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Notas
*sigurón por sigureja: Hacha pequeña con astil largo y flexible (DRAE, 2022).
Este registro ha sido editado en el marco del proyecto de I+D del Ministerio de Ciencia e Innovación “El corpus de la narrativa oral en la cuenca occidental del Mediterráneo: estudio comparativo y edición digital (CONOCOM)” (referencia: PID2021-122438NB-I00), financiado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Bibliografía
OTRAS VERSIONES DE ATU 56A
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
[María Pilar:] —Una cigüeñita, que estaba sobre un camino en una encina altísima, puesta con el nío arriba y tres cigüeñinos que tenía. Ahora se los guipó una zorra, que como son tan buenas, le guipó la zorra los, los cigüeñitos. Y dice:
—Bueno, pues estos me los tengo que comer yo. Estos cigüeñitos me encargo yo de, de comérmelos—.
Y va ande la zorra | va ande la cigüeñita, y le dice:
—¡Cigüeñita!, tira pa’bajo un cigüeñito que tengo mucha hambre y me lo tengo que comer—.
Dice: —¡Ay!, ¡los mis hijitos no, no!, ¿cómo te voy a dar yo algún hijito que te lo comas asín?, el mi cigüeñito, ¡que no, que no, que no! —la cigüeñita llorando, pobrecita.
—¡O me lo tiras o te remezco la encina bien remecía y venís pa’bajo los cigüeñitos, tú y aquí sos como a tos!—.
Pues la cigüeñita se lo tiró. Se lo dio.
Al día siguiente volvió.
[Acompañante:] —A por el otro.
[María Pilar:] —A por el otro.
Dice: —¡Aquí estoy!, ¡dame el cigüeñito pa’bajo que ya sabes si no lo que te hago!—.
Dice: —¡Que no!, ¡que ya te he dao uno ya no te doy más, ¿cómo te voy a dar otro cigüeñito?, los mis hijitos, ¡dios mío!
—Que me lo tires pa’bajo porque si no me lo tiras ya sabes lo que te espera: remezco la encina y, y el otro que tienes y tú, y tos pa’cá—.
Pues cogió y se lo tiró.
Y la cigüeñita la pobre, y se fue la zorra e iba tan contenta, y, y la cigüeñita llorando, llorando, llorando, llorando, le caían los lagrimones al suelo de llorar, de llorar. Y pasó un alcaraván por allí, y miró pa’rriba y dice:
—Cigüeñita, ¿pues cómo lloras tanto?—.
Dice: —¡Ay!, ¡lo que me está pasando con la zorra malangutera que va, que me ha dicho, que ya me ha comido dos, dos hijitos, y ahora dice que va a venir a por este también y si no me, y si no…
—¡Tú no se lo tires!, ¿por qué se lo tiras tú?
—Es que dice que si no me remece la encina, y que caigo pa’bajo y me come a mí también y a los otros, y al otro—.
Dice: —Mira, cuando venga la zorra malangutera tú le vas a decir: que no le tires el cigüeñito, que el que tira la encina es un hombrón grandón con un sigurón*—.
Bueno pues, el alcaraván tiró pa’lante. Y se presenta la zorra. Pero el alcaraván, más astuto, en el camino, en to la polvareda, se revolcó, y después se escondió detrás de unas retamas que había pa’llí.
Y llega la zorra, toa galana y toa flamenca:
—¡Cigüeñita!
—¿Qué?—.
Dice: —Que me tires el cigüeñito, que ya sabes lo que te hago: te remezco la encina y caes pa’bajo—.
Dice: —Mira, el cigüeñito ya no te lo tiro.
—¿Que no?, te vas a enterar ahora.
—Que no, que el que tira la encina es un hombrón grandón con un sigurón—.
Dice: —¿Quién te ha dicho eso?—.
Dice: —El alcaraván.
—¿Y por dónde se ha ido el alcaraván?
—Por ahí—.
Y el alcaraván como estaba escondío, la otra iba rabiosa buscando a ver ande estaba el alcaraván para machacárselo también. Cogió y el alcaraván detrás cantaba:
—Alcaraván comí, a otro tonto pero no a mí—.
Y asín se acabó el cuento.