Conde Claros en hábito de fraile

Audio

Clasificación

Fecha de registro:
Referencia catalográfica: 1862r

Informantes

Recopiladores

Notas

La informante añade “ay” detrás de los primeros hemistiquios de los versos pares. Sin embargo, algunos versos no presentan esta interjección (versos 10, 12, 22, 32 y 34) y, en otras ocasiones, se ha añadido a los versos impares (versos 9, 23, 35, 37, 39 y 41).
Esporádicamente se repiten los primeros hemistiquios de algunos versos (versos 16, 20, 26, 30, 33, 35 y 37).

Bibliografía

IGRH: 0159

Otras versiones de "Conde Claros en hábito de fraile"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3890); Alonso Fernández y Cruz Casado (2003: n.º 2); Atero Burgos (2003: n.º 3); Cid (1993: n.º 8); Cid (1974: n.º 4); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 63-68); Fraile Gil (2010: n.º 24, 25); Fraile Gil (2013: n.º 6); Fraile Gil (2016: n.º 5); Gil Muñoz (2010: n.º 1); Manzano Alonso (2003: pp. 281-283); Marazuela Albornos (1981: n.º 171); Martínez Ruiz (1956: n.º 1); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 38); Moreno Moreno (2016: n.º 1, 2); Nieves Martín (2010: n.º 504); Pimentel García, (2020: n.º 31); Piñero Ramírez (1996: n.º 1); Piñero Ramírez (2013: n.º 6); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 4); Rico Beltrán (2009: n.º 1); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 44a-b); Tejerizo Robles (2007: n.º 378-379); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 9); Trujillo Pacheco (2017: n.º 3); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 18).

Contaminaciones y engarces

Conde Claros preso + Conde Claros en hábito de fraile (Álvarez Cárcamo, 2019: 3.6; CLO, 1035r; Díaz, 2007: F.29; Schubarth y Santamarina, 1987: n.º 44c; Valenciano López de Andújar, 1994: n.º 17); Galiarda y Florencios + Conde Claros en hábito de fraile (Valenciano López de Andújar, 1994: n.º 18.c-d, 19.b-c); Infanta preñada + Conde Claros en hábito de fraile (Valenciano López de Andújar, 1994: n.º 18.a); Silvana + Conde Claros en hábito de fraile (Trapero, León Felipe y Monroy Caballero, 2016: n.º 37); Conde Claros en hábito de fraile + La condesita (CLO, 2371r)

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

ARMISTEAD, S. G., SILVERMAN, J. H. y KATZ, I. J. (2008). Judeo-Spanish Ballads from Oral Tradition, III. Carolingian Ballads (2): Conde Claros. En Folk Literature of the Sephardic Jews (vol. IV). Newark, Delaware: Juan de la Cuesta.

DÍAZ GONZÁLEZ DE VIANA, L. (1998). Una voz continuada. Estudios históricos y antropológicos sobre la literatura oral. Madrid: Sendoa.

DÍAZ-GONZÁLEZ DE VIANA, L. (1978). Evolución tradicional de un romance carolingio: El Conde Claros. Cuadernos de Investigación Filológica, 4, 57-72.

LIMA, J. da S. (1979). Achegas ao Romanceiro Tradicional em Sergipe. RSF, 2(3), 45-71.

LÓPEZ SÁNCHEZ, J. P. (2016). Las versiones de Conde Claros en hábito de fraile en la provincia de Sevilla. Ejemplo de texto tradicional de estructura abierta. Revista de Literaturas Populares, 16(1-2), 126-157.

MORENO JIMÉNEZ, M.ª R. (2004). La familia como estructura conflictiva en el romancero hispánico de tradición oral. Estudio de los temas de la infanta seducida [Tesis doctoral]. Universidad Complutense de Madrid.

NARVÁEZ, L. de (1962). Veintidós variaciones sobre Conde Claros. Unión Musical Española.

NASCIMENTO, B. do (1982). Conde Claros na Tradição Portuguesa. Quaderni Portoghesi, 11-12, 139-187.

NASCIMENTO, B. do (1995). Conde Claros Confessor. En M. M. Caspi (Ed.), Oral Tradition and Hispanic Literature. Essays in Honor of Samuel G. Armistead (pp. 549-581)Nueva York: Garland.

NIXON, B. (2006). Siete baladas anglo-escocesas frente a sus paralelos en el romancero español. Revista de Culturas Populares, 2, 1-39. Recuperado de http://www.culturaspopulares.org/textos2/articulos/nixon.pdf

PINTO-CORREIA, J. D. (1984). Romanceiro Tradicional Português. Lisboa: Editorial Comunicação.

PINTO-CORREIA, J. D. (1987). “Le cycles des romances du Conde Claros: proposition de systématisation”. En Littérature orale traditionnelle populaire. Actes du Colloque - Paris, 20/22 novembre 1986 (pp. 301-316). París: Fondation Calouste Gulbenkian. 

