Ricitos de oro [AT 171]

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1618n

Informantes

Recopiladores

Notas

Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Transcripción

Eran tres osos que vivían en, en el bosque en una cueva: mamá | papá oso, mamá osa y el osito pequeño. Y estaban | y dice mamá osa: “Pues mira, yo voy a preparar ya la comida. Vamos a comer. Mamá osa se fue a cocinar a la cocina y puso una mesa con tres platos: el plato más grande para el papá oso, el pequeño pa’el pequeñito y el mediano para ella.

Se ponen a comer y cuando se ponen a comer la sopa quemaba muchísimo y dice papá oso:

—Oye, yo no puedo comer esta sopa, esta sopa está quemando muchísimo.

Y dice mamá osa:

—Pues sí que es verdad, la mía también.

Y el osito pequeño dice:

—¡Ay, mamá, sí! La mía también quema muchísimo. Yo no me la puedo comer.

 Y dice papá oso:

—Pues vamos a dar una vuelta por el bosque en lo que se enfrían las sopas.

Y se fueron al bosque y se dieron una vueltecita. A eso que viene una niña que se había perdido y al llegar a la cueva, po entró en la cueva y vio que había una mesa puesta con tres platos: uno más grande, otro más mediano y otro pequeñito. Y la niña dice: “¡Ay! Yo traigo hambre, voy a probar este plato grande pero ¡oy, esto quema muchísimo! Me voy a ir al mediano. Se fue al mediano y también le quemaba. Y ahora dice: “Po voy a probar el pequeño. Probó el pequeño, dice: “¡Ay! Este sí me gusta, este no me quema.

Y se lo comió todo, todo. Y cuando ya se lo comió, la niña estaba mu cansaíta de venir por el bosque andando. Dice: “¡Ay! Yo voy a entrar al cuarto y me voy a acostar un ratito.

Entró al cuarto y se encontró tres camas: la cama mayor, la mediana y la pequeña. Se mete en la cama grande y dice: “¡Ay! Yo no me encuentro a gusto aquí en esta cama tan grande, me voy a ir a la otra un poquito más pequeña.  Se fue y dice: “Yo no estoy aquí bien, voy a ver la pequeñita. Y va y se acuesta en la pequeñita y se quedó dormida, se quedó durmiendo. Estaba cansadita, la pobre.

Y cuando ya vienen los osos de su | de dar la vuelta por el bosque dice papá oso:

—¡Ea! Pues vamos a comer.

Se sientan todos en la mesa y ahora dice papá oso:

—¡Oy! Alguien ha entrado aquí en nuestra casa y ha comido mi plato.

Y mamá osa dice:

—Pues sí que es verdad. También ha comido en la mía.

Y dice el osito:

—¡Oy! Mira, mami, papi, alguien ha entrado en nuestra casa y se ha comido toda, toda, toda mi sopita. Ahora no tengo yo comida, papá.

Dice papá:

—Vamos a ver por el cuarto a ver si, si hay alguien.

Entonces entraron en el cuarto y vieron que las camas grandes estaban… estaban deshechas. Y dicen:

—Pues sí, alguien han entrado aquí, porque mira cómo están las camas.

Y ahora el niño se acerca a su camita y vio a una niña que estaba durmiendo. Dice:

—¡Ay! Mira, máma, papi, mira, una niña hay en mi camita durmiendo.

—¡Ah! Pues sí.

La vieron tan bonita, levanta un poquito la tapadera y claro, la niña cuando le levantó las tapaderas, se despertó. Y cuando se despertó y vio a los tres osos a la vera de ella, dice:

—¡Ay, mami, papi! ¡Ay, tres osos! ¡Ay, que me quieren comer, ay!—.

Y entonces papá oso y mamá osa dicen:

—¡No, no, hija, no, no! Tú no tengas miedo, que no te vamos a hacer nada. Pero cuenta, cuéntanos cómo has llegado aquí.

Dice:

—Po que me fui al bosque y me puse a andar, andar y me he perdío, ya entré aquí y me encontré la sopita que tenía mucha hambre y me he comío todas las sopitas pequeñas. Y ahora me he acostado en las otras camas y no me gustaban tampoco y me he acostao en la pequeña y me he quedado dormía y mis padres me estarán buscando. Mis padres me estarán buscando—.

Y dice papá oso:

—Mira, vamos a salir afuera y vamos a ver si encontramos a tu padre y a tu madre y que te recojan.

Entonces ya fueron y vieron que venían su padre y su madre buscándola y cuando dice:

—¡Ay, mira, mi mami y mi papi! Salió corriendo, le dieron un besito—. ¡Ay, mamá!, papá, mira, que me he perdío y me encontrao con estos tres osos pero no me han hecho nada.

Dicen el padre y la madre:

—¡Ah! Pues mira, sí, pues muy bien.

Le dieron las gracias a los osos y ya quedaron hechos amigos. Y dicen papá oso y mamá osa:

—Pues mira ¿tú no sabes lo que vamos a hacer? Que cuando tú quieras venir a jugar con nuestro osito pequeño, que tú vengas a nuestra cueva y te vengas cada vez que tú quieras a jugar con él.

Y ya se hicieron muy amigos.

Y se acabó este cuentecito con pan y quesito, el que levante el culito tiene un pecadito y el que no lo levantó pues mierda comió.