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Bibliografía
IGRH: 0005
Otras versiones de "Silvana"
Ver referencias completas en Fuentes citadas abreviadamente.
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Transcripción
Silvana se paseaba por el jardín la Florida,
y su padre la miraba por un mirador que había.
—La estoy mirando y mirando, en sueños yo la veía,
y es tanto lo que la quiero, que en sueños la veía—.
La hija se daba cuenta que el padre siempre la mira.
—¿Dónde vas tú, mi Silvana?, ¿dónde vas, Silvana mía?
Esta noche si tú quieres, será la tuya y la mía—.
Se ha confiado en su madre, la madre así le decía:
—Esta noche si tú quieres, lo vamos a ver, hija mía,
que yo me ponga tu ropa, y tú te pongas la mía,
que yo me acueste en tu cama y tú te acuestes en la mía—.
A eso de las doce y media, el padre que le decía:
—Ábreme tú, mi Silvana, la reina de mi Castilla.
—¿Cómo quieres que sea reina, si ya he tenido tres hijas?
La primera mi Constanza, la segunda Ana María,
la tercera mi Silvana, la que deshonrar querías.
—Perdóname tú, mi esposa; perdóname, esposa mía,
que es tanto lo que la quiero, que en el sueño la veía.
—Estás perdonado, esposo, pero no lo merecías,
que a la hija de mi vida que deshonrarla querías.