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IGRH: 0195
Otras versiones de "Lux aeterna"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
Transcripción
Una chica muy guapa, llamada Adela,
que por su novio Juan se hallaba enferma.
El día de su santo le regaló
un corte de vestido de gran valor.
Ella le dice: —¿Qué te pasa, Juan, que estás tan triste?
pues si tú no me quieres, pues me lo dices.
—No, no, no, no, no te lo digo,
porque de casamiento me he arrepentido—.
Se desmayaba, se desmayaba,
Y entre sábanas blandas se encuentra en la cama:
—¡Madre, qué linda noche, cuántas estrellas!
Ábreme la ventana, que quiero verlas.
—No, hija mía, no, no digas eso,
que eso va mejorando, dame otro beso.
—Todas mis amigas vienen, menos Dolores,
porque se lo prohíben los nuevos amores.
Si ella viniera, yo la perdono,
porque no tiene culpa de mi abandono.
Madre, siento un perro aullar junto a mi reja;
antes que venga el alba, ya estaré muerta.
Si vienen mis amigas Ana y Josefa,
que me recen el rosario después de muerta—.
A las cuatro de la tarde pasó el intierro,
Juan, que estaba en la puerta, se metió adentro.
Cogió un retrato de ella y lo besó,
y le dijo: —Adela, adiós, adiós.
Adiós, Adela, adiós, Dolores,
que me voy con Adela, por mí no llores.