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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Transcripción
Érase una vez un… una familia que vivía en un pueblo bastante pobre y tenían una hija que era muy guapa, jovencita y muy guapa y el padre para salir de las penurias que estaban pasando pues decidió casarla con un hombre rico del pueblo que era ya muy mayor.
Ella, que no quería casarse con él decidió escaparse de su casa y antes de irse pues fue al sastre y le pidió que le hiciese tres vestidos, uno blanco, otro celeste y otro amarillo color yema de huevo. Después del sastre pues decidió ir al carpintero y le pidió que le hiciese un cuerpo de palo para meterse en él y disimular así su cuerpo y que así no la conociesen.
Una vez que lo tenía todo, se puso el cuerpo de palo, se puso un vestido y se fue a, a recorrer pueblo tras pueblo buscando trabajo para poder empezar una nueva vida. Iba pidiendo trabajo, la gente, los pueblos a los que iba, llamaba a la puerta le decían que no, que lo sentían que no había trabajo para ella. Así que fue a otro, fue a otro… y al final coincidió, llegó a un pueblo en el que había un castillo cercano. Y llamó a la puerta y el hombre que la atendió le dijo que no, que no tenía trabajo pero que seguramente en el castillo sí tendrían trabajo para ella.
La acompañó al castillo y, y allí en el castillo le dijeron que sí, cuando la vieron así, con ese cuerpo tan mal…, mal hecha, tan mal formá, le dijeron que sí, que podía estar cuidando los pavos, de pavera allí cuidando los pavos del, del castillo.
Empezó a trabajar y ella todas las tardes, había un río cercano y decidía bajarse al río, a, a quitarse su cuerpo de palo y bañarse y estar tranquila. Y cada vez que iba, se quitaba el cuerpo, se empezaba a bañar y decía:
“Paví, paví, paví,
si el príncipe me viera,
¿se enamoraría de mí?”.
Así pasaba un día, otro día, una tarde, otra tarde… y una de las tardes que se estaba bañando pasó el príncipe y la vio. Y se enamoró de ella. Ella pues salió corriendo, se escondió y cuando ya el príncipe se fue, se fue al castillo, se puso su cuerpo de palo, se fue al castillo.
El príncipe se quedó tan enamorao que decidió hacer un baile para ver si esa persona, si podía volver a encontrar a esa persona. Ella cuando se enteró que, que había un baile pues decidió ir. Entonces se, se puso su vestido blanco y se coló en el baile. El príncipe la vio, como estaba enamorado de ella, la vio y la reconoció y se pusieron a bailar. Y ella, cuando terminó el baile… | y bueno y le regaló una sortija, el príncipe le regaló una sortija y cuando terminó el baile, ella desapareció.
El príncipe, como vio que se había ido, para encontrarla otra vez, pues hizo un segundo baile. Ella cuando se enteró que había un segundo baile, se puso el vestido celeste. Se coló otra vez en el baile, el príncipe otra vez la vio, estuvieron bailando otra vez, le regaló otra sortija y cuando terminó el baile, ella desapareció otra vez.
Y así en el tercero pasó exactamente lo mismo, hizo un tercer baile el príncipe, ella fue al baile con su traje color amarillo yema de huevo, estuvo bailando con el príncipe, el príncipe le regaló otra sortija y cuando terminó el baile… desapareció otra vez.
El príncipe cayó enfermo, estaba tan enamorado de ella que cayó enfermo y… estaba en cama y le pidió a su madre que la cocinera le preparase empanadillas, que era su comida favorita. Cuando la…, la muchacha se enteró que el príncipe estaba enfermo, que había pedido empanadillas, ella fue a hablar con la cocinera le dijo que por favor, le dejase hacer…, preparar las empanadillas a ella.
En cada una de las empanadillas que preparó, preparó tres, y le metió una de las sortijas que le había regalado el príncipe. Entonces pues le llevó la cocinera las, las empanadillas al príncipe, se fue y cuando el príncipe se las estaba comiendo, al pegarle el mordisco se encontró con una sortija, le pegó el mordisco a la segunda empanadilla, se encontró con la segunda y cuando le pegó el mordisco a la tercera, se encontró con la tercera sortija.
Entonces llamó, hizo llamar a la cocinera, y la cocinera, cuando fueron a avisarla que el príncipe la quería ver, estaba asustada pensando que esas empanadillas estaban malas o que se iba a ganar una bronca del príncipe. Su sorpresa fue cuando llegó, el príncipe le dijo que quién había preparado las empanadillas. Ella le dijo que la muchacha que cuidaba los pavos y le… la mandó que fuese en busca de ella.
Cuando la cocinera fue a buscar a la muchacha, ella ya se había puesto uno de sus trajes, el de color amarillo yema de huevo y estaba preparada para ver al príncipe. Subieron a la habitación del príncipe y cuando el príncipe la vio ya vestida con su traje amarillo y… y la vio, la reconoció, estaban enamoradísimos y se casaron y fueron felices y comieron perdices.