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Bibliografía
Otras versiones de "Milagro de la virgen del Carmen"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
ATERO BURGOS, V. y VÁZQUEZ RECIO, N. (1997). Hacia una tipología del romancero milagroso en un corpus del sur. En J. M. Lucía Megías (Ed.), Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Alcalá de Henares, 12-16 de septiembre de 1995), I (pp. 191-200). Universidad de Alcalá.
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Transcripción
Sagrada Virgen del Carmen, dame luz para explicar,
para explicar este caso, señores, voy a contar.
Provincia de Huelma, (y) era un labrador,
de mucha riqueza (y) era aquel señor.
Seis años que no lloviera, pedía aquel labrador,
para vender toas sus fincas y darle mucho valor.
Limosna no daba aquel labrador, pobre que llegaba: —Perdona, por Dios—.
la Virgen vestía de pobre (y) a su puerta se acercó
pidiéndole una limosna, (y) una limosna por Dios.
Ya baja el criado, le ha dicho: —¿Qué quiere?
—Una limosnita, si remediar puede—.
Sube el criado pa arriba, se lo ha dicho al labrador:
—En la puerta hay una pobre, (y) una limosna por Dios.
—Dile que perdone, no tengo qué dar,
menos a los pobres quiero remediar.
Y entonces salta el criado con mucho temor a Dios:
—Pues deme usted una peseta, que de mi salario se descontará,
porque a esa pobre quiero remediar.
—Pues toma la cuenta pronto y sin tardar,
porque en esta casa no volverás a estar.
Baja el criado pa abajo y a la pobre se la dio,
y entonces dice la pobre: —¿Qué te ha dicho el labrador?
—Dice que perdone, no tiene qué dar,
menos a los pobres quiere remediar.
—Vaya un mísero señor, que a los pobres no remedia,
por no remediar los pobres, (y) el castigo le vendrá,
y tú tienes premio, que yo te daré
la Virgen del Carmen estampá en la pared.
A la postura del sol, vino grande oscuridad,
de rayos y de centellas, que el pueblo empezó a temblar.
Todas las haciendas de aquel labrador
se acarbonizaron, de nada sirvió.
Cayendo un rayo en su casa, se tiró por el balcón,
pidiéndole a la Virgen del Carmen que le hiciera un gran favor,
se hincó de rodillas pidiendo perdón
y arriba en el cielo el castigo quedó.