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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Era una familia mu pobre, tenía unos pocos de hijos y el padre era pescador. Y cogía pescao y claro, los pescaos iban ca’ vez menos, ca’ vez menos, ca’ vez menos y cogía muy poco pescao ya y ya no tenían pa comer.
Y un día que fue a pescar, po cogió el pescao grande y cuando lo cogió fue a quitarle el anzuelo y le dijo:
—Déjame usted ir—.
Dice: —¿Yo te voy a dejar ir? Hoy comen mis hijos, se hartan hoy mis hijos de comer—. Dice: —No, déjame usted ir, que va a tener usted lo que usted quiera. Usted me pide tres deseos y yo se los hago, que yo soy príncipe—.
Dice: —¿Príncipe? Príncipes van a ser mis hijos hoy hartos de comer—.
Pero como le dio lástima, pues lo echó en el mar otra vez. Y cuando llega a su casa tenía toda la casa toda llena de cosas de comida y estaban todos los hijos muy contentos. Y se llevó mucho tiempo, vamos, mu bien. Y dice:
—Yo voy a ir otra vez a pescar, a ver si pesco otra vez al pez—.
Lo echó otra vez y salió otra vez el pez y dice:
—¿Ahora qué quieres?—.
Dice: —Ahora quiero, que como vivo en una choza, que me des una casa y toda bien puesta para que mis hijos estén viviendo bien.
—Ea, pues corre ve usted, que tiene allí la casa—.
Fue y se encontró su casa y estaba la casa muy bien prepará y todo. Y cuando llevó un poco de tiempo, dice:
—Voy a ir otra vez a darle otro de eso… al pez.
Cogió otra vez el pez y ya no le tenía que poner anzuelo ni nada sino que salía el pez. Y salió el pez y le dijo:
—¿Qué quieres ahora?—.
Dice: —Que quiero dinero para que no le falten a mis hijos de comer ni en mi casa falte nada.
—Ea pues corre ve, que en tu casa lo tienes todo lo que quieres—.
Y estaban ellos ya muy bien y todos los vecinos: “¿Estos dónde habrán ido? Esta gente que siempre han estado tan malamente y con tantos hijos y ahora qué bien están, ¿dónde habrá ido este?”. Y al poco tiempo dice:
—Yo voy a ir, le voy a decir que me dé un cortijo y me dé tierras—.
Y fue y se lo dijo al pez y dice el pez:
—Te dije que eran nada más tres deseos. Te los he dado. Ya como ya has cumplido los tres deseos, ya eso es avaricia, de modo que ya otra vez estás como estabas antes: pobre y sin dinero—.
Y se lo quitó to.