Penitencia del rey don Rodrigo

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Notas

La informante indica que sus amigos no le permitían cantarlo porque lo consideraban desagradable. Se lo enseñaron unas chicas que procedían de Geria, Valladolid, cuando tenía unos diez años.

Registro sonoro perteneciente al Archivo de la Tradición Oral de la Fundación Joaquín Díaz (sign.: ATO 00021 01).

Bibliografía

IGRH: 0020

Otras versiones de "La penitencia del rey don Rodrigo"

Cid (1993: n.º 1); Díaz (2007: D.2); Fraile Gil (2010: n.º 1); Pimentel García (2020: n.º 20); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 1); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 1); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 2).

Contaminaciones y engarces

El robo del Sacramento + La penitencia del rey don Rodrigo (Álvarez Cárcamo, 2019: 16.1); Fraile Gil, 2010: n.º 105; Manzano Alonso, 2003: pp. 366-368; Pérez Rivera, 2015: n.º 280).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Transcripción

Por el valle las Estacas     va Rodrigo al medio día;

va relumbrando sus armas     como el sol del mediodía.

Ha encontrado un ermitaño,     el más cristiano que había:

Por Dios te ruego, ermitaño,     por Dios te rogar quería

que me cuentes la verdad     y me niegues la mentira.

Hombre que esfuerza mujeres     el alma tendrá perdida;

el alma perdida no,     no siendo una hermana o prima.

Ay, triste de mí, ay triste,     esa fue desgracia mía.

Me acosté con una hermana,     esforcé a una prima mía,

he matado a mi mujer,      tres hijos que yo tenía.

Maté a mi padre y a mi madre,     todos les maté en un día.

Hombre que hizo tantas muertes,      ¿qué penitencia tendría?.

Tratan de hacerle una cueva     y enterrarle en ella viva.

Allí había una serpiente     que siete bocas tenía.

De la cinta por abajo     ya comido le tenían,

de la cinta para arriba,     empezado le tenían.

—(Y) trae una luz de pronto,      si me quieres ver la vida—.

Y por pronto que la traen,     Rodrigo ya se moría.

Cómo tocan las campanas,     cómo tocan doloridas

por el alma de Rodrigo,     que para el cielo camina.

Resumen de "La penitencia del rey don Rodrigo"

En los romances conservados en la tradición moderna, un rey acude a visitar a un ermitaño para preguntarle si merece penitencia por haber pecado con mujeres. El sabio le responde que no, a menos que estas sean parientes suyas. El rey asegura que ha gozado de su prima y de su hermana. El ermitaño se niega a absolverlo, pero una voz del cielo le ordena que le imponga una penitencia. Entonces, el confesor le propone tres opciones al rey: ser quemado en un horno, convertirse en el pábilo de una vela o ser encerrado en una cueva con siete serpientes (o con una serpiente de siete cabezas). Elige la última opción. El confesor lo visita tres veces al día. El penitente, arrepentido, le asegura que se merece el castigo. De la cintura para abajo ya no tiene carne y los animales comienzan a devorarle las entrañas o la parte superior del cuerpo. El rey muere y las campanas doblan por su alma.