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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Era un, unos niños que se quedaron sin, sin madre, y entonces po la madrastra no los quería y cogió un día y se los llevó al campo. Y entonces él lo oyó hablando la conversación con el padre, cogió, abrió la puerta del corral y se llenó los bolsillos de piedrecitas. Y cuando llegaron ellos al campo, la madrastra y el padre desaparecieron y se puso ella a llorar. Y dice:
—No llores, que yo he echao piedras por el camino y sé el camino—.
Pues se volvieron pa’acá. Al otro día llamaron a la puerta, al padre le dio mucha alegría de verlos. Al día siguiente volvió a repetir lo mismo en… | la madrastra, le dio por la noche un pedazo de pan duro. Y dice:
—No llores, no llores que yo he echado las migajitas del pan por el camino—.
Pero los pajaritos se las comieron las migajitas del pan. Entonces ellos empezaron a andar, a andar y se encontraron una casita de chocolate. Se encontraron la casita de chocolate y empezaron a ellos:
—¡Oy, si esto es de chocolate!—.
Y empezaron a comer pero en esa entremedias salió una bruja. Sale la bruja y cogió la bruja:
—¡Oy, niños, entrad, entrad!—.
Y a él lo metió en una jaula y a ella la puso a limpiar, a que le limpiara la casa, para que le arreglara aquello y a él le daba de lo bueno, lo mejor, unas comidas riquísimas, total, para que se pusiera gordito. Y ahora ella, oyó decir que lo iba a matar, se lo iba a comer. Entonces ella mató un ratón que se encontró por allí y le dio el rabito del ratón a él. Y entonces le decía la bruja:
—A ver, enséñame el dedito, a ver cómo estás de gordito—.
Y él cogía y le enseñaba el rabito del ratón:
—¡Ay! Todavía estás muy finito, te tienes que poner más… más gordito—.
Y así, días y días pero, hija, un día la bruja tanto que le tiró que se llevó el rabito del ratón. Y entonces cuando descubrió que estaba gordo, gordo, gordo. Y lo cogió. Y ella llorando y preparó el horno con una candela mu grande pa comérselo asaíto a él. Y ella venga llorar, venga llorar… y le decía:
—No llores, no llores, que verás cómo a mí no me come la bruja. Tú no llores—.
Y ella la pobre venga llorar, venga llorar… Y allí ya lo sacó para meterlo en el horno. Y cuando llegó en el horno, como había comido tanto y estaba él tan fuerte y ella, la bruja dice:
—A ver, ¿cómo está el horno?—.
Dice: —Mire usted, yo no entiendo, mírelo usted—.
Entonces la bruja se asomó pa ver cómo estaba el horno y entre los dos le dieron un empujón a la bruja y la, y la encerraron en el horno y ella, y ella fue la que, la que se quemó. Ahora tenía un tesoro mu grande la, la, la bruja y ellos cogieron el tesoro y se lo llevaron.
Cuando ellos venga caminar, noche y día, venga caminar, ¿a dónde vienen a dar? con la casa de, de los padres. Llamaron y ahora ya la madrastra, bueno, los quería con locura porque les cogió to el dinerito y ellos se hicieron muy poderosos y se hicieron… ya ves como el tesoro que llevaban.