Los animales mansos expulsan a las fieras [ATU 125 + ATU 130]

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1546n

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Notas

Esta versión, transmitida en cabileño, ha sido traducida por Óscar Abenójar.

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Traducción

Había una vez un gato que había asustado a las personas de su familia, y por eso lo habían echado de casa. Entonces se puso a caminar y a caminar hasta que se encontró con un burro que estaba comiendo hierba, y le dijo:

—¡Eh, burro! ¿Quieres venir conmigo y acompañarme?—.

Y el burro respondió:

—No, no voy a acompañarte. ¿Dónde voy a encontrar algo mejor que esto? Ahora estoy comiendo hierba, y cuando vuelva a casa mi dueña me dará todavía más hierba y luego me quedaré durmiendo toda la noche. ¿Y tú pretendes que vaya contigo?—.

Y el gato le dijo:

—Entonces quédate. Yo he escuchado que van a construir una casa y que pretenden cargar todo [el material] sobre tu espalda.

Entonces el burro aceptó acompañarlo. Se fueron juntos. Caminaron y caminaron hasta que se encontraron con un cordero. Entonces le dijeron:

—¡Ven con nosotros!—.

Y dijo el cordero:

—¿Adónde?

—A la Meca, si Dios quiere —le respondieron.

Entonces el cordero les dijo:

—¿Y cómo se os ocurre que vaya con vosotros? Aquí puedo comer hierba hasta saciarme, y sé que luego, por la tarde, mi dueña me dará heno. Comeré hasta saciarme y después me pondré a dormir tranquilo. No puedo ir con vosotros.

Al oír aquello el gato y el burro le dijeron al cordero:

—¿No te has enterado?

—No, no me he enterado —respondió el cordero.

Entonces le dijeron:

—El domingo van a construir los cimientos [de la casa] y tienen la intención de sacrificarte.

El cordero, al escuchar aquello, aceptó acompañarlos. Entonces caminaron y caminaron hasta que se encontraron con el jabalí y le dijeron:

—¡Ven con nosotros!—.

Y dijo el jabalí:

—No voy a ir con vosotros. Aquí estoy bien. En este bosque encuentro todo lo que necesito para comer.

Y los demás le dijeron:

—Entonces quédate si quieres. Pero tal día van a prender fuego a este bosque, y todo lo que hay dentro se va a quemar, incluso tú.

El jabalí cambió de opinión y aceptó acompañarlos. Caminaron y caminaron hasta que se encontraron con el gallo. Y entonces le dijeron:

—¡Gallo!, ¿quieres acompañarnos?—.

Y el gallo dijo:

—¿Adónde queréis que vaya? Yo estoy bien aquí. Como de lo que hay en esta tierra y sé que por la tarde mi dueña me dará un puñado de trigo. Me lo comeré y luego me iré a la cama a dormir.

Entonces los demás le dijeron:

—¿No te has enterado de que fulano está enfermo y de que quieren sacrificarte para que se cure?—.

Y el gallo aceptó acompañarlos. Caminaron y caminaron hasta que en un bosque lejano vieron una casa de la que salía humo. Entonces pensaron: “Vamos a esa casa. Si encontramos seres humanos, pues nos las arreglaremos para vivir con ellos y si encontramos animales, nos comerán”. Como tenían muchísima hambre y no encontraban otra solución, decidieron acercarse a la casa. Caminaron y caminaron hasta llegar a la casa. Pero antes de llegar, el gato les dio un consejo:

—Mirad, si allí encontramos seres humanos, viviremos con ellos. Pero si encontramos animales y nos preguntan por la cena, entonces les diremos que ellos se encargarán de servir el cuscús y que nosotros nos ocuparemos de la carne. Los animales, por el camino, habían encontrado una cabeza de león. Así que el gato les dijoEn cuanto lleguemos y se pongan a servir la cena, yo os diré: “¡sacad la cabeza grande, que somos una familia numerosa!”. Entonces vosotros vais y metéis la cabeza del león en el saco y luego la volvéis a sacar. Después yo os volveré a decir lo mismo, y vosotros haréis lo mismo. Y así hasta siete veces... La séptima vez os diré “¡eso es, con esa cabeza tendremos para todos!”.

