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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Esto era vez una familia que llegaba la nochebuena, y entonces le dice un hijo:
—¿Esta nochebuena qué vamos a cenar? No tenemos nada que cenar…
—Esta nochebuena, pues el gallo que tenemos en el corral. El gallo que tenemos en el corral lo matamos, lo hacemos con arroz y eso nos comemos.
—¡Ah, mu bien!—.
Están los hijos todos muy contentos:
—¡Ea, mu bien! Pues vamos a matar al gallo que está en el corral—.
Y el gallo se enteró, dice: “A mí me van a matar ahora pa nochebuena”. Metió un vuelo y se saltó las paredes y se fue por el campo. Iba andando por un camino el gallo, venga andar y se encontró un gato. Dice:
—¿Compadre gato, qué haces?—.
Dice: —Na, que yo ya no mataba ratones y entonces po dice: “Este gato hay que echarlo por ahí o matarlo… este gato ya no mata ratones, ¿pa qué lo queremos?”.
—Ea, ¿pues vámonos los dos?
—Vámonos—.
Allá que van por el camino alante, un poco más pa’alante se encuentran, se encuentran un perro:
—Oye, compadre perro, ¿qué haces?—.
Dice: —Na, que, que ya no mataba liebres y, y dice: “Este perro es menester matarlo o… | porque este ya no mata liebres”—.
Entonces el perro dice:
—Yo, yo me voy.
—Ea, pues vámonos los tres, vámonos los tres en amor y compaña—.
Y allá que van los tres andando por el camino, andando ya y más pa’alante, se encuentran un borrico.
—A ver, compadre burro, ¿qué haces?—.
Dice: —Na, que ya soy muy viejo y podía con la carga de leña y eso. Y dice: “Este burro hay que venderlo o lo que sea que este burro no, no lo queremos pa na”. Y yo me he escapao y me he venío.
—Ea pues venga, vámonos los cuatro—.
Y cogen el camino alante los cuatro y ya empezó a oscurecer. Ya de noche, empezó a llover. Dice:
—¿Qué vamos a hacer?—.
Dice: —Mira, aquí hay un chaparro. Vamos a ponernos a la verita del chaparro y ahí vamos a pasar la noche—.
Pero dice el borrico:
—Gallo, ¿por qué no pegas un vuelo a lo alto a ver si ves algo por ahí? Si no, toa la noche aquí mojándonos… ¿qué vamos a hacer?—.
Coge el gallo, “pun”, pegó un vuelo y se montó en lo alto del chaparro. Dice:
—Mira, hay una luz, hay una candelita más pa’allá—.
Y se fueron los cuatro en busca de la candelita y cuando llegan allí a la candela era una cueva de ladrones. Y estaba la candelita en la puerta. Dice:
—Esto es una cueva, ¿vamos a meternos?
—Vamos a meternos—.
Se metieron en la cueva de ladrones y allí había de to de comer. Dice el gallo:
—Yo voy a picotear aquí el trigo—.
Dice el borrico:
—Yo voy a la cuadra a hartarme de cebá—.
Dice el gato:
—Mira, aquí hay morcillas, me voy a hartar de morcillas—.
Y cada uno comió. Y ya cuando comieron dice el borrico:
—Yo me voy a quedar aquí en la cuadra. Muy bien, aquí voy a pasar la noche—.
Y dice el gato:
—Mira pues yo aquí en la cenicita, estoy muy calentito, aquí me voy a quedar—.
Y dice el perro:
—Pues yo me voy a quedar detrás de la puerta—.
Y dice el gallo:
—Pues yo me voy a montar en lo alto del tejao, en los abarcones, ahí—.
Y al ratillo sienten un tropel y eran los ladrones. Entonces se echaron abajo de la puerta, le quitaron los arreos a los caballos:
—Venga, vamos a meter los caballos en la cueva—.
Y cuando metió los caballos en la cueva, llegó allí a la cuadra y hace el borrico, “pun, pun”, y le pegó dos o tres patás, a dos o tres ladrones, “pun”, y salen para afuera:
—Aquí hay algo—.
Y dice: —A ver si hay una poquita de candela aquí, nos vamos a quedar en la candela—.
Y hace el gato, “pun”, la arañó. Allá que va:
—Que aquí hay lo que sea—.
Y salen por la puerta y el perro, “pun”, le pega un bocao a uno, le pega un bocao al otro… y salen tos corriendo:
—Ahí hay algo en la cueva, ahí hay algo—.
Y meten mano, salieron corriendo y cuando iban ya muy lejos, dice el gallo: “kikiriki”.
—¿Qué dicen?, ¿Qué los cojan ahí? Que nos cogen ahí, venga—.
Salen corriendo por el camino alante y se fueron los ladrones y al otro día por la mañana agarró y dice:
—Ya no hay ladrones.
—Ea, pues venga vámonos por el caminito alante otra vez—.
Y salen tos corriendo por el caminito adelante. Y colorín, colorao, este cuento se ha acabao.