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Notas
Esta versión, transmitida en cabileño, ha sido traducida por Óscar Abenójar.
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Érase una vez un hombre que se había casado con dos mujeres, una inteligente y otra boba. La primera tejía albornoces y hacía trabajos de provecho, mientras que la segunda solo se encargaba de fregar el suelo. Entonces la gente empezó a decir que la mujer lista era mejor que la otra. La primera educaba a sus hijos como tenía que ser, y la torpe los dejaba de la mano de Dios, muy sucios y en un estado lamentable.
Un día el marido les pidió a sus mujeres que lavaran la lana y que le tejieran burnús. Una de ellas, la inteligente, lavó la lana y le tejió un burnús, y la otra tiró la lana a las zarzas y a las retamas para que se tejiera sola. La dejó tendida a la intemperie, expuesta a la lluvia y a la nieve. Al cabo de unos días su marido le preguntó:
—¿Dónde está el burnús que te pedí que me hicieras?
—Lo he dejado colgado allí fuera para que se tejiera él solo—.
Y su marido le dijo:
—¿Es así como se hace un burnús?—.
Entonces la echó de casa y se quedó con la otra.