Caminaron y caminaron hasta que llegaron a la casa. Una vez allí les vio el león, que vivía con un jabalí, y se puso contentísimo, porque vio que se estaban acercando un gato, un burro, un gallo y un cordero. ¡Y los tenía a todos a su alcance! Iba a comer hasta quedarse saciado, e incluso le sobraría comida para varias semanas. Entonces el león les dijo: “¡Bienvenidos, bienvenidos!”.

Los demás animales les dieron las gracias, y después el león les preguntó por la cena. Le dijeron que él se encargaría del cuscús y que ellos pondrían la carne.El león aceptó y encendió un gran fuego, que iba de una esquina a otra [de la casa] y que desprendía mucho humo. El calor llegaba hasta fuera de la casa. En realidad el león pretendía comerse al cordero. El gato le dijo al cordero:

—¡Cordero, saca la cabeza que está dentro del saco!—.

Entonces el cordero se dirigió hacia la bolsa y sacó la cabeza del león. Y luego el gato gritó:

—¡No, esa es pequeña! ¡Saca la grande!—.

El cordero volvió a meter la cabeza [del león] dentro del saco y volvió a sacarla. Entonces el gato volvió a decirle que no, que debía sacar la mayor, porque era la única que podría dar de comer a todos.Y fueron repitiendo la misma operación hasta siete veces. Entonces el león, que los había estado observando atentamente, se quedó pensativo: “Ellos solos han conseguido matar a siete leones, y yo aquí estoy solo… ¿Qué harán conmigo? ¡Pueden matarme y hacerme añicos!”.

Entonces cocinaron la cabeza del león, se la comieron y se pusieron a charlar. Cuando llegó el momento de dormir, les dijo el león:

—¿Dónde vais a dormir?—.

El cordero le respondió que él sabía muy bien dónde iba a dormir: iba a dormir en el establo. Luego le preguntó al burro, y este le dijo lo mismo que el cordero: “en el establo”. Y el gallo le dijo que él iba a dormir en el gallinero. Después le preguntó al jabalí, y este le respondió que iba a dormir delante de la puerta [de la casa]. Preguntó al gato, y le dijo que su lugar estaba claro: “al lado del kanun[1]”. Preguntó al chacal[2], y le dijo que iba a dormir en la entrada. 

Pero los animales invitados habían preparado un plan para aquella noche. Cuando era de noche cerrada, el león y el jabalí se quedaron dormidos. Entonces el gallo empezó a gritar y a mover las alas. El cordero comenzó a soltar balidos y a darle coces al suelo. El burro se puso a rebuznar y a dar coces al suelo. El gato le dio la vuelta al kanun y lo tiró fuera de la casa. Entonces al león y al jabalí les entró mucho miedo y salieron corriendo de la casa a toda prisa.

Luego el gato fue a buscar una hoz, unas pinzas y una barra de hierro. Las llevó a la casa y las dejaron al fuego hasta que se pusieron al rojo vivo. Fuera de casa el león le dijo al chacal:

—¡Chacal! Ya que tú oyes muy bien, ¿por qué no vas a escuchar lo que están diciendo ahí dentro?—.

El chacal se fue de mala gana. Se acercó a la casa y puso la oreja en la puerta. Entonces [los animales de la casa] le perforaron la oreja con la barra de hierro que estaba al rojo vivo. Y el chacal volvió muy dolorido. Entonces los demás le preguntaron qué le había pasado, y él respondió:

—Nada, pues nada, que fui a escuchar lo que estaban diciendo. Pero he cogido frío y no he podido escuchar nada.

Le pidieron al jabalí que fuera a escuchar. Se fue [a la casa], se acercó a la puerta y puso la boca en la puerta. Entonces [los animales de la casa] cogieron las pinzas al rojo vivo y le cortaron la boca. Después volvió con los demás, y sus compañeros le preguntaron qué había escuchado. El jabalí les contó que no había escuchado nada de nada, que solo había oído viento y ruido.

