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Notas
Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00020 15).
Bibliografía
Otras versiones de "El Pernales"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
CASAS-DELGADO, I. (2016). La pervivencia del bandido generoso. Del asesino nato a la víctima de las injusticias sociales. Cuadernos de Ilustración y Romanticismo: Revista del Grupo de Estudios del siglo, 22, 35-56.
PÉREZ KÖHLER, A. (2006). Consideraciones jurídicas sobre el Romance de El Pernales. Anuario de la Facultad de Derecho (Universidad de Alcalá), 2005-2006, vol. 2006, pp. 206-228.
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Transcripción
Francisco Ríos Pernales está loco de alegría
porque ha dado a luz su amante una chiquilla.
―Chiquilla del alma —decía llorando—,
que por ser tu padre un bandolero, tú sin honra al mundo has venido.
―Pero no te apures, nena, que ese oficio dejaré
y fuera de España trabajaré.
Todavía soy joven, puedo trabajar,
puedo ganar para mi hija un cacho de pan.
¿Qué te parece, Concha, lo que estoy pensando?
―Lo que piensas está bien, Francisquito de mi vida,
pero no pienses marcharte, que ya va viniendo el día.
―Lo que has dicho estaba bien, pero ahora no me acordaba
que soy aquel bandolero que andan buscando por toda España.
Queda con Dios, hija mía, y hasta otro día, Concha del alma—.
Por una estrecha vereda paseaba un día,
un pobre de un ancianito que iba montado en su borriquilla.
Le dice Francisco Ríos: ―Bájese usted, buen anciano,
que esta burra que usted tiene ha de venir a mis manos—.
Se baja el viejo de la burra con muchísima energía,
con una navaja abierta, El Pernales se reía.
―Es usted un hombre valiente, pero ahora yo le hablo en serio,
que está usted con El Pernales, que de los pobres no quiere dinero,
que él solo roba al que tiene muchos millones y es usurero—.
De pronto un guardia civil cayó gravemente herido,
gracias a sus compañeros que eran valientes y decididos,
hicieron una descarga y dieron muerte a los dos bandidos.