Blancaflor y Filomena

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Bibliografía

IGRH: 0184

Otras versiones de "Blancaflor y Filomena"

Alcalá Ortiz (2003: n.º 3908); Álvarez Cárcamo (2019: 12.3); Atero Burgos (2003: n.º 28); Benítez Sánchez (2000: pp. 205-208); Checa Beltrán (2005: n.º 11); Díaz (1980: n.º 11); Díaz (2007: F.22); Escribano Pueo, Fuentes Vázquez y Romero López (1990: pp. 31-32); Esteve Faubel (1998: pp. 1075-1080); Fraile Gil (2010: n.º 85-86); Fraile Gil (2013: n.º 39); Fraile Gil (2016: n.º 43); Gil Muñoz (2010: n.º 9); Manzano Alonso (2003: pp. 255-260); Mendoza Díaz-Maroto (1990: n.º 24); Moreno Moreno (2016: n.º 31, 32); Pimentel García (2020: n.º 151); Piñero Ramírez (1996: n.º 29); Piñero Ramírez (2004: n.º 22); Piñero Ramírez (2013: n.º 25); Piñero Ramírez y Atero Burgos (1987: n.º 21); Rico Beltrán (2009: n.º 30); Schubarth y Santamarina (1987: n.º 35); Suárez López (2009: n.º 230); Tejerizo Robles (2007: n.º 369); Trapero (1985: n.º 50-59); Trapero (2000a: n.º 3); Trapero (2000b: n.º 2); Trapero (2003: n.º 19); Trapero, León Felipe y Monroy Caballero (2016: n.º 3); Trujillo Pacheco (2017: n.º 33); Valenciano López de Andújar (1994: n.º 71); Vázquez León (1993: n.º 6).

Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.

Estudios

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Transcripción

Estando doña Leona     en su sala de primera

con su hija Blancaflor     y su hija Filomena,

se ha presentado Dorquino     y se enamoró de ella.

Se casó con Blancaflor     no olvidando a Filumena

y al poco de estar casado,     se la lleva a tierra ajena.

A los siete, ocho meses,     vuelve a casa de la suegra:

—Buenas tardes tenga, suegra,     vengo por la Filumena,

que su hermana Blancaflor     no puede pasar sin ella.

—A mi Filumena no,     que es mocita y es doncella.

—Déjelo usted que lo sea,     yo me encargaré de ella—.

Se ha montado en el caballo     y ella se montó en la yegua,

pero en medio del camino,     la ha bajado de la yegua

y después que la gozó,     también le cortó la lengua.

A los gritos que ella daba     un pastor se acercó a ella

y entre señas le pedía     papel y tinta si tuviera.

—Tinta sí te puedo dar,     pero papel no tuviera,

en el pico del pañuelo     me escribieras cuatro letras:

“Bendito Dios de los cielos,     si mi hermana malpariera,

en un vasito de cobre     echara lo que tuviera,

cuando llegara Dorquino     se lo pusiera de cena.

Al llegar a la ciudad,     no preguntes por la reina,

pregunta por Blancaflor,     la hermana de Filumena”.

Cuando ha llegado Dorquino,     le ha preparado la cena.

—Ay, qué dulce está esta carne;     ay, qué dulce está, qué buena.

—Más dulce estaba la honra     de mi hermana Filumena.

—Blancaflor, ¿quién te lo ha dicho?;     Blancaflor, ¿quién te lo ha dicho?

—En el patio de mi casa     yo me encontré un pañolito.

—Blancaflor, ¿quién te lo ha dicho?     —Dorquino yo se lo sé,

 en el patio de mi casa     un pañuelo me encontré;

emborronao por las lágrimas,     apenas pude leer.

Resumen de "Blancaflor y Filomena"

Un padre o una madre pasea con sus hijas y un caballero se enamora de una de ellas. La madre prefiere darle la mano de la mayor, pero el pretendiente no olvida a la otra hermana. Cierto día, el galán decide satisfacer sus deseos. Con la excusa de partir hacia la guerra, acude a casa de su suegra. Le dice que su esposa está embarazada y que desea que su hermana la asista en el parto. Él promete defender su honor y la madre se la entrega. Una vez en el monte, el cuñado la viola y le corta la lengua para que no cuente lo sucedido. Un pastor oye los gritos de la joven y esta le pide papel para escribir una carta. Como no tiene tintero, la muchacha emplea su propia sangre. Un ave transporta la misiva hasta la casa de su hermana. Para vengarse del marido, la muchacha guisa a su hijo recién nacido y se lo sirve como cena. En otras versiones, la muchacha aborta y guisa el feto. El marido se sorprende del exquisito sabor de la carne y la esposa se lo confiesa todo. La joven muere en la horca o es asesinada por el marido. En muchas versiones se omite la truculenta secuencia del asesinato del niño, aunque se conserva el halago del marido hacia la cena servida. Suelen concluir cuando la esposa le confiesa que ha recibido la carta de la hermana. En ocasiones, maldice al marido por su mala acción o le asegura que la justicia lo prenderá para que confiese el lugar donde yace su hermana. En algunas versiones, se incluye una advertencia del narrador a las madres para que no casen a sus hijas en tierras lejanas.