Domingo de Ramos

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Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1650c

Notas

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00007A 09)

Título indicado en las anotaciones de campo: "Domingo de Ramos".

En esta versión, se repite la primera estrofa.

Transcripción

Domingo de Ramos: Entrada de Jesús en Jerusalén
 
Jesús, que triunfante entró
Domingo en Jerusalén,
por Mesías le aclamó,
y todo el pueblo en tropel
a recibirle salió.
 
Con muchos ramos y palmas,
jazmines y violetas,
se le echaron por la tierra.
Por donde el Señor pasaba,
se abrían todas las puertas.
 
Las calles entapizadas
con muchos rasos y tierras,
las capas se las quitaban
tirándolas por la tierra
por donde el Señor pasaba.
 
Fueron muchos los obsequios
y grandes recibimientos
de nuestro padre amoroso.
—Santo, Santo, Rey del cielo,
Santo— repitieron todos.
 
Y todos en procesión
le siguieron muy contentos.
No te cause admiración
que hasta los niños de pecho
alababan al Señor.
 
Con sus lenguas tiernecillas,
dejándose de mamar,
decían: —¡Viva el Mesías!,
que nos viene a rescatar
nuestras almas este día—.
 
Con grande triunfo y amor
hasta el templo lo llevaron
y las puertas se cerraron,
pero las abrió el Señor;
los judíos se pasmaron.
 
Dos entradas se le hicieron,
con notable variedad:
el domingo entró con palmas
y volvió el jueves a entrar
con las manos maniatadas.
 
Por este raro misterio,
dulce Pastor de las almas,
concedernos la victoria
y llevarnos entre palmas
a gozar de eterna gloria. [Com.]
 
[Com.:
Constantina: —¡Ay, ay, ay, la de cánticos!, ¿de cánticos a mí? Si me acordara de todos, ya podía haber sacao pa…, pa to este día.
Recopilador: —¿En el lavatorio, se…, se hacían oraciones también, o no? ¿Se cantaba una cosa en el lavatorio también?
Constantina: —No me acuerdo. También, también se hacía…, se hacía, pero no me acuerdo ya de tantos, no me acuerdo de tantos.
Petra: —¿Cantabais todas allí, las…, las señoras?
Constantina: —No, no, los cantos conmigo nada más. Era yo la primer cantora; las que cantaban conmigo nada más. Y había cánticos que decía…, que…, que…, que contestaban, contestaban. Cantábamos cánticos y contestaban.
Recopilador: —¿Rogativas, por ejemplo?
Constantina: —¿Rogativas?
Recopilador: —Sí, alguna rogativa.
Constantina: —Pues rogativas, cuando se salía a bendecir el campo, pues también cantábamos con el señor cura, claro. Pero ya casi no me acuerdo de tantos; y así, tan deprisa y tan corriendo…]