Delgadina

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Informantes

Notas

La informante indica que su madre no permitía que le cantaran ni este romance ni el de Gerineldo.

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00017 13).

Bibliografía

IGRH: 0075

Otras versiones de "Delgadina"

Almoguera Gómez (1989: pp. 34-36); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 21); Álvarez Cárcamo (2019: 12.1); Atero Burgos (2003: n.º 29); Barrios Manzano y Jiménez Rodrigo (2002-2003: n.º 102); Benítez Sánchez (1999: pp. 274-276); Benítez Sánchez (2000: pp. 228-231); Cid (1974: n.º 10, 11); Díaz (1980: n.º 3); Díaz (2007: F.1); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 78-79); Fraile Gil (2010: n.º 79-81); Fraile Gil (2013: n.º 36); Fraile Gil (2016: n.º 41); Gil Muñoz (2010: n.º 7, 8); Gómez Garrido (2012: n.º 13); Hernández Fernández (2010: n.º 11); Jaén Castaño (2018: n.º 555); Manzano Alonso (2003: pp. 202-212); Marazuela Albornos (1981: pp. 397-399); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 28); Moreno Moreno (2016: n.º 33-36); Pimentel García (2020: n.º 176); Piñero Ramírez (1996: n.º 30); Piñero Ramírez (2004: n.º 23); Piñero Ramírez (2013: n.º 26); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1986: pp. 54-55); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 57); Sánchez Miguel (1984: n.º 22); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 36); Suárez López (2009: n.º 229); Tejerizo Robles (2007: n.º 370-371); Trapero (1985: n.º 60-64); Trapero (2000a: n.º 27); Trapero (2000b: n.º 18); Trapero (2003: n.º 16); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 32); Trujillo Pacheco (2017: n.º 32); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 70); Vázquez León (1993: n.º 7).

Contaminaciones y engarces

Delgadina + Caballero burlado (Trapero, 2000b: n.º 7. 11); Delgadina + Santa Catalina (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 31; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 34); Delgadina + Silvana (Piñero Ramírez, 2004: n.º 24); Delgadina + Tamar (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 29, 30; Piñero Ramírez, 2013: n.º 30); Infanta preñada + Delgadina (Trapero, 2003: n.º 17; Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 33); Infanta preñada + Infanta parida + Delgadina (Mendoza Díaz-Maroto, 1990: n.º 7); La flor del agua + Delgadina (Manzano Alonso, 2003: p. 253); La infantina + Caballero burlado + Don Bueso + Delgadina (Trapero, 1985: n.º  39); La mala hierba + Delgadina (Piñero Ramírez, 2013: n.º 27); Santa Catalina + Delgadina (Trapero, 1985: n.º 67); Silvana + Delgadina (Trapero, 1985: n.º 66).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

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Transcripción

Un rey tenía tres hijas     más hermosas que la plata.

La más pequeña de todas,     Delgadina se llamaba.

Un día estando comiendo,     su padre la remiraba.

¿Qué me mira, padre mío?     ¿Qué me mira usted a la cara?

No te miro nada, hija,     no te miro yo a la cara,

que me dicta el corazón     que has de ser mi enamorada.

—No lo quiera Dios del cielo,     ni la Virgen soberana,

que yo sea hija de usted,     madrastra de mis hermanas.

—Altos, altos, mis criados,     altas, altas mis criadas,

a mi hija Delgadina,     encerradla en una sala.

No la deis más de comer     que carne de perro asada,

no la deis más de beber     que agua del río salada.

Cuando os pida de dormir,     dos ladrillos en la sala;

y un boquete en la pared,     cuando os pida de almohada—.

Delgadina se ha subido     a la primera ventana,

ha visto a sus hermanitos,     jugando al balón estaban:

—Hermanitos de mi vida,     hermanitos de mi alma,

por Dios y por caridad,     subidme una jarra de agua.

—Quítate de ahí, Delgadina,     quítate de ahí, perra mala,

que si padre el rey nos viera,     la cabeza nos cortara—.

Delgadina se ha subido     a la segunda ventana

y ha visto a sus hermanitas     bordando paños de Holanda:

—Hermanitas de mi vida,     hermanitas de mi alma,

por Dios y por caridad,     subidme una jarra de agua.

—Retírate, Delgadina;     retírate, perra mala,

que si padre el rey nos viera,     la cabeza nos cortara—.

Delgadina se ha quitado     muy triste y desconsolada,

ha subido más arriba     y se ha asomado a otra ventana.

Ha visto a su madrecita     en silla de oro sentada:

—Madrecita de mi vida,     madrecita de mi alma,

por Jesús que está en la cruz,     subidme una jarra de agua,

que el alma tengo en un hilo     y la vida se me acaba.

—Quítate de ahí, Delgadina,     quítate de ahí, perra mala,

que si tu padre nos viera,     la cabeza nos cortara—.

Delgadina se ha quitado     muy triste y desconsolada,

ha subido más arriba     y se ha asomado a otra ventana.

Ha visto a su padrecito,     entre caballeros estaba.

—Padrecito de mi vida,     padrecito de mi alma,

por Jesús que está en la cruz,     súbame una jarra de agua,

que el corazón me lo pide     y la vida se me acaba.

—Sí te la doy, Delgadina,     si me cumples la palabra.

—Sí se la cumpliré, padre,     pero de muy mala gana.

—Altos, altos, mis criados,     altas, altas, mis criadas,

a mi hija Delgadina     subidla una jarra de agua.

No la subáis la de oro,     ni tampoco la de plata,

subidla la de cristal,     que refresque bien su alma—.

El que suba el primero     la cabeza le cortara;

subieron todos al tiempo,     para que nada pasara.

Cuando su padre subía,     Delgadina ya moría;

cuando su padre subió,     Delgadina ya murió.

En la cama de Delgadina,     llena de ángeles estaba,

y la de su padre y madre,     de culebras y fantasmas.

Resumen de "Delgadina"

Un padre pretende a la menor de sus tres hijas. Cuando ella lo rechaza, el padre la encierra en un cuarto oscuro de su castillo y la castiga con una dieta muy salada. Al cabo de algunos días, le abren dos o tres ventanas y Delgadina se asoma a ellas para pedir agua consecutivamente a sus hermanas y a su madre (en ocasiones también aparece un hermano), quienes desatienden los ruegos. En algunas versiones, se lamentan de no poder ayudarla, pues de hacerlo, el rey los mataría, mientras que en otras los familiares la insultan por haber desatado las pasiones del padre o por no haber accedido a sus ruegos. En ocasiones, la madre le explica que no puede ayudarla porque el rey le ha propinado una brutal paliza y le ha roto una pierna o una muñeca. Finalmente, Delgadina logra contactar con su padre, al que promete su amor a cambio de que la socorra. El rey envía a los criados con agua para la hija, con la promesa de recompensar a quien cumpla primero con el encargo y cortarle la cabeza al que acuda el último. Cuando llegan al cuarto de Delgadina, esta ya ha muerto y en su habitación se produce una visión milagrosa (normalmente, la Virgen, algún santo o los ángeles llevándose su alma, amortajándola y poniéndole una corona, o una fuente de la que brota agua cristalina). En algunas versiones, el padre es torturado por unos demonios que lo arrastran hacia el infierno. En versiones menos extendidas, mueren todos, y mientras que las almas de Delgadina y sus hermanos, que han tratado de ayudarla, son transportadas al cielo por los ángeles, la madre celosa es atacada por víboras y el padre es arrastrado al infierno. Algunas veces el padre se niega a ayudar a Delgadina.