Audio
Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
Este registro ha sido recopilado en el marco del proyecto de I+D (Excelencia) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “Documentación, tratamiento archivístico digital y estudio lexicológico, histórico-literario y musicológico del patrimonio oral de la Andalucía oriental” (referencia: FFI2017-82344-P), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Agradecemos la valiosa ayuda ofrecida por Mari Fe García Torrecillas.
Bibliografía
Otras versiones de "La doncella muerta por su amante"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
PIMENTEL GARCÍA, Miriam (2018). En torno a los procesos de tradicionalización en los romances de ciego. La doncella muerta por su amante / El baile, Boletín de Literatura Oral, 9, 159-190.
Resumen: El presente artículo analiza 49 muestras orales de un romance de ciego conocido como La doncella muerta por su amante o El baile. El principal objetivo de este trabajo es reconocer los mecanismos de tradicionalización que intervienen en el proceso de difusión de un romance de cordel. Para ello, se analizamos el plano del discurso y de la intriga, así como los engarces y contaminaciones que se producen con otros romances de la tradición oral.
Transcripción
El veinticinco de mayo, señores, voy a contar,
que el novio mató mató a la novia porque no quiso bailar.
La convidaron al baile, su padre no la dejó,
sin permiso de su padre, en el baile se metió.
Como era tan bonita, todos le tiran el sombrero,
Antonio se lo tiró y lo quiso recoger.
—A la salida de baile me la tienes que pagar,
te he de cortar la cabeza y la mano principal—.
A otro día de mañana, Antonio bien madrugó
a ver si podía coger a Dolores en ocasión.
Al subir por las escaleras, Dolores se está bailando,
aparece la tía Antonia: —Que puede venir mi hermano—.
Se ha quitado la chaqueta, se ha quedado en camisón
y se ha sacao un puñal y tres puñalás le dio.
A las doce y media en punto, su padre fue merendar.
—¿Quién ha sido el asesino, quién ha sido el criminal?
Si lo cogiera en el acto, lo cosiera a puñalás—.
Llamaron al novio suyo a ver si la conocía:
—¿Cómo no la voy a conocer, que ha sido la novia mía?—.
Los primeros cinco duros en la mesa se pusieron,
fueron los del criminal para pagar el entierro.