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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante considera este romance como una oración y lo reza al acostarse.
Bibliografía
IGRH: 0064.1 + 1537.1
Otras versiones de "El discípulo amado"
Otras versiones de "El rastro divino"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
PÉRE RODRÍGUEZ, M. (1981). Romances rezados en la comarca de Acentejo (Tenerife). Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 36, 201-208.
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GRANADA, G. de (1978). Dos notas sobre romances tradicionales en Chocó (Colombia). Revista de Literatura, 77-78, 115-128.
PÉRE RODRÍGUEZ, M. (1981). Romances rezados en la comarca de Acentejo (Tenerife). Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 36, 201-208.
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Transcripción
Jesucristo fue nacido de la hija de Santa Ana.
Antes que llegara su muerte, a sus discípulos llamaba:
—Venid, discípulos míos, los doce de mi compaña,
¿cuál de los doce discípulos moriréis por mí mañana?—
Unos a los otros se miran, ninguno respuesta daba,
tan solo San Juan Bautista, que predicó en su montaña:
—Yo muero por mi Dios, mi muerte no ha de ser nada,
que la muerte de Jesucristo, para él estaría guardada—.
Antes que amaneciera, Jesucristo caminaba
con una cruz de madera en los hombros muy pesada.
En la calle la Amargura, allí cae, allí levanta,
allí sale una mujer, que Verónica le llamaban,
con un paño en la mano, la cara de Dios limpiaba.
Tres dobleces tenía el paño, tres caras de Dios sacaba:
una cayó en Jaén, otra que en Roma estaba
y otra cayó en el mar para consagrar las aguas.