede bene—.

Allora ju padre ha detto a Luciano:

—Luciano, vai a casa, adesso è tardi.

—No, papà, mi voglio sta un altro poco, me voj sta a dà un po di compagnia a mamma—.

Allor, qui stava Amleto, qui stavo io e qui stev Luciano, ndò sta la porta. Qui c’era una porta. Io ho sentito dei passi felpati, di quell che a quant s sendn, e ho fatto così. Io avevo l’impressione che stevn alla porta. Qualcuno alla porta. Nello stesso tempo, l’ha fatto Lucià. Allora, io ho detto:

—Guarda, guarda! Vid chi è!—.

Alle due di notte chi ci sta all’ospedale? Non ci scta nisciun. Tutto chiuso, tutto morto.

—Mamma, sono due preti, due preti—.

Allora, gli ho detto io:

—Guarda, guarda! Ma che son preti o son frati?

—No, mamma, so preti. Vanno parlando tra di loro. Hanno girato sott e se ne son jeit—.

Luciano li ha visti, io no, io ero a letto vicino Amleto. Mi ha detto lui:

—Mamma, son due preti—.

Dopo du juorn è morto mio marito. Sai chi erano quei due preti? Io lo so. Era uno san Gasparo del Bufalo, prottetor… Cose era? C’ha le cose del sangue prezioso di Gesù che ij gli ho raccumannato Alessandro che j’ha fa la grazia. E l’altro era il suo sostituto. E il suo sostituto dic che… e… ma però, mo te lo dic perchè jo nin sapeve chi aive. La notte m ve n’zonn iu sustitut e mi ha dat pure u nom don… padre, c’era una p, una d, padre, padre don Giovanni e u cognom me l’haj scuord, Merlini... L’ha scritt, me la…, me la…, me la ha ditt, scritto alla porta l’haj truvat. Allora, io ho pensat: «Ma, allora è u sustitut» e preghev san Gaspare. E dicevo io: «San Gaspare!», jo non lo conoscevo san Gaspare. Mi è venut nu bolletin e m’haj miss a pregà. Che è successo? Na notte mi sogne u sustitut. Ca la porta ca m’ha dat le cose. E haj vist la figura, nu ritratt, uuu!! Ma ij questi li conosce… Una signora si avvicina a me, [dico]:

—Non è cu prete che teneva quella faccia bella bianca e rossa?—.

E quella m’ha dett:

—Scì, scì!—.

E io ho detto:

—San Gaspare, ti ringrazio me scj fatt capì chi era che era con te. E di grazie sai quand me n’ha fatt? Preziosissimo sangue. San Gaspare. E jo teng… Come si chiama? Qualunque grazia che vuoi. Loro non ci credono, ma io sì.

Era pure lui devoto. Lo sai perchè? Un giorno iavam... C’era un signore... ci aveva fatto nu piccolo, un piccolo… nu sgarb… aveva contro di noi. A nù cchiù ce ne au fatte e più emm it sopr, il signore ci ha benedetto perchè come si dice: «Chi male non fa, paura non ha».

[…]

Lu marit mje s’è mort. I santi. Erano due santi che sono venuti a visitare a mio marito. Le visioni esistono.

 

[1] Lucià, abreviatura de Luciano; voz dialectal.