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Clasificación
Informantes
Recopiladores
Notas
La informante indica que la aprendió mientras trabajaba en la fábrica de aceite de Bedmar. El Ayuntamiento de Bedmar elaboró un libro con cuatrocientas composiciones que ella misma había cantado.
La informante vacila entre los términos "autobús" y "automar".
Bibliografía
IGRH: 5050
Otras versiones de "La novia de Rogelio"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
(Y) era una joven doncella de una familia muy rica;
su novio la abandonó cuando se encontraba encinta.
Los padres, que se enteraron de la situación que estaba,
(y) amenazándole a muerte, (y) la echaron de casa.
Al verse desamparada y en tan mala situación,
se fue casa de sus padres, de rodillas se postró.
—Perdóname, padre mío, que no lo volveré a hacer,
me despido para siempre, despedidos vos también—.
Y al verse desamparada, se fue casa de su madrina,
lo cual que la recibieron como si fuese una hija
y allí nada le faltaba y siempre estaba llorando,
pensando en el porvenir que ella se estaba esperando.
Carmen dio a luz a un niño que era más bello que un sol,
se lo criaba ella sola por no descubrir su honor.
Ya tenía nueve meses y el niño no era cristiano,
por no descubrir su honor, no lo habían bautizado.
Carmen pensó en escribirle una postal a su novio
donde le decía el sitio de encontrarse los dos solos.
Antonio acudió a la cita que Carmen le había dado,
se la encontró con su niño recostadita en un árbol.
Con la sonrisa en los labios le dice Carmen: —Soy yo,
acércate y verás el fruto de nuestro amor—.
Antonio se fue acercando, dándole un beso a su hijo:
—¡Qué desgraciado va a ser (y) este pobrecito niño!
—¡Qué palabras tan amargas entran en mi corazón!
En vez de amar a tu hijo, le echas esa maldición.
Antonio, no seas tonto y no maldigas a tu hijo;
acuérdate del juramento que tú hiciste conmigo.
—Lo que acabas de decir, todo ha de ser en vano;
tú te apañarás con él, que yo me lavo las manos—.
Se despide a la francesa y Carmen dispara un tiro,
cayendo muerto en el suelo, Carmen huye con su niño.
Y a los tres días de esto, que Carmen ya se encontraba
con su hijo en La Coruña, se marchó para La Habana.
Se montó en el autobús y entra en el camarote, [Com. 1]
paseando por cubiertas con muy malas intenciones.
Los viajeros ya notaron que esta madre iba llorando,
dando un beso a su hijo, pero nada más pensaron.
La vieron que puso el pie en lo alto de la baranda,
arrojándose a la mar con el hijo de su alma.
Entran en el camarote de esta madre desdichada
y encima del mirador se han encontrado una carta.
"Y esto servirá de ejemplo", así decía el escrito,
“la culpa la tienen mis padres, por no haberme recogido”. [Com. 2]
¶
[Com. 1: Ay, hija mía, ya. Esa miajilla queda, pero no. ¿Y has visto? Ya de que entorino, ya, pero. ¿Cómo es, madre mía?]
[Com. 2: Una palabra na más, esa de, es lo que no me he acordao. Una. Ya está. Ahí acaba.]