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Notas
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Bibliografía
OTRAS VERSIONES DE ATU 41
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Traducción
Había una vez un lobo y un erizo que se encontraron en un camino mientras buscaban algo que comer. Fue entonces cuando vieron a lo lejos una granja llena de deliciosas frutas que podían robar.
Decidieron entrar en la granja para robar albaricoque. El erizo, astuto como siempre, comía un poco de fruta mientras vigilaba la entrada para ver si podía salir sin dificultades de allí. Pero el lobo, por otro lado, se estaba concentrando en comer todo lo que pudiera sin pensar en las consecuencias.
Sin embargo, su fiesta se interrumpió cuando el dueño de la granja llegó de repente y sorprendió al lobo comiendo su fruta. El erizo, más rápido que el lobo, escapó sin ser detectado. Pero el lobo, en cambio, se hizo el muerto para evitar ser atrapado. El dueño, al ver al lobo inmóvil en el suelo, se asustó mucho y lo agarró de la cola para tirarlo lo más lejos posible, creyendo que el animal estaba muerto.
Después de ser lanzado lejos de la granja, el lobo se dio cuenta de que había perdido parte de su cola en tal operación. Al regresar con su manada, sus compañeros lobos se burlaron de él por haber perdido su cola. El lobo, herido en su orgullo, decidió vengarse de ellos y les sugirió entrar a la granja juntos logrando convencerles para conseguir más comida.
Esta vez, el lobo sin cola tuvo un plan astuto. Una vez en la granja indicó a sus compañeros que subieran a los árboles y les amarró las colas a los troncos con fuerza. Luego, esperó pacientemente la llegada del dueño de la granja.
Cuando el dueño de la granja llegó, el lobo sin cola gritó a sus amigos para que escaparan. Al saltar de los árboles, los lobos perdieron sus colas, que se quedaron enganchadas en los árboles. Como resultado, los lobos se volvieron sin cola, igual que el lobo que había perdido la suya. Y así, el lobo se vengó de sus compañeros, y aprendieron una lección importante sobre la astucia y la venganza.
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Transcripción
WoŠan d yansi ruḥan ga rʻast adaŠan rmaŠmaŠ, uŠa ḳani rʻast ṇi ras thaya, ifri manis tadfan, uŠa itaf hda … hda … hda, insi itat itʻaya, mara thaʻaḍist tafar izama dyafar adyawar, wuŠan igaad di sajăth itaf hda … hda … hda, iʻaṃa aŠibod idwar waizaṃa adyawar. uŠa yusad bāb narʻast ṇi, itwarathan tatăn uŠa isdadaq idjad chtaaah!, iṇas athawa nahra in din tagăm, taŠam rmaŠmaŠ, ami ʻarfan tazran insi yarwar woŠan idraq ga uqamu n taja, iqajaʻ anawa akhmi yaṃuth, yusad gas iṇas aʻodo bilah mina Šitan rajim, mana irafă nwaṣud, yamuth danita, athid yafaʻ zagnawa athyanda ga baṛa iqdud gad anawa, uŠa yaqim woŠan dagatit, uŠa ami thyanda wuŠan ṇi iqim dagatit. Yawar uŠa iṇas ijmaʻath ṇas maṛa, a aami das qan qa woŠan agatit atan yar maṛa digatat, iṇasan qa qidarawam rʻast narmaŠmaŠ manam yarkha ni, dayas ga min isabḥan, dfamayad ataḥam ataŠam. Iruḥ iṣidfithan diṇi, udfan arami ga ʻaṃan aʻaḍis duran wazaṃa dafran, ami id ga yas bab narʻast duran wazaṃa dafran adauran. Wadji arai tura tatan woŠan agatit iqim itŠadăyasan inuwora ga sajurath, ami khasan yagab bab narʻast bdan adnadwan baŠ adauran, bdan qatwaṇasan inuwora. UŠa yaṛithan maṛa digatat.