Audio
Clasificación
Informantes
Baena
Recopiladores
Notas
El informante sesea.
Transcripción
Cada cual arrima el ascua a su sardina
—Ende el oriente al poniente,
en lo que la luna baña,
no se encontrará semilla
más ridícula y más mala
que las mujeres.
Señores, hablo con susto de ellas.
Son como un zarandilla,
soberbias, desesperadas,
amigo de quien las quiera
y de estar bien apreciadas.
Para estar con ellas bien,
no hay cosa como elogiarlas,
decirlas: “¡Señoras mías,
Dios guarde a usted de sus gracias,
que los ojos que usted disfruta
valen más que toda España!”
Hay otras que son feas y dicen:
“¡Esa cara y ese cuerpo,
vaya una mansión de gracia!”
Y se ensanchan y se ponen
como una esponja mojada.
[Com.: Y ahora le contesta ella, que por eso cada cual arrima al ascua:]
—¿Ha avisao usted el discurso?
Pues sepa el señor pelapavas
que [¿…?] de las mujeres
no hace maldita falta,
que nos quieran mucho menos
y, si no, en hora mala
estuvieran los hombres
más allá [¿...?],
más tranquilas las mujeres,
vivirían más descuidadas
en que ningún galopín
con nosotras se casara
para sufrir la pérdida
amargosa y desgraciada,
mientras el muy galopín
lo poco que gana, gasta
con golpes iguala él
en bebida y en bullanga.