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Notas
Esta versión, transmitida en cabileño, ha sido traducida por Óscar Abenójar.
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Traducción
Había una vez un chacal que iba caminando y se clavó una espina. La espina le hacía mucho daño y no conseguía sacársela. Entonces se cruzó con una vieja que llevaba unos huevos y le dijo:
—¡Vieja, quítamela!—.
Se la quitó y la tiró al suelo. [El chacal] le dijo:
—¡Dame mi espina!—.
Y ella respondió:
—¿Tu espina? Ya está. La he tirado.
—Entonces dame tus huevos. Devuélveme mi espina o me das tus huevos—.
Ella le dio un huevo y se marchó.
Caminó, caminó y caminó. Al caer la noche encontró una casa. Llamó a la puerta y preguntó si podía pasar la noche allí. Le respondieron: “Sí”. Dentro había una gallina. Les preguntó si podía dejar su huevo al lado de la gallina. Le respondieron: “¡Claro!”. A medianoche se despertó, se comió el huevo y colocó la cáscara al lado de la gallina. Al despertarse les dijo:
—Por favor, dadme mi huevo—.
Le respondieron:
—¡Ah, la gallina se lo ha comido!
—¡Dadme mi huevo o me dais la gallina!—.
Le dieron la gallina, y el chacal se marchó contento. Se fue y caminó, caminó y caminó. Al caer la noche se encontró otra casa y les preguntó si podía pasar la noche allí. Ellos le respondieron: “Sí”. Y les dijo después:
—¿Puedo dejar mi gallina al lado de la oveja?—.
A medianoche se despertó y se comió la gallina. Esparció las plumas al lado de la boca de la oveja. A la mañana siguiente se levantó y dijo:
—¡Ah, vuestra oveja se ha comido mi gallina! O me llevo mi gallina o me dais la oveja—.
Así que cogió la oveja y se marchó pensando “¡ah, que felicidad!”. Caminó, caminó y caminó. Al caer la noche encontró una casa. Llamó a la puerta y preguntó si podía pasar la noche allí. Le respondieron: “Sí”. Había una vieja, y les preguntó si podía dejar su oveja al lado de la vieja. Le respondieron: “Vale”. Se comió la oveja, y a la mañana siguiente les dijo:
—¡Eh, la vieja se ha comido mi oveja!—.
Había dejado el pellejo encima de la vieja. Y les dijo:
—¡Entonces me llevo la vieja!—.
Le dieron la vieja. Se llevó a la pobre vieja. Caminó, caminó y, por el camino, caminó, caminó y encontró una casa donde estaban celebrando una boda. Entró, se invitó él solo a cenar y entró en casa. Les preguntó:
—¿Puedo dejar la vieja al lado de la novia?—.
Y la dejó ahí. Estranguló a la vieja y la mató. Después la dejó ahí, al lado de la novia. Y mientras la gente estaba bailando, les dijo:
—¡Ah, pero vosotros no sabéis bailar! ¡Si vierais lo bien que baila la vieja que ha venido conmigo…!—.
Le respondieron:
—¡Pues dile que venga a bailar!
—Pero le da vergüenza de mí. ¡Id vosotros mismos a pedírselo!
Y fueron a invitarla a bailar, pero se la encontraron muerta. Entonces pensaron “¡ah, debe de haber sido la novia quien la ha matado!”. Él dijo:
—Entonces me llevo a la novia—.
Cogió a la novia y la metió en un saco. Anduvo, y al caer la noche, se encontró una casa. Llamó a la puerta y preguntó si podía entrar. Le respondieron: “Sí”. Les dijo:
—¿Puedo dejar el saco en ese armario? Mañana por la mañana lo recogeré—.
Después cogieron el saco y lo escondieron. La novia que estaba en el saco reconoció la voz de sus padres. ¡Estaba en su casa! Empezó a gritar:
—¡Papá, mamá, sacadme de aquí!—.
La escucharon y abrieron el saco y encontraron a su hija. Entonces ella les contó lo que había pasado. ¿Y qué hicieron ellos? Pues escondieron a la novia y metieron dos perros dentro del saco.
A la mañana siguiente, cuando el chacal se disponía a marcharse, les dijo:
—¡Dadme mi saco!—.
Se lo dieron. Se marchó y caminó, caminó y caminó… Se paró en cierto lugar y empezó a pensar “¡ah, qué felicidad, qué felicidad! La espina me dio un huevo; el huevo me dio una gallina; la gallina me dio una oveja; la oveja una vieja; la vieja una novia”.
Después abrió el saco, se encontró los perros, que saltaron encima de él y se lo comieron.