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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Era una reina que era reina en el, en el país y decía:
—Espejo, espejo maravilloso, ¿existe otro rostro más hermoso?—.
Y le decía, él le decía:
—Sí, Blancanieves que vive en la montaña y los enanos la guardan—.
Cogía la, la vieja bruja, le daba un porrazo al espejo, lo partía, iba y compraba otro espejo. Y volvía en las mismas:
—Espejo, espejo maravilloso, ¿existe otro rostro más hermoso?—.
Y le decía: —Sí, Blancanieves que está en la montaña y sus enanos la guardan—.
Volvía y lo partía. Hasta que ya dice:
—Yo voy a ir a la montaña—.
Cogió un canasto, lo llenó de manzanas y se fue a la montaña. Iba y llegó a casa de los enanitos que estaba ella, Blancanieves y le dice:
—Anda, hija, cómprame una manzanita, que soy una viejecita—.
Y entonces dice ella: —No, no, yo no quiero manzanas—.
Dice: —Toma, te voy a dar yo una —le da la manzana— cómetela—.
Y le dio el bocao y en el momento que le dio el bocao, pos cayó muerta. Y entonces cuan- | se fue la vieja bruja:
—¡Ay, que ya la he matao, que ya la he matao, qué alegría que la he matao!—.
Y se fue. Y cuando llegan los enanitos tos llorando diciendo:
—Blancanieves, ¿quién te ha matao, qué te ha pasao?—.
Pues tos llorando y cogen y dicen: “pos vamos a enterrarla”. La meten en una cajita y van por la montaña a enterrar a Blancanieves. Y yendo por la montaña tropezaron y salió la caja rodando y a Blancanieves se le salió la manzana de, de la garganta y cayó al suelo. Y ya volvió otra vez a ella, a, a estar viva, que no estaba muerta. Y dicen los enanitos:
—Mira, estaremos siempre uno contigo, no te dejaremos nunca más sola—.
Y un enanito la guardaba y ya no la dejaron nunca más los enanos sola. Y vuelve otra vez la vieja bruja:
—Espejo, espejo maravilloso, ¿existe otro rostro más hermoso?—.
Dice: —Sí, Blancanieves que está en la montaña y los enanos la guardan—.
Y entonces, pues cogió otra vez las manzanas y volvió a la montaña y ella diciéndole:
—Anda, cómprame una manzanita—.
Y el enanito que la estaba esperando, le pegó un palo en la cabeza y la mató.
Y ya este cuento se acabó.