El chacal y la espina [ATU 170]

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1539n

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Notas

Esta versión, transmitida en cabileño, ha sido traducida por Óscar Abenójar.

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Traducción

Había una vez un chacal que iba caminando y se clavó una espina. La espina le hacía mucho daño y no conseguía sacársela. Entonces se cruzó con una vieja que llevaba unos huevos y le dijo:

—¡Vieja, quítamela!—.

Se la quitó y la tiró al suelo. [El chacal] le dijo:

—¡Dame mi espina!—.

Y ella respondió:

—¿Tu espina? Ya está. La he tirado.

—Entonces dame tus huevos. Devuélveme mi espina o me das tus huevos.

Ella le dio un huevo y se marchó.

Caminó, caminó y caminó. Al caer la noche encontró una casa. Llamó a la puerta y preguntó si podía pasar la noche allí. Le respondieron: “Sí”. Dentro había una gallina. Les preguntó si podía dejar su huevo al lado de la gallina. Le respondieron: “¡Claro!”. A medianoche se despertó, se comió el huevo y colocó la cáscara al lado de la gallina. Al despertarse les dijo:

—Por favor, dadme mi huevo.

Le respondieron:

—¡Ah, la gallina se lo ha comido!

—¡Dadme mi huevo o me dais la gallina!—.

Le dieron la gallina, y el chacal se marchó contento. Se fue y caminó, caminó y caminó. Al caer la noche se encontró otra casa y les preguntó si podía pasar la noche allí. Ellos le respondieron: “Sí”. Y les dijo después:

—¿Puedo dejar mi gallina al lado de la oveja?—.

A medianoche se despertó y se comió la gallina. Esparció las plumas al lado de la boca de la oveja. A la mañana siguiente se levantó y dijo:

—¡Ah, vuestra oveja se ha comido mi gallina! O me llevo mi gallina o me dais la oveja.

Así que cogió la oveja y se marchó pensando “¡ah, que felicidad!”. Caminó, caminó y caminó. Al caer la noche encontró una casa. Llamó a la puerta y preguntó si podía pasar la noche allí. Le respondieron: “Sí”. Había una vieja, y les preguntó si podía dejar su oveja al lado de la vieja. Le respondieron: “Vale”. Se comió la oveja, y a la mañana siguiente les dijo:

—¡Eh, la vieja se ha comido mi oveja!—.

Había dejado el pellejo encima de la vieja. Y les dijo:

—¡Entonces me llevo la vieja!—.

Le dieron la vieja. Se llevó a la pobre vieja. Caminó, caminó y, por el camino, caminó, caminó y encontró una casa donde estaban celebrando una boda. Entró, se invitó él solo a cenar y entró en casa. Les preguntó:

—¿Puedo dejar la vieja al lado de la novia?—.

Y la dejó ahí. Estranguló a la vieja y la mató. Después la dejó ahí, al lado de la novia. Y mientras la gente estaba bailando, les dijo:

—¡Ah, pero vosotros no sabéis bailar! ¡Si vierais lo bien que baila la vieja que ha venido conmigo…!—.

Le respondieron:

—¡Pues dile que venga a bailar!

—Pero le da vergüenza de mí. ¡Id vosotros mismos a pedírselo!

Y fueron a invitarla a bailar, pero se la encontraron muerta. Entonces pensaron “¡ah, debe de haber sido la novia quien la ha matado!”. Él dijo:

—Entonces me llevo a la novia.

Cogió a la novia y la metió en un saco. Anduvo, y al caer la noche, se encontró una casa. Llamó a la puerta y preguntó si podía entrar. Le respondieron: “Sí”. Les dijo:

—¿Puedo dejar el saco en ese armario? Mañana por la mañana lo recogeré.

Después cogieron el saco y lo escondieron. La novia que estaba en el saco reconoció la voz de sus padres. ¡Estaba en su casa! Empezó a gritar:

—¡Papá, mamá, sacadme de aquí!—.

La escucharon y abrieron el saco y encontraron a su hija. Entonces ella les contó lo que había pasado. ¿Y qué hicieron ellos? Pues escondieron a la novia y metieron dos perros dentro del saco.

A la mañana siguiente, cuando el chacal se disponía a marcharse, les dijo:

—¡Dadme mi saco!—.

Se lo dieron. Se marchó y caminó, caminó y caminó… Se paró en cierto lugar y empezó a pensar “¡ah, qué felicidad, qué felicidad! La espina me dio un huevo; el huevo me dio una gallina; la gallina me dio una oveja; la oveja una vieja; la vieja una novia”.

Después abrió el saco, se encontró los perros, que saltaron encima de él y se lo comieron.

Resumen de ATU 170

The Fox Eats His Fellow-Lodgers. A fox who has a shoe spends the night in a house with a rooster. The fox destroys the shoe and blames the rooster, which he demands as reparation. The next night, in another house, the fox eats the rooster, and in the morning he accuses a sheep of having eaten it. He demands the sheep. In the next house he blames the ox for having eaten the sheep, etc. [K443.7]. Cf. Type 1655. (Uther, 2004: I, 119).

[El zorro se come a sus compañeros de alojamiento. Un zorro que tiene un zapato pasa la noche en una casa con un gallo. El zorro destruye el zapato y culpa al gallo, al cual reclama como reparación. La siguiente noche, en otra casa, el zorro se come al gallo y por la mañana acusa a la oveja de habérselo comido. Él reclama a la oveja. En la siguiente casa, culpa al buey por haberse comido a la oveja, etc. [K443.7]. Cf. Tipo 1655. (Traducción de Laura Moreno Gámez)]