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Notas
Se repiten los versos 6, 12, 16, 18 y 20.
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00018A 11B).
Bibliografía
Otras versiones de "Juan Falandeira"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Un inocente gallego natural de Pontevedra,
yendo en busca de trabajo le han pasado mil tragedias.
Al entrar en Cataluña, le da un cólico de hambre
y las nobles catalanas todas iban a auxiliarle.
Unas llevaban cebollas, otras ajos y pimientos,
otras un caldo sin grasa para darle un alimento.
Desta manera, el gallego pronto se restableció
y de provincia en provincia, pudo entrar en Aragón.
Al entrar en Aragón, otro caso le pasó
al inocente gallego que vino de compasión.
Se encuentra ya un estudiante, a un estudiante guasón,
que por reírse de él, a una fonda le llevó.
Y le dice: —Galleguito, suba conmigo a esta fonda,
que yo vendré a pagailo todo cuanto usted se coma—.
Como tan hambriento estaba, mandó sacar tres conejos,
un kilo de salchichón y tres docenas de huevos.
Mas después de todo esto, también se comió de postre
catorce kilos de uvas y seis de melocotones.
De vino no digo nada, seis azumbres se bebió.
Después, café, copa y puro pa hacer bien la digestión.
Aquí termina la historia del inocente gallego,
y dice que nadie coma (y) en la fonda sin dinero.
Ya termina de comer, ya le pusieron la cuenta.
—¿Qué se emporta la comida? —Sesenta y cinco pesetas.
—¡Carallu! —dice el gallego— Yo me encuentro sin un cuarto,
pero lo que yo he comido pronto vendrán a pagailo,
que me ha dicho un estudiante que él pagará mi comida—.
Entonces, el camarero con aire coge una silla,
y le dice: —Galleguito, rediez si no paga usted,
pronto le rompo las muelas como serio aragonés—.
Y aquí se acaba la historia del inocente gallego,
y dice que nadie coma (y) en la fonda sin dinero.