POPE, I. (1953). Notas sobre la melodía del Conde Claros. Nueva Revista de Filología Hispánica, 7, 395-402.

RODRÍGUEZ BALTANÁS, E. J. (1997). Un romance muy raro en el Sur: en torno al "Conde Claros" de Hinojales (Huelva). Aestuaria: Revista de Investigación, 5, 225-250.

RODRÍGUEZ BALTANÁS, E. J. (1999). Ropaje carolingio, realidad vulgar: Conde Claros en hábito de fraile en la tradición moderna. En P. Piñero Ramírez, E. Rodríguez Baltanás y A. J. Pérez Castellano (Eds.), Romances y canciones en la tradición andaluza (pp. 73-82). Sevilla: Fundación Machado.

SAULNIER, V. L. (1970). Mellin de Saint-Gelais, Pernette du Guillet et láir Conde Claros. Bibliothéque d`Humanisme et Renaissance, 32, 525-537.

SEEGER, J. (1982). Study of an Oral Romance Tradition: The Conde Claros de Montalbán [Tesis doctoral]. University of Chicago.

SEEGER, J. (1988). The Curious Case of Conde Claros: A Ballad in Four Traditions. Journal of Hispanic Philology, 12(3), 221-237.

SEEGER, J. (1989). The Living Ballad in Brazil. En R. H. Webber, Hispanic Balladry Today (pp. 175-217). Nueva York: Garland.

Transcripción

Lisarda se paseaba     por los altos corredores

un vestido a to diario,     que le arrastran los galones.

Ha pasado un caballero     requebrándole en amores.

—No quiero, que eres muy niño,     lo vas a decir en la corte—.

Al otro día siguiente,     en la corte lo decía,

que el conde de Montelbán     con la princesa dormía.

Su padre que estaba en cama,     su padre que to lo oía.

—¿Qué se habla de Lisarda,     qué se habla de mi hija?,

que si eso fuera verdad,     de su sangre bebería,

que si eso fuera mentira,     reina de España la haría—.

Su padre le dio un castigo     que no se le da a nadie:

que la metan en un pozo     y se le pudra la sangre.

Tres hermanos que tenía     y los tres eran canales,

y todas la mañanas iban     a los pozos a asomarse:

—Lisarda, tienes la culpa     de mi padre incomodarse,

hoy mismo te sacarán     a los campos a quemarte.

—Si bajara un angelito     de esos que suelen bajar,

yo le mandaría una carta     al conde de Montelbán—.

Ha bajado un angelito     que Dios lo mandó a bajar.

—¿Qué necesitas, Lisarda,     que me mandas a llamar?

—Que le lleves esta carta     al conde de Montelbán.

Si lo cogieras durmiendo,     su gloria por despertar;

si lo cogieras comiendo,     su gloria por acabar;

si lo cogieras en misa,     que no lo dejes rezar—.

Ha llegado el angelito     y en misa de once está:

—Que a tu querida Lisarda     ya la sacan a quemar.

—Que la saquen o no la saquen,     a mí no me importa na.

—No digas eso, Rey Conde,     que penita te dará,

quítate el traje de conde     y el de obispo te pondrás—.

(Y) ha cogido su caballo     y en busca la corte va,

pero en medio del camino     ya la sacan a quemar.

—Que detengan la justicia     y también la autoridad,

que la Lisarda es muy joven,     yo la quiero confesar.

—Padre, yo estoy confesada.     —Lo que falta es la verdad,

¿cuántos besitos les has dao     a los mozos de tu igual?  

—Besos no he dado más que uno     al conde de Montelbán,

que es el que tiene la culpa     que me saquen a quemar.

—El conde de Montelbán     dicen que es buen caballero.

—Dicen que es buen caballero,     conmigo lo ha hecho mal.

—No lo habrá hecho muy mal     cuando en sus brazos te tiene

y con su pecho te sostiene—.     Y el caballo echó a trotar.

Resumen de "Conde Claros en hábito de fraile"

Una dama es requerida por un caballero, que le promete mantener su amor en secreto. El amante cuenta su aventura en la corte, con tan mala fortuna de que llega a los oídos del padre de la muchacha. En otras versiones, la descubre un criado, que se lo cuenta a su padre. Este la encierra en un pozo o en un cuarto. Pasados unos días, unos familiares le comunican que va a ser quemada. La muchacha implora la presencia de un ángel, un pájaro o un familiar para hacer llegar a su antiguo amante una carta donde le informa de su situación. El conde accede a salvar la vida de la muchacha porque lleva en el vientre a un hijo suyo. El día en que se disponen a quemarla, aparece el amante, quien, vestido de monje o de clérigo, exige confesar a la joven. Le pregunta cuántos amantes ha tenido y ella responde que solo uno. El conde le desvela su identidad, huye con ella a caballo y se casan. En otras versiones, el conde se descubre y detiene la ejecución.