Bueno, po eran tres hermanas y eran costureras. Pero estaban muy mal, no podían comer, de mal que estaban. Entonces agarra y dice el padre:

—Hijas, voy a ir a ayudarles a ustedes un poquito. Me voy a ir a trabajar al campo por ahí o adonde me encarte. Voy a dejar tres macetitas de albahaca, la que se le seque es que no lleva buen camino—.

Bueno, pues vale, cada una con su macetita, no sabían cómo hacerle. Pero un día una coge y ve un pozo que no tenía agua, que calaba al jardín del rey. Dice:

—Hermanas, mira, he visto un pozo ciego y cala al jardín del rey. Mira, yo voy a echar una soga, y esa soga me la cogéis ustedes dos y yo me echo. Y yo me calo al jardín, a ver lo que hay allí—.

Pues así lo hizo, las dos hermanas le cogen la soga y ella se echa. Agarra y se echa y ve allí unas peras mu lindas, unas naranjas mu lindas, y fruta de todas clases… vamos una hermosura que tenía allí. Y dice:

—¡Hermana, tírame un canasto!—.

Y agarra la otra hermana y le tira un canasto, llorando, que no quería que la hermana hiciera eso. Coge peras, coge de to, llena su canasto y dice:

—¡Tira, hermana!—.

Y entonces la hermana tiraba y le llenaba… | vamos, iba con su canasto lleno, luego agarraba y subía ella. Ea, po ahora coge cuando ella estaba en sus, en sus anchas, las otras no querían pero ella, más contenta que la mar, con lo que había descubierto. Bueno, y eso lo hacía una vez, lo hacía otra vez, lo hacía muchas veces. Pero un día la coge el rey allí. La coge el rey pero era demasiao guapa y el rey se enamora de ella. Dice:

—¿Qué haces aquí?, ¿qué haces aquí?—.

Dice: —Mire usted, que no tenemos para comer… po mira… pero es el primer canasto, ¿eh?, el primer canasto—.

Dice: —El primero o el segundo, porque aquí faltan muchas cosas—.

Bueno pos coge el rey y se enamora de ella y le dice:

—Mira, ¿quieres ver también un palomar que tengo mu lindo?—.

Y dice ella: —Pos bueno—.

Agarra y la lleva al palomar, porque como era tan mala… | la lleva el rey a su palomar porque se enamora de ella. Y estando enseñándole el palomar se entra por una puerta y hace ella “chin” y lo encierra pa estar ella más conforme en ir por más fruta. Lo encierra en aquella puerta y nadie lo sabía dónde ella | donde estaba él encerrao. Y ella to los días, to los días, a ir por sus cosas.

Cuando ya descubren que el rey estaba allí y entonces al descubrir que el rey estaba allí, po van por él y media yemita de huevo todos los días, todos los días… total, hasta que salvaron al rey y el rey la descubre, que era la niña que había entrao allí, pero la perdona. La perdona pero en esa entremedias viene el padre y ve que la maceta se había secao.

—¿Y cómo te se ha secao la maceta?, ¿y cómo te se ha secao esta maceta? Imposible de que esta maceta te se haya secao—.

Y entonces ella llorando, se abraza al padre y le dice lo que estaba haciendo. Dice:

—Bueno, pero no has hecho lo peor, pos la maceta responderá—.

De manera que como no había hecho lo peor, pues la maceta se vuelve a poner bonita otra vez. Y ya no hizo más aquello.