El rey que preguntó cuánto lo querían [ATU 923]

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Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1584n

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Notas

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

De manera que mira, era un rey y este rey tenía tres hijas. Y las tres hijas, po él quería saber cuánto la, lo querían. Quería él saber cuánto lo querían y entonces las llama a una a una. Le dice:

—Vamos a ver ¿tú cuánto me quieres?—.

Dice: —Yo, como al más elegante de mis vestidos.

Bueno, po él quedó contento, pues llama a la del medio, dice:

—¿Y tú, hija mía, cuánto me quieres?—.

Dice: —Yo, como el dulce más perfumado que hay en la confitería.

Bueno, pero también muy contento, porque una era mu golosa, la otra era mu presumida… pues quedó contento y ahora llama a la pequeñita. Dice:

—¿Y tú, hija mía, cuánto me quieres?—.

Dice: —Yo, de tanto, de tanto como te quiero, yo no sé decirte cuánto te quiero.

Y se enfada, y dice:

—Pos tú no sabes cuánto me quieres, serás desalojada de aquí, de mi palacio, no te quiero yo a ti, porque tú no sabes cuánto me quieres, es que no me quieres.

Entonces al… al cochero le ordena que… que la lleve a la sierra, allí y que le saque los ojos y que se los lleve al, al rey. Ea, pues ya va su cochero con su preciosidad, que dice que era una preciosidad. Po entonces le dice el cochero, dice:

—Mira, yo no hago lo que | las órdenes que traigo, yo lo que voy a hacer es que mira, allí se ve una casita y te voy a poner detrás de la casita y yo mataré a la cierva, a la cierva le sacaré los ojos para presentárselos.

Ea, vale.

Asín pasó. Llegó al rey y le dice:

—Aquí tiene usted los ojos de su hija.

Y el rey, po se arrepiente, ya que él se creía que ya estaba hecho. Se arrepiente él.

Pues entonces, ya que iba a ser de noche, se va la niña a aquella casa. Y sale una bruja que tenía muchos, gansos… tenía mucho ganao… pero to encantao.

Bueno, pues agarra y dice el rey, sale llorando el rey, dice:

—¡No puedo acostumbrarme a estas ideas tan desgarradoras! ¿Se la comerían los lobos? ¿La devorarían las fieras? ¡No puedo acostumbrarme a estas ideas tan desgarradoras!— decía el que lo mandó a hacer.

Bueno pero ahora ella, en vez de encantarla ni na, pues se queda con la bruja. Y la bruja todos los días iba por… por nueces, por cosas del campo pa mantener a sus gansos. Bueno, po vale, po un día la bruja ve al príncipe, a un príncipe, dice:

—¡Oy, qué príncipe más guapo! Este va a ser el marido de mi… | de la niña.

Entonces agarra y le dice:

—¡Ayúdame! —dice ella—, que no puedo con la carga que llevo, tan grande

Y entonces el príncipe le coge los canastos y le ayuda, la lleva, los lleva allí a su casa. Ea pues entonces aquella noche le dice ella al príncipe, dice:

—Mira, acuéstate en, en aquel árbol que a aquel árbol no llegarán las fieras ni llegará nada— dice—, debajo de aquel árbol hay un pilar.

Y la manda a la niña a lavar la careta. Entonces como era tan guapísima, po iba ella a lavar su careta y el príncipe la ve. Y el príncipe la ve y se enamora de ella. La careta… la careta es una careta que se ponen pa taparse la cara. Tenía siempre la cara tapá porque era mu guapa pero la bruja la manda a que lave la careta para que la viera el príncipe. Claro el príncipe apenas que la vio, po se enamora de ella. La lleva allí a la casilla y entonces se iban a casar. Ya se iban a casar, y entonces el rey no dejaba de llorar, no dejaba de decir:

—¿Se la comerían los lobos? ¿La devorarían las fieras? ¡No puedo acostumbrarme a estas ideas tan desgarradoras!—.

Ea, pues ya van a casarse el príncipe y la niña, cuando el rey tenía que ir y se declara de que era su hija y dice el rey, dice:

—¡Hija de mi alma! Lo que más siento es que ha repartido tu reino entre tus dos hermanas—.

Y le dice la bruja, dice:

—Yo tengo un tesoro que vale más que un reino.

Y se acabó mi cuentecito. Ellos comieron perdices y a mí me dieron con el plato en las narices.

Resumen de ATU 923

Love Like Salt. A king (rich man) asks his three daughters, how much they love him. The two elder ones compare their love with precious (sweet) things (gold, precious stones, sugar, honey, precious clothes), but the youngest says that she loves him like salt [H592.l]. The father is offended by his youngest daughter's answer and casts her out (orders her death), whereas he rewards the elder daughters in proportion to the value of their flatteries [M21].

The youngest daughter then works as a maidservant in a foreign country, whose king she later marries. She invites her father to the wedding meal and serves him dishes without any salt. Thus the father becomes aware of the indispensability of salt. The daughter discloses her identity. Cf. Type 510B (Uther, 2004: I, 555).

[El agua y la sal. Un rey (un hombre rico) pregunta a sus tres hijas cuánto le quieren. Las dos mayores comparan su amor con objetos (con dulces) valiosos: oro, piedras preciosas, azúcar, miel, ropas valiosas. Sin embargo, la más pequeña dice que le quiere como a la sal. El padre se ofende por la respuesta de su hija pequeña y la destierra (ordena su muerte), mientras que recompensa a sus hijas mayores en proporción al valor de sus halagos [M21].

Entonces la hija pequeña trabaja como criada en un país extranjero, cuyo rey termina desposándola. Invita a su padre al banquete de bodas y le sirve platos sin sal. Así, el padre se da cuenta de lo indispensable que es la sal. La hija revela su identidad. Cf. Tipo 510B (traducción de Alba Pegalajar Espinosa)]