Ya suenan las esquilillas,     ya viene el coche de ayer,

en busca de Merenciana,     que malito está el marqués.

Que está malito el marqués,     que está malito en la cama,

con dolor de corazón     y calenturitas malas.

Merenciana se pasea     por el jardín del palacio,

y el marqués desde el balcón:     —Si te pillaran mis brazos—.

Merenciana se creía     que el marqués era soltero

para casarse con él     y disfrutar del dinero.

De que Merenciana supo     que el marqués era casado. [Com.]

 

¶

[Com.: Y no me sé la, la última estr- | o sea, el último trozo.]