Entonces el león dijo:

 

Si os deja vuestro señor león,

ya no habrá quien traiga noticias[3].

 

Y se fue el señor león para informarse de lo que estaba pasando dentro de la casa. Se acercó a la casa y puso la mejilla en la puerta. Al momento el gato cogió la hoz, que estaba al rojo vivo, y le cortó la mejilla al león. El león volvió con sus compañeros y les preguntó:

—¡Por favor, decidme! Cuando fuisteis a la casa, ¿no os pasó nada raro?—.

Y dijeron:

—¿Qué te pasó a ti?—.

Y dijo:

—Pues en cuanto puse la cara en la puerta, mi mejilla desapareció. Por suerte fue solo una bofetada. Mirad, ¡me he quedado sin mejilla!—.

El chacal le dijo:

—¡Ah, si te cuento lo que me pasó a mí…! En cuanto puse la oreja en la puerta, [mi oreja] también desapareció. ¿Y tú, jabalí?—.

Y el jabalí respondió:

—Por suerte a mí me atrapó solamente con los dedos. ¡Con solo tocarme la boca, me la arrancó de cuajo!—.

Entonces le dijo el león:

—¡Si me lo hubieras dicho antes, te habría curado! ¡Y a tu hermanos también! Pero como no habéis dicho nada, pues os voy a comer.

Y, sin más, el león se los comió a los dos.

 

[1] Kanun: brasero de alfarería de pequeñas dimensiones que se coloca a la derecha de la puerta de entrada de las casas tradicionales de la Cabilia.

[2] La informante se equivoca en varias ocasiones al enunciar los nombres de los animales que se instalan en la casa. Con frecuencia confunde entre el chacal” (cab. uccen) y el gato (cab. amcic). Al final del cuento confesó que no se acordaba bien, y que no era el chacal, sino el gato, a quien habían echado de la casa. Tampoco menciona anteriormente que el chacal vivía con el león y el jabalí en la casa.

[3] La informante formuló estos versos en árabe dialectal: Ma yakhdhak dadek sbaâ, / makench li y djiblek smaâ.

Resumen de ATU 125

The Wolf Flees from the Wolf-Head. Domestic animals (sheep, donkey) find a sack and the head (bones) of a dangerous animal (wolf, tiger). They meet another wolf and make him believe that they have killed one of his kind. The wolf flees in terror [K1715.3]. Cf. Types 126, 1149.(Uther, 2004: I, 96).

[El lobo huye de la cabeza de lobo. Animales domesticos (oveja, burro) encuentran un saco y la cabeza (huesos) de un animal peligroso (lobo, tigre). Se encuentran con otro lobo y le hacen creer que han matado a uno de los suyos. El lobo huye despavorido [K1715.3]. (Traducción de Laura Moreno Gámez)]

Resumen de ATU 130

The Animals in Night Quarters. (Bremen Town Musicians.) Donkey, dog, cat and rooster are ill-treated by their owners because they are too old to work. They run away [B296] and find a lonely house in the forest [N776]. Thieves come and begin to divide their money. The four animals climb on one another’s backs and cry all at once [K335.1.4]. The thieves (robbers) are frightened and run away, leaving the money there. When the thieves try to come back the animals hide in various parts of the house and attack them with their characteristic powers [Kl161]. The four animals drive the thieves away and live happily ever after. Cf. Type 210. (Uther, 2004: I, 99).

[Los animales en la posada. (Los músicos de Bremen). Un burro, un perro, un gato y un gallo son maltratados por sus dueños porque son demasiado viejos para trabajar. Huyen [B296] y encuentran una casa solitaria en el bosque [N776]. Llegan unos ladrones y empiezan a repartir su dinero. Los cuatro animales se suben en las espaldas unos de otros y gritan a la vez [K335.1.4]. Los ladrones se asustan y huyen, dejando el dinero allí. Cuando los ladrones intentan volver, los animales se esconden en varias partes de la casa y les atacan con sus habilidades particulares [Kl161]. Los cuatro animales espantan a los ladrones y viven felices para siempre. Cf. Tipo 210. (traducción de Alba Pegalajar Espinosa)]